¡®El 47¡¯: Pr¨®xima parada, los olvidados de la Transici¨®n
Eduard Fern¨¢ndez destaca como h¨¦roe de la clase obrera en esta recreaci¨®n de las reivindicaciones vecinales de la barriada barcelonesa de Torre Bar¨® en 1978
Los movimientos ciudadanos nacidos durante los a?os setenta en los barrios de las grandes ciudades espa?olas en torno a sus agrupaciones vecinales, surgidas muchas de ellas aprovechando los resquicios legales del tardofranquismo, quedaron en su d¨ªa fuera del mito de la Transici¨®n. Fueron, sin embargo, tan importantes en el camino hacia la democracia como las mujeres, los j¨®venes contraculturales o los estigmatizados por la Ley de Peligrosidad Social. La revisi¨®n de ese vac¨ªo hist¨®rico se inici¨® hace ya m¨¢s de una d¨¦cada en ensayos, exposiciones y, ahora, pel¨ªculas, de Modelo 77, de Alberto Rodr¨ªguez, a Te estoy amando locamente, de Alejandro Mar¨ªn. Con menor o mayor acierto, todos esos trabajos buscaban saldar una deuda con colectivos decisivos en aquellos tiempos de cambio.
El 47, la pel¨ªcula de Marcel Barrena sobre el movimiento vecinal de Torre Bar¨®, suburbio de Barcelona, se centra en un hecho (real) muy concreto, y en su protagonista: el conductor de autobuses Manuel Vital y su obstinada reivindicaci¨®n de una parada del transporte p¨²blico en Torre Bar¨®. Recordar la haza?a de este h¨¦roe de barrio es una buena idea que, sobre todo, funciona gracias a la interpretaci¨®n de su actor principal, Eduard Fern¨¢ndez, y a la estupenda Clara Segura. Fern¨¢ndez entra con pasi¨®n en la piel de este emigrante extreme?o que, como todos sus vecinos de Torre Bar¨® y otros tantos, dej¨® su tierra en la posguerra huyendo del hambre y el azote de las represalias de la Guerra Civil para construir con sus propias manos una casa a las afueras de Barcelona.
El arranque del filme se sit¨²a en 1958 para recordar c¨®mo naci¨® aquel asentamiento ilegal para saltar luego dos d¨¦cadas, al mismo a?o de la Constituci¨®n, en el que el emigrante, adem¨¢s de hablar ya catal¨¢n, conduce un autob¨²s municipal. A partir de ese momento, Barrena juega con las texturas del material de archivo cada vez que deja el barrio y entra en Barcelona, creando desde las ventanas del autob¨²s una postal sentimental sin demasiado calado. A la hora de retratar una ¨¦poca de tal ebullici¨®n ¡ªen la que el v¨ªdeo casero fue algo m¨¢s que un arma dom¨¦stica, como demostr¨® el colectivo Video-Nou, que incluso puso en pr¨¢ctica un video-bus que se mov¨ªa por los barrios de Barcelona con el equipo de grabaci¨®n y sus monitores¡ª, se echa en falta que el contexto del 78 no quede reducido a lo elemental: el tel¨®n de fondo retro nost¨¢lgico, dos pinceladas de las luchas sindicales y vecinales y la muletilla del ¡°basado en¡¡± con im¨¢genes finales del personaje real.
En El 47, los nuevos movimientos juveniles podr¨ªan haber tenido un espejo en la hija de Vital, un personaje clave cuya toma de conciencia queda diluida en un guion previsible, condenando al personaje a un papel demasiado esquem¨¢tico. El testigo padre-hija queda en manos de una canci¨®n ¨²nica y emocionante ¡ª Gallo rojo, gallo negro de Chico S¨¢nchez Ferlosio¡ª que, si bien garantiza el nudo en la garganta, ni resuelve ni explica la tensi¨®n entre generaciones, ni el complejo lugar de aquellos herederos del antifranquismo.
Con todo, El 47 cumple su amable objetivo, incluso mejor que otras revisiones recientes de la Transici¨®n. Un logro que se debe principalmente al descubrimiento de su personaje central, con su historia tan evocadora como sencilla, y a su actor principal, que compone un Manuel Vital lleno de nobleza y fuerza. Y, c¨®mo no, a esa rotunda imagen de un autob¨²s rojo subiendo tozudo la cuesta de una pobre barriada olvidada por todos en plena euforia democr¨¢tica.
El 47
Dirección: Marcel Barrena.
Intérpretes: Eduard Fernández, Clara Segura, David Verdaguer, Zoe Bonafonte, Salva Reina.
Género: drama, España, 2024.
Duración: 110 minutos.
Estreno: 6 de septiembre.
Babelia
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