La sombra de Tito fuera del bloque sovi¨¦tico: un documental rescata la historia del Movimiento de Pa¨ªses No Alineados
El trabajo de la serbia Mila Turajli?, que se presenta este jueves en el festival Radical Film, parte de las cintas grabadas por Stevan Labudovic y entrevistas con este c¨¢mara que rod¨® al dictador yugoslavo durante 30 a?os
Josip Broz Tito espera serio, enfundado en su traje militar, el aterrizaje de un vuelo diplom¨¢tico en el aeropuerto de Belgrado. Quien llega es Jawaharlal Nehru, primer ministro de la India. Se abrazan efusivamente y decenas de c¨¢maras Arriflex se agolpan para retratar el momento. Llegar¨¢n poco despu¨¦s a la misma pista los l¨ªderes de Egipto, Ghana, Indonesia; un total de 25 representantes del Sur Global, la mayor¨ªa reci¨¦n independizados y unidos por negarse a tomar partido en la Guerra Fr¨ªa. Ya de camino al Parlamento de Yugoslavia, cientos de miles de personas los saludan en la calle con las banderas de las naciones invitadas. Era el primero de los seis d¨ªas que dur¨® la primera cumbre del Movimiento de Pa¨ªses No Alineados, celebrada entre el 1 y el 6 de septiembre de 1961. El punto culminante del proyecto que el carism¨¢tico y aut¨®crata balc¨¢nico ven¨ªa gestionando al menos seis a?os antes, viajando por cuatro continentes y grabado en la historia gracias a las im¨¢genes de los dos camar¨®grafos privados que pidi¨®. El rescate del archivo de uno de ellos es la esencia del documental Non-Aligned: Scenes from the Labudovic Reels (No alineados: escenas de las cintas de Labudovic), de la serbia Mila Turajli?, quien presenta y proyecta su filme en Madrid este jueves en el marco del Radical Film.
Stevan Labudovic y Dragan Mitrovic fueron los realizadores escogidos para acompa?ar a Tito en su traves¨ªa por 55 pa¨ªses, que comenz¨® en 1954, en busca de nuevos aliados para la Yugoslavia que hab¨ªa sido expulsada del bloque sovi¨¦tico en 1948, por diferencias ideol¨®gicas con Stalin. Pero la relaci¨®n de Labudovic con Josip Broz se remonta a la II Guerra Mundial. El segundo lideraba la resistencia del movimiento partisano frente a las fuerzas de ocupaci¨®n del Eje y el primero formaba parte de la unidad de fot¨®grafos del mismo ej¨¦rcito, con 17 a?os. ¡°Escog¨ª la figura de Stevan porque era quien viv¨ªa a¨²n, pero sobre todo porque sigui¨® a Tito durante 30 a?os y fue el primero en ser mandado a filmar la liberaci¨®n de un pa¨ªs como un gesto solidario. Estuvo en la Guerra de Liberaci¨®n de Argelia, en el nacimiento de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina y en las fiestas del 2.500 aniversario del Imperio Persa, que fue tan importante que Orson Welles hizo una pel¨ªcula. Era una fuente de informaci¨®n valios¨ªsima¡±, comenta Turajli? por tel¨¦fono desde Inglaterra.
La cineasta encara una semana apretada. Est¨¢ en Londres por el Festival de Documental de Sheffield, lleg¨® desde Marruecos donde imparti¨® una conferencia para estudiantes de cine y ahora le espera la capital espa?ola. Le da toda la visibilidad posible a un proyecto en el que lleva trabajando 10 a?os, una d¨¦cada escarbando en las olvidadas cintas, nunca inventariadas y que no proyectadas hasta ahora, de Filmske Novosti, instituci¨®n creada en 1941 para documentar la vida pol¨ªtica y social de Yugoslavia. Las im¨¢genes del fondo audiovisual se combinan en la pel¨ªcula con las reflexiones de Labudovic sobre ese momento hist¨®rico. Muri¨® en 2017 con 90 a?os, antes del estreno del filme.
¡°Quer¨ªamos abolir los esclavismos y acabar con las colonias¡±, dice en No alineados un mayor pero l¨²cido Labudovic. Sigui¨® tan de cerca y por tanto tiempo a Tito que dice que lo film¨® ¡°borracho y meando¡±. Recuerda la primera visita que hicieron en 1954, en Bombay. Luego vino el encuentro con el egipcio Abdel Nasser en el Canal de Suez, despu¨¦s Ghana, Etiop¨ªa, Sud¨¢n, L¨ªbano, Irak, Corea del Norte. El mariscal promov¨ªa una soberan¨ªa nacional, evitando la dominaci¨®n de cualquiera de los dos bloques hegem¨®nicos. Apoyaba los movimientos independentistas con ayuda diplom¨¢tica y militar, colabor¨® muy de cerca con las gestas libertarias de Argelia y Angola; solo para la emancipaci¨®n de Mal¨ª, Labudovic rod¨® 171 boletines para cine, otros 30 para Tanzania.
El camar¨®grafo tambi¨¦n estuvo en la sede de la ONU en Nueva York en 1960, cuando la decimoquinta Asamblea de las Naciones Unidas acept¨® 16 nuevos Estados, todos pa¨ªses africanos que superaron su fase colonial. Ah¨ª se redact¨® un texto que ped¨ªa ¡°desacelerar la colonizaci¨®n¡±, la base para los cinco principios que se firmar¨ªan en la cumbre de Belgrado: respeto por la integridad territorial, principio de no agresi¨®n, de no interferencia en asuntos internos, igualdad y beneficio mutuo, y coexistencia pac¨ªfica.
La emoci¨®n nost¨¢lgica y ut¨®pica de la parte inicial del filme choca estrepitosamente con lo que termin¨® siendo el proyecto y sus pa¨ªses integrantes. ¡°Considerados hoy como dictadores, su proyecto pol¨ªtico se ha hundido en el olvido, al igual que el de Yugoslavia¡±, dice la directora Turajli?. Las pruebas remiten a los campos de batalla de la Guerra Fr¨ªa que terminaron siendo algunos Estados miembros, como Afganist¨¢n (1979) o el Congo (1965). Los l¨ªderes m¨¢s visibles acabaron ejerciendo gobiernos autoritarios con recorte de libertades y persecuci¨®n pol¨ªtica, como Fidel Castro en Cuba (¨²nico representante latinoamericano en aquella primera cumbre de Belgrado) o Nasser en Egipto.
El legado del mismo Tito es ¡°incre¨ªblemente complicado¡±, seg¨²n Turajli?. Uni¨® a los eslavos del sur en una rep¨²blica federal, pero a su paso dej¨® una purga contra quienes consideraba enemigos. ¡°Hubo prosperidad econ¨®mica y modernizaci¨®n para una gran parte de Yugoslavia, pero al mismo tiempo hubo supresiones de expresiones pol¨ªticas, opositores que tuvieron que abandonar el pa¨ªs¡±. El puesto en la historia que le asigna la sociedad var¨ªa de acuerdo a los seis pa¨ªses que conformaban el extinto estado: ¡°Sarajevo, en Bosnia, es la ¨²nica capital de la antigua rep¨²blica donde la calle principal se llama Mariscal Tito, de modo que sigue estando muy presente en la memoria p¨²blica. En otras, como Croacia, casi no existe y en Eslovenia est¨¢ relegado al ¨¢mbito de la cultura pop¡±.
La directora, de 44 a?os, afirma que existe un renovado inter¨¦s entre los j¨®venes por la figura de Tito y su tipo de socialismo disidente. Una de las nuevas maneras en que se lo aborda es a trav¨¦s de su vocaci¨®n cin¨¦fila y su plena confianza en la propaganda, fiel a las caracter¨ªsticas de los l¨ªderes que gozan del culto a su personalidad (v¨¦ase Hitler, Franco o Stalin). ¡°El cine era el arma pol¨ªtica de la ¨¦poca porque, antes de la televisi¨®n, estaba en su apogeo. Los noticiarios cinematogr¨¢ficos eran el medio de informaci¨®n visual dominante en aquel entonces. Al ser figuras que llevaron a sus pa¨ªses a la independencia y al verse a s¨ª mismos como h¨¦roes, eran muy conscientes de mantener una narrativa pol¨ªtica¡±, asegura la cineasta, que ya relat¨® la afici¨®n de Tito por el cine en su primera pel¨ªcula, Cinema Komunisto (2010), donde cuenta c¨®mo los estudios f¨ªlmicos de Yugoslavia atrajeron a Orson Welles, Alfred Hitchcock o Kirk Douglas.
No alineados: escenas de las cintas de Labudovic puede enmarcarse en esa tendencia para reconstruir la memoria de los pa¨ªses eslavos del sur que conformaban la antigua Yugoslavia y, de alguna manera, superar su traum¨¢tica y sangrienta disoluci¨®n en los noventa. ¡°El problema de la historiograf¨ªa en los Balcanes es que en gran medida est¨¢ secuestrada por la pol¨ªtica. Aunque hay una nueva generaci¨®n haciendo cosas muy interesantes, la forma en que se escriben los libros de historia y la manera en que se conmemora nuestro pasado en el espacio p¨²blico es realmente insatisfactoria. Nos falla porque no hay ning¨²n tipo de consenso pol¨ªtico, principalmente en Serbia, sobre c¨®mo contar nuestra historia pasada¡±.
A Turajli? no le sab¨ªan explicar ni en la universidad ni en casa por qu¨¦, cuando dec¨ªa que era de Belgrado, los taxistas de Nueva Delhi no le cobraban o por qu¨¦ se emocionaban los argelinos al escuchar de d¨®nde es. ¡°Si digo que soy de Yugoslavia, hay una especie de sentimiento, de complicidad pol¨ªtica¡±. Al ser insatisfactoria la historia que se ha escrito, los interesados en conocerla se han adentrado en el arte. ¡°Trabajamos con registros subjetivos, ¨ªntimos y emocionales en primera persona. En este caso, para m¨ª, los archivos me permiten hacerlo y se convierten en la herramienta con la que intento descifrar las im¨¢genes que han quedado¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.