¡®Orgia¡¯: H¨¨ctor Parra y Calixto Bieito ponen en pie una ¨®pera basada en una obra de Pasolini
El compositor y el director de escena dejan sin aliento al teatro Arriaga de Bilbao en el estreno mundial del montaje
Un ahorcado convulsiona. De ¨¦l solo se sabe que es un var¨®n a punto de morir, que lleva un vestido ensangrentado y que su cuerpo es un p¨¦ndulo que baila grotesco con los pies a medio metro del suelo. Cuesta apartar la vista, pero al fondo del escenario hay un espejo. No muestra la agon¨ªa del moribundo porque est¨¢ esquinado, pasa desapercibido, pero ah¨ª est¨¢. Obligando al espectador a ver sobre ¨¦l su propio reflejo. Eso consigue Orgia, la nueva ¨®pera del compositor H¨¨ctor Parra y el director de escena Calixto Bieito. Que el p¨²blico se enfrente a su lado m¨¢s oscuro. Que, casi sin darse cuenta, no pueda dejar de mirarlo. Y en su estreno mundial en el Arriaga de Bilbao el pasado jueves consigui¨® tambi¨¦n dejar a todo un teatro sin aliento. Este s¨¢bado vuelve al teatro vasco con una ¨²ltima funci¨®n, el a?o que viene se podr¨¢ ver en abril en el Liceu y est¨¢ prevista, aunque sin fecha, en el Festival de Peralada, ambos tambi¨¦n coproductores.
¡°A m¨ª me evoca cuando me disgusto profundamente conmigo. Cuando menos me gusto. Y cuando miro al vac¨ªo en la oscuridad. La incertidumbre. Estamos en un momento de cambio y no s¨¦ hacia d¨®nde vamos¡±, confiesa Bieito tras unos segundos de silencio. Un efecto parecido le causa esta obra a Parra. Le refleja sus miedos y sus complejos: ¡°Me hace pensar en momentos de duda, de falta de lucidez¡±. Remueve las entra?as y el m¨¦rito es de Pier Paolo Pasolini y de su obra de teatro Orgia, ahora transformada en ¨®pera, que narra la brutal relaci¨®n sadomasoquista de un matrimonio que acaba con el suicidio de ¨¦l tras tomar conciencia de su homosexualidad.
Parra ley¨® el texto de Pasolini hace unos 13 a?os. Se enamor¨® de ¨¦l, le apabull¨®. Lo habl¨® con Bieito en 2015, con quien entonces estrenaba Wilde. Pero la cosa no fue a m¨¢s. Despu¨¦s lleg¨® su segunda colaboraci¨®n juntos: Les Bienveillantes. Y en 2019 el m¨²sico recibi¨® un encargo del Festival de Peralada. Hab¨ªa llegado por fin el momento de crear Orgia. Y de volver a trabajar con Bieito, quien en esta ocasi¨®n firma tambi¨¦n el libreto. ¡°Conozco casi todo lo de Pasolini, pel¨ªculas y textos. Recuerdo que muy joven fui al cine a ver Sal¨®. Me qued¨¦ vac¨ªo, at¨®nito. Cuando empec¨¦ con Orgia pens¨¦ que era un terreno un poco... Pero entonces empec¨¦ a recuperar recuerdos e im¨¢genes¡±, cuenta Bieito.
El proceso creativo no ha sido el mismo para ambos. El director de escena sufri¨® bloqueos que retrasaron la entrega del libreto al compositor. Pero cuando el texto lleg¨® por fin a manos de Parra, provoc¨® un torrente creativo. La idea de crear una ¨®pera con Orgia llevaba demasiado tiempo rond¨¢ndole: ¡°Cuando empec¨¦ fue como una fuente. Ten¨ªa tantas ganas que no pod¨ªa... He sentido una pulsi¨®n¡±, explica el m¨²sico. Adem¨¢s, conseguir la residencia Villa Medici de la Academia de Francia en Roma le permiti¨® vivir en la capital de Italia durante un a?o. All¨ª se empap¨® de Pasolini: ¡°En Roma habl¨¦ con mucha gente que lo conoci¨®. Era una persona con una voz muy tierna, acogedora. A veces ten¨ªa rabia, pero era un personaje modesto. Estuve un par de veces en su restaurante y visit¨¦ tambi¨¦n la Fontana delle Tartarughe, una fuente con torsos de j¨®venes atractivos. ?l en un poema habla de su enamoramiento de estos cuerpos. Orgia no es solo angustia y muerte, es tambi¨¦n erotismo y amor por el cuerpo¡±. Conoci¨® adem¨¢s a su sobrina y heredera, de quien obtuvo la confirmaci¨®n definitiva que necesitaba su editor para realizar la ¨®pera. ¡°Creo que ella vio que era un libreto s¨®lido y respetuoso con la obra de su t¨ªo¡±, cuenta Parra.
En Roma tambi¨¦n se empap¨® de arte. Y volvi¨® a pintar. De ni?o, Parra dibujaba animales. Quiz¨¢s porque quer¨ªa ser pastor. A los 20 pintaba al ¨®leo, copiaba a Rembrandt... Pero con 24 la m¨²sica le absorbi¨® lo suficiente como para tener que dejarlo. No hab¨ªa vuelto a pintar. Hasta ahora. Contemplar el arte de los museos romanos mientras escuchaba el texto le¨ªdo de Orgia le impuls¨® a hacerlo. ¡°No pint¨¦ por pintar, pint¨¦ para pensar estos ritmos escuchando el texto de Pasolini y fue como un trance¡±. Pint¨® y pint¨® torsos desnudos. Algunos con sanguina y la mayor¨ªa con tinta roja. Estos dibujos est¨¢n ahora expuestos en el teatro Arriaga.
A pesar del trance, el proceso creativo no ha sido solitario. ¡°Ha sido ¨²nico. Los cantantes no solemos estar involucrados en la creaci¨®n, nos llega la ¨®pera ya hecha y somos marionetas para el director musical y el de escena. Pero aqu¨ª hemos estado desde el principio, incluso antes de que la primera nota estuviera escrita. H¨¦ctor ha escrito para nosotros, para nuestras voces y nuestras personalidades¡±, explica la soprano Aus?in? Stundyt?, que brill¨® en el estreno junto al bar¨ªtono Leigh Melrose.
Una ¨®pera que duele
En Orgia duele la violencia f¨ªsica. Los golpes, violaciones, asesinatos... Se hace tambi¨¦n insoportable el dolor que provocan las palabras. Pero si lo que ocurre sobre el escenario obliga al espectador a apartar la mirada, el dolor de la m¨²sica le seguir¨¢ hiriendo. Y no se librar¨ªa de ¨¦l ni tap¨¢ndose los o¨ªdos. Es una obra que duele, como le doli¨® a la soprano Jone Mart¨ªnez, que interpreta aqu¨ª a una prostituta, cuando ley¨® el libreto por primera vez: ¡°Iba en un avi¨®n y me removi¨® much¨ªsimo. Me lo tuve que pensar, lo habl¨¦ mucho en casa con mi familia y amigos. Tuve que analizar hasta qu¨¦ punto me pod¨ªa afectar de manera negativa entrar en un mundo tan brutal. Con el tiempo he conseguido observar e intentar entender qu¨¦ es lo que quer¨ªa expresar Pasolini¡±.
Un aviso antes al espectador: que vaya preparado para que le revuelva las tripas.
Babelia
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