¡®Los colonos¡¯: una denuncia hist¨®rica chilena con br¨ªo de w¨¦stern salvaje y de aventura adulta
Chile env¨ªa a los Oscar este bello ejercicio visual y sonoro, un tratado sobre el colonialismo sin necesidad de los excesos ret¨®ricos del discurso ni de la impostura
En el cine los conceptos de frontera y de conquista suelen venir asociados al w¨¦stern: a sus esencias de fondo y a sus peculiaridades formales. Pero tambi¨¦n a la aventura: la adulta, no la de parque de atracciones; la que vuelve su mirada a la historia de la humanidad para reflexionar al mismo tiempo sobre la exploraci¨®n del territorio, sus condiciones econ¨®micas y sociales, y el lado m¨¢s sombr¨ªo de la condici¨®n humana. Y en esos dos territorios f¨ªlmicos, el w¨¦stern y la aventura, se mueve la ins¨®lita pel¨ªcula chilena Los colonos, dirigida por Felipe G¨¢lvez, elegida por la academia de su pa¨ªs para labrarse un camino hacia el Oscar a mejor pel¨ªcula internacional.
Tratado te¨®rico sobre el colonialismo sin necesidad de los excesos ret¨®ricos del discurso ni de la impostura, bello ejercicio visual y sonoro con un lenguaje cinematogr¨¢fico lejos de la complacencia y de cualquier convencionalismo contempor¨¢neo, y aguerrida representaci¨®n de la crueldad y el salvajismo en nombre de una supuesta civilizaci¨®n, Los colonos es un viaje al coraz¨®n de las tinieblas ambientado en tierras fronterizas entre Chile y Argentina, en los alrededores del a?o 1900. La Tierra del Fuego es el escenario de un mandato y una b¨²squeda brutal: el encargo de un terrateniente blanco a tres de sus trabajadores, un mercenario estadounidense, un exmilitar ingl¨¦s y un mestizo chileno, de intentar abrir una ruta para sus ovejas desde sus tierras y hasta el Oc¨¦ano Atl¨¢ntico, aun a costa del sacrificio de cualquier pueblo o tribu nativos que se interponga en su camino.
En ese recorrido hay algo de conradiano, de ¡°almas saciadas de emociones primitivas¡±, de personajes ¡°¨¢vidos de falsas glorias, de distinciones fingidas y de todas las apariencias que dan el ¨¦xito y el poder¡±. Tambi¨¦n, de locura a lo Werner Herzog, al estilo de Aguirre, la c¨®lera de Dios o Fitzcarraldo, aunque cambiando la jungla por una senda abierta en la que los atardeceres y los amaneceres son retratados por la hermosa fotograf¨ªa de Simone D¡¯Arcangelo con preciosa rotundidad. La niebla nocturna, la fuerza de la naturaleza y la puntual calma de los escenarios de interior, iluminados de un modo delicado aunque brillante, contrastan con el ejercicio de bestialidad del poder y de la depravaci¨®n, incluidas las violaciones.
¡°Una libra por cada oreja cortada¡±, reza el lema de la pel¨ªcula en su p¨®ster, entresacando una frase y una acci¨®n dementes. ¡°Matar salvajes¡± en beneficio del ¡°desarrollo de las tierras¡±. En los confines del mundo, y con los posteriores acuerdos con el pueblo mapuche al fondo, resoluciones que recorren buena parte de la historia del pa¨ªs, Los colonos habla del antes sin que el aqu¨ª y el ahora dejen de estar presentes. Y trat¨¢ndose adem¨¢s de una ¨®pera prima, G¨¢lvez narra su relato con el freno de mano quitado en el aspecto musical, con una banda sonora extraordinaria que a veces corre peligro de comerse las im¨¢genes, pero que retumba como el grito de los ind¨ªgenas y le acaba encajando a la perfecci¨®n. La fuerza de su percusi¨®n, de sus contrabajos y sus trompetas estremece entre la imponencia de sus paisajes y las monstruosidades de sus personajes
Un programa doble junto a Los asesinos de la luna, de Martin Scorsese, que llega a los cines la semana que viene, como denuncia conjunta de los genocidios ind¨ªgenas a manos de la corrupci¨®n, el dinero, el imperialismo y la barbarie, podr¨ªa ser colosal.
Los colonos
Dirección: Felipe Gálvez.
Intérpretes: Camilo Arancibia, Alfredo Castro, Mark Stanley, Benjamin Westfall.
Género: drama. Chile, 2023.
Duración: 97 minutos.
Estreno: 11 de septiembre.
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