De ¡®Las meninas¡¯ a ¡®Las tres gracias¡¯: las obras de arte m¨¢s versionadas de la historia
Los cuadros de Vel¨¢zquez, Botticelli y Rubens son algunos de los m¨¢s reinterpretados del arte occidental
En todo el ¨¢mbito art¨ªstico hay obras cuya carga de belleza y sugerencia es tal que han sido reinterpretadas por creadores de todo origen a lo largo de la historia. Esa necesidad de confrontar con lo m¨¢s sublime arranca en la Antig¨¹edad y afecta a toda experiencia art¨ªstica: pintura, escultura, literatura, m¨²sica, cine, teatro. En el caso de la pintura hay incontables ejemplos de obras maestras que han servido de inspiraci¨®n para nuevas telas que se han acercado con muchos honores al original. Ll¨¢mense reinterpretaciones, recreaciones o nuevas versiones, hay un peque?o grupo de obras a las que los artistas recurren una y otra vez.
Cuando se habla de listas y clasificaciones de las obras m¨¢s influyentes, todo el mundo sabe que siempre falta o sobra alguna. Nada hay m¨¢s subjetivo que el gusto por el arte. Pero seg¨²n expertos consultados por este diario y a la vista de las recomendaciones de algunos grandes museos internacionales, las obras m¨¢s versionadas a lo largo de la historia son estas: Alegor¨ªa de la primavera (1480-1481), de Sandro Botticelli, y La Venus de Urbino (hacia 1538), de Tiziano (ambas en los Uffizi); Las meninas (1656), de Vel¨¢zquez, y Las tres gracias (1630-1635), de Rubens (en el Museo del Prado); El almuerzo sobre la hierba (1863), de ?douard Manet (Orsay); el Retrato de Inocencio X (1650), de Vel¨¢zquez (Galer¨ªa Doria Pamphili), y los Jugadores de cartas (1595), de Caravaggio (Kimbell Art Museum).
Andr¨¦s ?beda, director adjunto del Prado, cree que la cantidad de versiones que se pueden hacer de una obra maestra tiene que ver con el tipo de b¨²squedas creativas con las que se enfrenta el artista de turno. En el caso de Las meninas, explica que las soluciones espaciales y de perspectiva que exhibe Vel¨¢zquez han fascinado a muchos creadores. Y para ?beda es excepcional el gigantesco y revolucionario trampantojo en el que Vel¨¢zquez incluye su propio autorretrato junto a la familia de Felipe IV.
Este lienzo tridimensional ha sido reinterpretado en numerosas ocasiones. Puede que demasiadas, como se comprueba con el abuso publicitario de su imagen. Las series m¨¢s conocidas son las de Dal¨ª, el Equipo Cr¨®nica o Fernando Botero. Para el experto del Prado, la versi¨®n m¨¢s importante es la que realiz¨® Picasso en 1957. La serie forma parte de la colecci¨®n permanente del Museo Picasso de Barcelona y sus 45 interpretaciones conforman un completo y detallado estudio de la obra de Vel¨¢zquez.
?Qu¨¦ tiene que tener una obra para convertirse en un reto para aquellos artistas que la contemplan? Gloria Moure, historiadora del arte, cr¨ªtica y comisaria centrada estos d¨ªas en dos grandes exposiciones de la temporada que viene (Sigmar Polke / Goya para el Prado y Medardo Rosso para Mapfre), opina que son varios los temas que se cruzan para que una obra de arte sea versionada a lo largo de la historia. ¡°En primer lugar, el valor art¨ªstico de la obra en s¨ª misma, sus aportaciones pl¨¢sticas a la historia, el tema y el corresponderse con una concepci¨®n del mundo. Los artistas versionan aquello con lo que se sienten reconocidos en alguno de los puntos anteriores, creando piezas en conexi¨®n con los intereses de su ¨¦poca¡±.
Modas cambiantes
Simona Pasquinucci, jefa de la divisi¨®n curatorial de las galer¨ªas de los Uffizi, en Florencia, responde que las obras m¨¢s replicadas del museo florentino son la Alegor¨ªa de la primavera, de Botticelli; la Venus de Urbino, de Tiziano; la Madonna della Seggiola, de Rafael; y la Virgen del jilguero, tambi¨¦n de Rafael. Pasquinucci explica que, junto al profesor Cristiano Giometti, lleva el registro hist¨®rico de solicitudes de copias de obras que se han hecho a lo largo de la historia. ¡°El permiso pod¨ªa darse o no, pero la solicitud quedaba registrada y eran much¨ªsimas¡±.
La especialista italiana opina que cuantas m¨¢s copias o versiones, mayor es el beneficio para la obra original. ¡°El inter¨¦s por unos o por otros va cambiando con los tiempos y las modas. Siempre debemos tener en cuenta la diferencia entre las copias realizadas por artistas por encargo o con fines de estudio. Por otra parte, est¨¢n las solicitudes de permisos e interpretaciones libres de ciertas obras hechas como recuerdos¡±, a?ade. ¡°Entre estas ¨²ltimas est¨¢n siempre Botticelli, Rafael y Miguel ?ngel¡±.
¡®Las tres gracias¡¯
Bel¨¦n Herrera Ottino, directora de la sede madrile?a de Opera Gallery, especializada en arte moderno y contempor¨¢neo, cree que para que una obra maestra siga dando pie a nuevas versiones tiene que ser muy especial. ¡°Tiene que haber incorporado algo absolutamente nuevo en su lenguaje y haber roto los moldes de la ¨¦poca en la que se pint¨®. Que revolucionara su tiempo con su manera de expresarse y pusiera patas arriba las bases de la tradici¨®n, sentando un nuevo andamiaje en el modo de mirar. Son obras que, cada vez que las contemplas, te cautivan con algo nuevo y cuando cierras los ojos las sigues viendo¡±.
La reciente inauguraci¨®n de Opera Gallery en Madrid estuvo protagonizada por maestros del siglo XX, con obras entre las que se encontraba una de las versiones m¨¢s famosas y aplaudidas de Las tres gracias, de Rubens, la realizada por Antonio Saura en 1997, propiedad de la Fundaci¨®n Bancaja (Valencia). No era la primera vez que Saura se atrev¨ªa a confrontar con la m¨ªtica abundancia de las diosas Aglaya, Eufr¨®sine y Tal¨ªa: en 1959 realiz¨® su primera creaci¨®n de Las tres gracias. Expuestas en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, las tres mujeres aparecen retratadas por separado, cada una en un lienzo, pero mostrando diferentes posturas al espectador.
?El gusto por las nuevas versiones se agotar¨¢ o mantendr¨¢ su inter¨¦s en paralelo a las obras originales? Bel¨¦n Herrera Ottino cree que se mantendr¨¢, igual que ha ocurrido a lo largo de los siglos. Volviendo al caso de Las tres gracias, recuerda la versi¨®n que de la tela de Rubens hizo una artista revolucionaria y radical como Niki de Saint Phalle (1930-2002), quien convirti¨® a las diosas en rotundas y coloridas mujeres a las que llam¨® ¡°nanas¡± y que, acicaladas con ba?ador, reivindicaban en las calles lo multicultural.
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