Memorias de una diosa del rock en Espa?a: ¡°Toda mi vida ha sido como ir en un cohete¡±
La catalana Bertha M. Yebra fund¨® hace 50 a?os ¡®Popular 1¡ä, la segunda revista musical m¨¢s longeva del mundo. Amiga de Freddie Mercury o Lou Reed, fue mucho m¨¢s que una periodista: una chica aventurera que difundi¨® el rock and roll en un pa¨ªs sombr¨ªo bajo el yugo del dictador
En esta historia lo complicado es por d¨®nde empezar. Quiz¨¢ por su amistad con Freddie Mercury, quien estaba enamorado de sus collares y pulseras; o por aquella intensa noche de charla con Lou Reed en la habitaci¨®n de un hotel; o por las temporadas que pas¨® en su casa Nico, protegida de Andy Warhol que firm¨® con The Velvet Underground el debut del grupo neoyorquino; o por aquel d¨ªa que Jimi Hendrix estuvo a punto de atropellarla involuntariamente; o por sus fiestas con Lemmy Kilmister, de Mot?rhead; o la noche que vio actuar a los Ramones en Nueva York cuando solo unos pocos los conoc¨ªan. Como dijo Loquillo: ¡°Miraba sus fotos tomando copas con los Who y dudaba de qui¨¦n era m¨¢s estrella¡±. Tambi¨¦n vivi¨® experiencias desagradables, como una agresi¨®n sexual en un coche por parte de Chuck Berry; o dos ruinas econ¨®micas que la obligaron a empezar de cero. Pero quiz¨¢ lo m¨¢s importante: Bertha M. Yebra fund¨® en 1973 la segunda revista de rock m¨¢s longeva del mundo (la primera es Rolling Stone), Popular 1. Una chica de Barcelona de 23 a?os al mando de una publicaci¨®n de rock en Espa?a cuando todav¨ªa viv¨ªa Franco. Han pasado 50 a?os y Popular 1 todav¨ªa sigue en los quioscos todos los meses. Para saber c¨®mo ha sido su vida y c¨®mo lo ha conseguido la visitamos en su casa de Barcelona.
Bertha (Barcelona, 74 a?os) camina estos d¨ªas con dificultad, algunas veces ayudada por un bast¨®n. ¡°Son las secuelas de muchos a?os de ballet. Tengo una displasia y dos hernias discales. Hasta 2008 no tuve problemas, pero ahora¡¡±. Lo cuenta con una mezcla de rabia y pena porque la pr¨®tesis que sujeta su cadera le impide acudir con regularidad a conciertos. Estamos en su casa, un s¨®tano amplio, de unos 200 metros cuadrados, en el centro de Barcelona. Lo comparte con Jos¨¦ Luis Martin Frias (o Martin J. Louis), hist¨®rico fot¨®grafo no solo de rock (trabaj¨® durante cuatro a?os con Salvador Dal¨ª) con el que fund¨® Popular 1 y con el que se cas¨® en 1967, ¡°con nuestras familias en contra porque cre¨ªan que era precipitado¡±. Ella ten¨ªa 18 a?os; ¨¦l, 21.
La pareja lleva una d¨¦cada separada, pero mantiene una relaci¨®n estrecha: adem¨¢s de compartir casa, sigue unida empresarialmente en Popular 1, publicaci¨®n que dirige desde hace a?os el hijo de ambos, C¨¦sar Mart¨ªn, 54 a?os. Una revista siempre rockera y siempre familiar. Martin y C¨¦sar han acompa?ado a Bertha en la comida previa a nuestra entrevista. Martin pone su brazo para que Bertha se apoye en ¨¦l y le sea m¨¢s sencillo caminar. Una relaci¨®n, a pesar de los a?os y los contratiempos, irrompible. Padre e hijo se retiran para dejarla a ella contar su historia. En una de las mesas de la casa reposa un libro que acaba de editar con sus memorias, Bertha (B&J Editores). ¡°Todo fue casual e improvisado. Yo nunca tuve ning¨²n plan ni provoqu¨¦ nada. Toda mi vida ha sido como ir en un cohete¡±, resume.
Con tres a?os Bertha se fue a vivir con sus abuelos, una familia barcelonesa de clase alta venida a menos debido a alg¨²n despilfarro. ¡°Era una ni?a fr¨¢gil, con una salud extra?a. Mis abuelos, que eran muy protectores, propusieron a mis padres que me fuese a vivir con ellos. Y a mis padres, que ya ten¨ªan a mi hermano, les pareci¨® bien. Me visitaban un d¨ªa a la semana¡±. Cinco a?os despu¨¦s, su madre y su hermano llamaron a la puerta de los abuelos. Su padre les hab¨ªa abandonado. ¡°Mi padre se fue de casa con otra y no quiso dar a mi madre la separaci¨®n legal. Le jodi¨® la vida. Adem¨¢s, amenazaba con que iba a secuestrarnos a mi hermano y a m¨ª. Ah¨ª empez¨® una etapa de terror. Sal¨ªamos a la calle siempre acompa?ados. Ten¨ªamos miedo a que nos raptara. Puedo decir tranquilamente que no tuve padre¡±.
A los ocho a?os se marcharon misteriosamente sus quebrantos de salud y se convirti¨® en una chica sana que practicaba ballet demasiadas horas al d¨ªa. ¡°Solo viv¨ªa para bailar y para ir al colegio. Era bastante duro¡±, asume. Con 10 a?os un veneno llamado rock se apoder¨® de ella y ya fue para toda la vida. ¡°Me llevaron a un cine de Barcelona a ver King Creole, de Elvis Presley. Aquello fue un flechazo. C¨®mo cantaba y c¨®mo se mov¨ªa Elvis. Me qued¨¦ sin respiraci¨®n¡±. Con 14 a?os y por casualidad comenz¨® su carrera de modelo y actriz. ¡°Un primo m¨ªo trabajaba en una agencia de publicidad. Su jefe le dijo: ¡®Queremos a una chica muy guapa para un anuncio con un perro San Bernardo y tu prima encaja¡±. Estuvo hasta los 20 a?os rodando anuncios, participando en spaghetti westerns o en alguna serie (una con el actor ?lvaro de Luna). Era la ¨²nica espa?ola en la agencia de publicidad. Ten¨ªa un f¨ªsico nada habitual en Espa?a: rubia, piel blanca, finita. Realiz¨® fotos er¨®ticas para publicidad: por ejemplo, vendiendo zapatas de frenos para camiones. Tambi¨¦n se desnud¨® para alguna pel¨ªcula, concretamente una del director Jos¨¦ Antonio de la Loma: ¡°Todav¨ªa hab¨ªa una dictadura en Espa?a, as¨ª que se hac¨ªa doble versi¨®n, una para Espa?a y otra para el resto de Europa. Solo hab¨ªa desnudos para este segundo grupo. Nunca tuve pudor o miedo al desnudo. Para m¨ª era muy natural. Nunca hice nada porno, y nunca me lo propusieron¡±.
Hubo un episodio feo. Un d¨ªa la llamaron de la agencia y le dijeron que un hombre la hab¨ªa elegido para ¡°pasar tres d¨ªas jugando al golf con ¨¦l¡±. Bertha ten¨ªa 20 a?os y ya estaba casada con Martin Frias. ¡°Martin fue a la agencia a enterarse y, como sospech¨¢bamos, aquello de jugar al golf era un eufemismo. Le dijeron que para la agencia era vital esa cita, porque era un tipo muy importante. Les dijimos que no, claro. Y ah¨ª se acab¨® mi carrera como modelo y actriz¡±. Bertha prefiere no desvelar nombres.
Era 1973 y Frias ya hab¨ªa fotografiado a grupos para la portada de discos: Los Canarios, Los Mustang, Los Bravos¡ Adem¨¢s, era el fot¨®grafo oficial de Nino Bravo. ¡°Lo vi claro: Martin era un fot¨®grafo de ¨¦xito y yo ten¨ªa contactos en el mundo de la publicidad y la moda. Si lo unific¨¢bamos en una revista podr¨ªa ser fant¨¢stico. Yo ten¨ªa dinero ahorrado ya que llevaba trabajando desde los 14 a?os y Martin tambi¨¦n ganaba con sus sesiones. Y as¨ª empez¨® Popular 1: mezclando a mis amigas modelos con los rockeros de Martin¡±. De hecho, en las portadas de los primeros n¨²meros aparecen modelos. Entre los contenidos de esos inicios, mucha mezcla: en un mismo n¨²mero se pod¨ªa leer una entrevista con Raphael junto a un reportaje de Led Zeppelin. El segundo n¨²mero estuvo a punto de ser censurado por salir en la portada una modelo en biquini; finalmente permitieron que llegara a los quioscos. ¡°Hablamos de una Espa?a muy gris, donde el rock and roll era algo extra?o. Yo me ahogaba en esa Espa?a, se me quedaba muy peque?a¡±. Pronto desaparecieron las modelos para dejar paso a los m¨²sicos.
Y empezaron a viajar, casi siempre en una caravana. El objetivo era conseguir contenido para la revista, unos art¨ªculos que solo se encontraban fuera de la Espa?a de Franco. ¡°Hab¨ªa mucho miedo a la censura, a la polic¨ªa¡ Me acuerdo un d¨ªa en un concierto de Llu¨ªs Llach, corriendo y los caballos detr¨¢s. La poli pegaba unos porrazos de la hostia. Cuando cruz¨¢bamos la frontera camino de Francia era el ox¨ªgeno, porque sab¨ªa que iba a estar con una gente genial y maravillosa, que iba a ver mis tiendas de ropa moderna y mis conciertos¡±, relata. Conocen a Albert Koski, el m¨¢nager m¨¢s poderoso de Francia. Todos los conciertos importantes los organizaba ¨¦l. ¡°Conectamos enseguida. Nos llamaba con antelaci¨®n. ¡®El mes que viene tengo a Bob Dylan, luego a Deep Purple y a Lou Reed¡¯. Organiz¨¢bamos viajes desde Espa?a con los lectores del Popu [como se conoce a Popular 1]¡±. Tras los conciertos, Koski organizaba cenas con los artistas e invitaba a Bertha y a Martin. Ah¨ª es donde la pareja conoc¨ªa a las estrellas. Se fotografiaban con ellos y les hac¨ªan entrevistas. En Espa?a ya hab¨ªan entablado relaci¨®n con todos: Miguel R¨ªos, Loquillo, Luz Casal, Ramonc¨ªn¡ ¡°Bertha era como una diosa a la que le gustaba el rock. Los m¨²sicos se quer¨ªan hacer fotos con ella. Ella y Martin eran (y son) gente abierta y cercana. Martin estaba siempre haciendo fotos y Bertha estaba en la escena, en todos los momentos clave¡±, cuenta por tel¨¦fono Ramonc¨ªn.
Bertha y Martin ya no pararon: Londres, Los ?ngeles, Nueva York, los festivales m¨¢s importantes¡ Ella firmaba la secci¨®n Bertha Ficci¨®n, una fotonovela loqu¨ªsima protagonizada por ella y por m¨²sicos y con guion de Jordi Sierra i Fabra. Por ah¨ª pasaron Cecilia, Status Quo, Jethro Tull, Mike Kennedy (Los Bravos) o Queen. Aqu¨ª es donde hizo amistad con Freddie Mercury. El cantante la invitaba a sus cumplea?os en Ibiza. ¡°Era arrogante, inteligente y destilaba una belleza ex¨®tica¡±, dice del l¨ªder de Queen. De alguna de esas fiestas afirma que se tuvo que marchar por el nivel de exceso. Bertha asegura que nunca se ha drogado. ¡°Siempre tuve un problema con la qu¨ªmica, soy al¨¦rgica. De peque?a me pusieron una inyecci¨®n de penicilina y se me hinch¨® todo el cuerpo. Casi me muero¡±. Prob¨® algo, involuntariamente. Como cuando Antonio Vega le dio un cigarro ¡°trucado¡±. ¡°Me puse verde. Mal, muy mal¡±, informa.
Todav¨ªa se estremece contando la agresi¨®n que sufri¨® por parte de Chuck Berry. Fue un concierto del padre del rock and roll en los ochenta en Barcelona: ¡°Yo estaba en las primeras filas. De golpe, me sube uno de seguridad al escenario, a bailar. All¨ª ya Berry me empieza a meter mano. Despu¨¦s del concierto est¨¢bamos en el backstage los del Popu, porque conoc¨ªamos al organizador. Entonces dos tiparracos me agarran de los brazos y me llevan en volandas. Me meten en un coche con los cristales tintados y me lanchan al asiento. De repente, veo a una pantera con los ojos encendidos. Y se me tira encima. No pod¨ªa con ¨¦l. Empec¨¦ a gritar, a pegarle¡ Hab¨ªa cerrado con llave. Pero mis amigos, que sospechaban algo, estaban golpeando la puerta del coche. Al final el t¨ªo tuvo que abrir la puerta. Me rompi¨® la ropa, pero no pudo hacerme nada. Y yo le di de hostias hasta cansarme¡±. Asume que aquella traum¨¢tica experiencia le dej¨® marcada, que desde entonces acud¨ªa a los conciertos con miedo, mirando siempre para atr¨¢s. ¡°He dado la vuelta al mundo, he conocido a los rockeros m¨¢s salvajes, muchos me han tirado los tejos¡ hasta he estado con Ted Nugent, que me bes¨® la mano. Y nadie se ha sobrepasado conmigo. Nadie, nadie. Salvo Chuck Berry¡±.
Tambi¨¦n la agredi¨® Gala Diakonova, pareja de Salvador Dal¨ª. ¡°Martin era el fot¨®grafo oficial de Dal¨ª y siempre nos reun¨ªamos con ¨¦l¡±. Un d¨ªa, el pintor cogi¨® una flor, se la frot¨® en el brazo a Bertha y grit¨®: ¡°Esperma, esperma¡±. ¡°Entonces lleg¨® Gala, que era muy celosa, vio la escena y se puso a pegarme y a arrastrarme por el suelo. Era muy bruja¡±, relata entre risas. De Lou Reed dice que siempre se expresaba con ¡°una vocalizaci¨®n trascendental¡± y que se pasaba horas hablando de ciencia. Tambi¨¦n los problemas que ten¨ªa para pasar por las aduanas su equipaje. ¡°Pod¨¦is imaginar lo que llevaba en sus maletas¡ Era un tipo que no le daba la mano a nadie, le daba horror el contacto por si alguien le contagiaba algo¡±, afirma. Tuvo dos d¨¦cadas de relaci¨®n intermitente con Reed¡ hasta que le cogi¨® man¨ªa porque su amiga Nico le hablaba muy mal de ¨¦l.
En cinco d¨¦cadas al frente de Popular 1, Bertha ha vivido turbulentas crisis. Habla de dos ruinas: una cuando un socio ¡°se llev¨® todo el dinero¡±. ¡°Salvamos el nombre porque lo hab¨ªamos registrado¡±. Y otra en 2000, junto antes de la entrada del euro. ¡°Empezaba la banca digital y un contable estafador que contrat¨¦ me rob¨® 50 millones de pesetas. Tuve que empezar de cero¡±, explica. Las d¨¦cadas m¨¢s vendedoras de la revista son las de los setenta y los noventa y el grupo que siempre ha tirado m¨¢s de la venta es Guns N¡¯Roses. Actualmente, Popular 1 vende 30.000 ejemplares al mes.
Bertha ya apenas va a conciertos, sobre todo por su dificultad de movilidad. Pasa mucho tiempo en su ¡°bunker¡±, como llama a su casa, acompa?ada de su gato Ziggy (por el personaje que creo David Bowie, Ziggy Stardust) leyendo, viendo series y escuchando m¨²sica. Cita a los que m¨¢s le apetece pinchar estos d¨ªas: Rammstein y Rage Against the Machine. Sigue viviendo de la revista, como desde 1973, aunque el d¨ªa a d¨ªa lo lleva su hijo C¨¦sar.
Es dif¨ªcil encontrar en Europa a alguien con tanta experiencia acumulada en el rock, con tantas historias, con tanta relaci¨®n con las estrellas internacionales. Y adem¨¢s siendo mujer. Sin embargo, si le preguntan qui¨¦n ha sido el personaje m¨¢s interesante que se ha encontrado en su vida, no lo duda: ¡°Miguel de la Quadra-Salcedo. Consegu¨ª que me recibiera en su casa para entrevistarlo y me apasionaron sus historias. Me cont¨® que se perdi¨® en el Amazonas durante un tiempo y se tuvo que casar con la hija del rey de una tribu. Era una persona tan llena de experiencias y aventuras¡±. Como ella¡
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