El misterio de la Vega Baja de Toledo: ?capital visigoda o ciudad romana?
Un informe afirma que el lugar no fue un centro de poder como se ven¨ªa sosteniendo hasta ahora, sino haciendas de recreo medievales y edificaciones romanas
La Vega Baja de Toledo, una extensi¨®n de 120 hect¨¢reas sin urbanizar a los pies de la ciudad y a orillas del Tajo, oculta un tesoro arqueol¨®gico, pero nadie sabe a ciencia cierta cu¨¢l es, porque desde hace 17 a?os no se excava en ella y los informes relativos y la Universidad Burdeos-Montaigne expresaban sus dudas sobre la posibilidad de que la Vega Baja fuera la sede capitolina visigoda ¨DUrbs regia¨D como sostienen otros profesionales. ¡°Nadie, por razones obvias, levanta una capital fuera de las murallas. La capital estaba en el promontorio de Toledo¡±, dicen. Para estos, la Vega Baja guarda fundamentalmente construcciones romanas y algunas fincas de recreo visigodas dispersas. Adem¨¢s, los ¨²ltimos informes de georradar, conocidos el mes pasado, tampoco lo aclaran. Hablan de ¡°grandes edificios¡± en la zona donde se levantaba la capital visigoda, pero tambi¨¦n de una edificaci¨®n ¡°comparable a un palacio romano¡±.
Aunque el Ayuntamiento empez¨® en marzo pasado las obras para convertir en parque urbano 44.000 metros cuadrados de la vega (arbolado, bancos, miradores, carriles bici...), la presi¨®n urban¨ªstica sobre el ¨¢rea no ceja. Seis de las parcelas que forman este yacimiento declarado Bien de Inter¨¦s Cultural no est¨¢n protegidas, por lo que la posibilidad de construir sobre ellas existe. En 2019, estaban previstas 1.698 viviendas, lo que llev¨® en ese momento a Icomos, organismo asesor de la Unesco, a recordar que se trataba de un lugar ¡°¨²nico e irrepetible¡±, mientras que la Academia de San Fernando tild¨® ese mismo a?o la operaci¨®n urban¨ªstica de ¡°expoliaci¨®n¡±. Hispania Nostra, organizaci¨®n de defensa del patrimonio espa?ol, la incluy¨® tambi¨¦n en su Lista Roja, relaci¨®n de yacimientos en peligro de desaparici¨®n inminente.
Los arque¨®logos Rafael Barroso Cabrera, Jes¨²s Carrobles Santos, Jorge Mor¨ªn e Isabel S¨¢nchez Ramos firmaron en 2015 un art¨ªculo en la prestigiosa revista Antiquit¨¦ Tardive, y respaldado por Real Fundaci¨®n Toledo, la Diputaci¨®n Provincial, la consultora Audema y la Universidad Burdeos-Montaigne, donde expresaban sus dudas sobre la posibilidad de que la Vega Baja fuera la sede capitolina visigoda. Para estos, la Vega Baja era un espacio de ocio para las ¨¦lites urbanas godas, no un sector consolidado del reino, por lo que no se puede interpretar ¡°las construcciones constatadas recientemente por el georradar como la capital, ya que solo son extensas propiedades con su propio recinto o cercado, no el palatium real¡±. ¡°Por eso, el palacio de la monarqu¨ªa goda y los nuevos espacios de poder ten¨ªan que estar en la parte alta, intramuros, en la parte m¨¢s defendible, siguiendo el esquema de Barcino [Barcelona, la primera capital en Hispania], y junto a los conjuntos urbanos representativos vinculados a las ¨¦lites eclesi¨¢sticas¡±.
Y a?aden: ¡°Lo que hubo en la Vega Baja durante la ocupaci¨®n romana fue un circo, un anfiteatro, una bas¨ªlica y villas romanas, luego residencias godas, m¨¢s tarde una potente implantaci¨®n emiral y posteriormente ocupaciones medievales, modernas y contempor¨¢neas. Muchos de los que ahora se presentan como salvadores de la Urbs regia son los que excavaron la Vega Baja y nunca publicaron nada. Esta circunstancia va a provocar que cuando no se cumplan las expectativas de hallar una ciudad visigoda, se aproveche la decepci¨®n para urbanizar el espacio, que ya es m¨¢s que significativo de por s¨ª por sus restos romanos, sin tener que inventarse que est¨¢ all¨ª el conjunto palatino godo¡±.
Las discrepancias entre los expertos sobre lo que atesora el subsuelo vienen alimentadas por dos hechos clave: apenas se conocen los resultados de las catas arqueol¨®gicas de las ¨²ltimas d¨¦cadas y todo lo que se sabe proviene ¨²nicamente de fuentes escritas en ese periodo medieval. ¡°En Toledo¡±, dice Jorge Mor¨ªn, director del yacimiento visigodo de Los Hitos (Orgaz, Toledo), ¡°se ha excavado mucho, pero no se publica nada. En la propia Vega Baja se ha excavado de m¨¢s, pero no se han procesado los resultados de las intervenciones, a pesar de los millones que se han invertido¡±.
Mor¨ªn sostiene, igualmente, que la principal caracter¨ªstica de la Vega Baja es que es inundable, ya que est¨¢ a orillas del Tajo y la subida del nivel del agua se produce cada 100, 50 o 25 a?os, ¡°como han probado diferentes especialistas, entre los que destaca Andr¨¦s D¨ªez Herrero¡±, investigador especializado en inundaciones del Instituto Geol¨®gico Minero de Espa?a (IGME, CSIC). D¨ªez Herrero matiza: ¡°En aquel momento [siglo VI], la configuraci¨®n del r¨ªo era distinta. Cuando la estudi¨¦, no reconoc¨ª ning¨²n dep¨®sito de inundaci¨®n dentro de las estructuras arqueol¨®gicas de la Vega Baja, como s¨ª ocurre en la Puerta del Vado y en otras zonas de la ciudad. Por lo cual, no podemos saber con certeza si la vega era inundable o no, lo que no contradice a Mor¨ªn, pero tampoco lo confirma¡±.
La topograf¨ªa elevada del casco urbano amurallado, recuerdan los redactores del citado estudio, ha condicionado el desarrollo de Toletum durante m¨¢s 2.000 a?os. La imperial puerta de la Bisagra, en la ciudad amurallada, aunque con diferentes aspectos, ya exist¨ªa en ¨¦poca romana. Donde ahora se sit¨²a el Alc¨¢zar, dos milenios antes se alzaba el pretorio romano (campamento), que dej¨® paso al conjunto palatino visigodo que, a su vez, se convirti¨® en la alcazaba andalus¨ª, luego fue medieval y finalmente el palacio de los Austrias.
Las evidencias arqueol¨®gicas demuestran que antes de instalarse en Toledo, los visigodos eligieron como capital primero Tolosa (sur de Francia) y luego Barcelona, ¡°ciudades siempre intramuros¡±. ¡°La Vega Baja es un espacio indefendible y solo a alguien con pocas luces se le ocurr¨ªa colocarse ah¨ª, con las murallas a sus espaldas para protegerse. Por ejemplo, en la preparaci¨®n de la batalla de las Navas de Tolosa [1212], a los contingentes extranjeros se les oblig¨® a asentarse en las vegas para tenerlos controlados, y en 1936, el coronel Moscard¨® abandon¨® la F¨¢brica de Armas [en la Vega Baja] y se instal¨® en el Alc¨¢zar¡±, concluye el estudio.
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