David Ucl¨¦s, autor de una novela sobre la contienda de 1936 a trav¨¦s del realismo m¨¢gico: ¡°No me extra?ar¨ªa una futura guerra civil en Espa?a¡±
El escritor y m¨²sico, de 34 a?os, traza la gran y la peque?a historia del enfrentamiento espa?ol en el libro ¡®La pen¨ªnsula de las casas vac¨ªas¡¯ (Siruela)
![El escritor David Ucl¨¦s, retratado en el madrile?o barrio de La Latina, en Madrid, el 22 de marzo de 2024.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/XWY6Y6ASABCCVDF33XSZ26Q5Y4.jpg?auth=11f0fadd916ef311c2d0deb2b3eed15c60b1c6f81504fc744a652e4bc236aa06&width=414)
![Sergio C. Fanjul](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F7a9aca29-6268-4989-a7e4-1536610495c4.png?auth=7050b87eef2ddac3948587d7c985e761f21b140c84083d72b7d2e1555ec73366&width=100&height=100&smart=true)
David Ucl¨¦s es un tipo muy particular. Por ejemplo, su forma de ganarse la vida es acudir cada verano a Santiago de Compostela, donde toca el acorde¨®n y canta en la calle para recaudar fondos con los que sobrevivir el resto del a?o y poder dedicarse a escribir. Lo del acorde¨®n le viene de cuando pas¨® casi tres a?os en Par¨ªs, por la zona de Montmartre, y cantaba en los bares por Charles Aznavour, Jacques Brel o Edith Piaf. En m¨²sica, como se ve, lo suyo es la chanson francesa. En literatura, como veremos, el realismo m¨¢gico. Tambi¨¦n, por cierto, toca el arpa. Y una vez al a?o pinta cuadros y los vende, para sumar a la supervivencia, porque su familia se ha dedicado al campo y tampoco sobran los billetes. Es licenciado y m¨¢ster en Traducci¨®n e Interpretaci¨®n (en ingl¨¦s y alem¨¢n). ¡°Pero no he cotizado en la vida¡±, dice un par de veces. Su vida es una apuesta.
Otra particularidad es que, pese a haber nacido en 1990, Ucl¨¦s ha escrito una novela sobre la Guerra Civil, una cosa que a su generaci¨®n tal vez le suene demasiado lejana. En otros tiempos la Guerra Civil fue un considerada un clich¨¦ en la cultura espa?ola: el novelista Isaac Rosa lleg¨® a titular una de sus obras ?Otra maldita novela sobre la guerra civil! Y esta otra maldita novela sobre la Guerra Civil se cuenta, adem¨¢s, a trav¨¦s del realismo (o neorrealismo, seg¨²n algunos) m¨¢gico. Un libro de 700 p¨¢ginas, que rivaliza en extensi¨®n con otras novelas gruesas de esta temporada, v¨¦ase Los Escorpiones (Lumen), de Sara Barquinero, o Planeta invernadero (Alianza Editorial), de Rafael Navarro de Castro. La novela de Ucl¨¦s se titula La pen¨ªnsula de las casas vac¨ªas (Siruela). La escritura, sin ning¨²n horizonte de publicaci¨®n, dur¨® 15 a?os. ¡°Ha sido un salto al vac¨ªo, pero estoy muy contento¡±, afirma. Es otra de sus apuestas.
![Mapa que representa el viaje literario, de 25.000 kil¨®metros, que realiz¨® Davis Ucl¨¦s al documentarse para 'La pen¨ªnsula de las casas vac¨ªas' (Siruela).](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/325GDYBRKJHO5C5IVT7NGMQNBY.jpg?auth=7e5d987510461669c8a4742b45046e6083e432942d51cd5c9aa6370cb3dabc25&width=414)
¡°La verdad es que en mi generaci¨®n no se habla mucho de la Guerra Civil. No porque haya un pacto de silencio: es que en el libro de texto solo ocupaba dos p¨¢ginas¡±, explica Ucl¨¦s en la sede de su editorial, en Madrid. Viste colores parduscos, gorra, barba, no s¨¦ sabe muy bien si por los aires bohemios o por la conexi¨®n rural. Habla con el suave acento jienense del que naci¨® en ?beda pero pas¨® mucho tiempo de su ni?ez en el pueblo olivarero de Quesada (¡°eran un pueblo muy anarquista¡±) cuyo trasunto en la novela es J¨¢ndula, un Macondo andaluz de magia esdr¨²jula. ¡°Mi intenci¨®n no es pol¨ªtica, pero es que en todo hay pol¨ªtica. Me gustar¨ªa avivar la curiosidad por la guerra, en estos tiempos en los que se ve a 50 personas de 17 a?os con el brazo en alto cantando el Cara al sol. Debemos tener presente lo que pas¨®¡±, a?ade.
Tanto tiempo pas¨® Ucl¨¦s haciendo la novela que la lleg¨® a registrar cinco veces y brind¨® otras tantas con los amigos por haberla acabado. Recibi¨® ofertas editoriales que luego rechaz¨®. Hace tres lustros La pen¨ªnsula de las casas vac¨ªas no era estrictamente un proyecto sobre la Guerra Civil. ¡°Empec¨¦, simplemente, recopilando los testimonios orales que me contaba mi abuelo¡±, dice. Luego, hace nueve a?os, decidi¨® meterse a fondo con la contienda, de modo que en el libro se puede leer la microhistoria de las gentes de J¨¢ndula, inspirada en la familia del autor, y la macrohistoria de la guerra, con todos sus episodios relevantes: la batalla del Ebro, la matanza de Badajoz, la Desband¨¢ de M¨¢laga, el asedio de Madrid, el enfrentamiento verbal entre Unamuno y Mill¨¢n Astray en Salamanca o la llamada gesta del Alc¨¢zar de Toledo. Aunque el tono sea realista m¨¢gico, los hechos son completamente ver¨ªdicos y documentados. Por la memoria. ¡°Estamos en un momento con muchas tensiones y cualquier chispa puede desatar el desastre. A m¨ª, en Espa?a, una futura guerra civil no me extra?a¡±, dice el autor.
![El escritor David Ucl¨¦s, retratado en el madrile?o barrio de La Latina, en Madrid, el 22 de marzo de 2024.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4SKDWEVJ2BHSNDMFEUDQ4ALKXA.jpg?auth=fa517c38a588ba5b751229ff4684570b361ed4c4251b6622bb866156ecb8e204&width=414)
No habla de Espa?a, en la novela, sino de Iberia. Lo primero que se viene a la cabeza es que, siendo un territorio m¨¢gico, donde pasan cosas raras, merece otro nombre alejado de la realidad geogr¨¢fica. Algo de eso hay, pero tambi¨¦n otras cosas: su adhesi¨®n al iberismo, la corriente que piensa que Espa?a y Portugal deber¨ªan formar un solo pa¨ªs. ¡°Soy iberista¡±, dice el autor, ¡°creo que ser¨ªa bueno para todos econ¨®micamente, simb¨®licamente, rom¨¢nticamente. Los s¨ªmbolos actuales de Espa?a, lo queramos o no, tienen unas connotaciones, no son neutrales. Deber¨ªamos crear otros nuevos. Nos enriquecer¨ªamos con los lazos con Portugal, incluso con Brasil¡±. Y cita algunos autores que han expresado ideas similares: Jos¨¦ Saramago, Fernando Pessoa, o el hispanista Ian Gibson.
Como documentaci¨®n para su relato hist¨®rico, Ucl¨¦s no solo ley¨® todo lo que cay¨® en sus manos, sino que, financiado por una beca Leonardo de la Fundaci¨®n BBVA, recorri¨® 25.000 kil¨®metros de Espa?a, visitando todos los lugares relevantes para su proyecto; un viaje que luego resumi¨® en un mapa. Su pueblo lo tra¨ªa de serie. ¡°No me cost¨® mucho imaginar Quesada en los a?os treinta, porque la vida no ha cambiado mucho¡±, dice. ¡°La ¨²nica diferencia es que ahora hay tele donde ponen a Juan y Medio. Es que es todo igual: muebles antiqu¨ªsimos, casas encaladas, la gente se expresa igual. La cultura de campo: gente muy tel¨²rica, muy atada a la tierra y muy supersticiosa, con sus im¨¢genes de la Virgen¡±.
![Esquema en la pared que el escritor David Ucl¨¦s utiliz¨® para navegar a trav¨¦s del numeroso elenco de personajes en su novela 'La pen¨ªnsula de las casas vac¨ªas'.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/KHMX6QWAK5FYVFHBCC44LAB2VU.jpg?auth=abf3864da69ab71d7ad4e53740c0b452d332c37522f77e637c3df727e822682e&width=414)
Utiliz¨® una pared de su casa para colocar otro mapa, este mental, en el que organizar las historias de todos los personajes, muy numerosos, que aparecen y desaparecen en la novela. Unas historias repletas de sucesos sorprendentes: lluvias que derriten los cuerpos, sombras que se cosen a cuerpos, cuerpos rellenos de ceniza, acelgas que proliferan por doquier, pueblos que se levantan sobre andamios (por aquello del Arriba Espa?a) o unos personajes conscientes de que son manejados por un narrador omnisciente: ¡°Los personajes est¨¢n rallad¨ªsimos con esto¡±, r¨ªe el escritor. Un narrador que en un pasaje baja a hablar con Unamuno y en otro a reunirse con Franco delante de El entierro del Conde de Orgaz, de El Greco. El desarrollo estrat¨¦gico de la guerra se narra como, literalmente, una sucesi¨®n de jugadas de ajedrez. Y dice el autor que funciona. Ucl¨¦s hace lo que quiere cuando quiere, y no le queda mal.
?Es realismo m¨¢gico o neorrealismo m¨¢gico, como se lee por ah¨ª? ¡°Supongo que es lo mismo, el t¨¦rmino neorrealismo me gustaba porque tambi¨¦n se refer¨ªa al aspecto social del neorrealismo italiano, de Fellini, el retrato de una sociedad deprimida, pero igual son demasiadas referencias¡±, dice Ucl¨¦s. La magia que le gusta es la de El tambor de hojalata de G¨¹nter Grass, la de En tierras bajas de Herta M¨¹ller, la de Hijos de la medianoche de Salman Rushdie, la del libro de culto El palacio azul de los ingenieros belgas del asturiano Fulgencio Arg¨¹elles. ?Se leer¨¢ la nueva, es un decir, novela de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez? ¡°Que va, Garc¨ªa M¨¢rquez me parece muy cursi. Lo m¨ªo es m¨¢s macabro¡±, concluye.
Babelia
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