La Mostra m¨¢s pol¨ªtica y sexual de los ¨²ltimos a?os
¡®La habitaci¨®n de al lado¡¯, de Pedro Almod¨®var, ha sido una de las obras mejor valoradas por la cr¨ªtica en una edici¨®n de muy buen nivel, marcada por el rechazo de las estrellas a dar entrevistas
Una barrera separa la alfombra roja del festival de Venecia de las masas que acuden a ver desfilar las estrellas. La raz¨®n resulta tan evidente como sensata: evitar que la pasi¨®n de los fans fagocite a los actores, as¨ª como el riesgo de accidentes. La separaci¨®n permite, adem¨¢s, que sean los propios divos quienes marquen los tiempos. Acercarse al p¨²blico, firmar aut¨®grafos, posar para una foto, dejarse adorar un rato e irse. A su antojo. Pero este a?o los astros m¨¢s deseados de la Mostra han levantado un nuevo muro, m¨¢s alto y pol¨¦mico: su silencio.
Casi todos los filmes m¨¢s esperados del certamen, de Maria a Wolfs, de Queer a Babygirl, han limitado al m¨ªnimo hist¨®rico, o incluso rechazado, cualquier entrevista o actividad con periodistas. Rueda de prensa, por obligaci¨®n, y fin. El director art¨ªstico, Alberto Barbera, no ha parado de repetir que la 81? edici¨®n, que termina ma?ana s¨¢bado, ha registrado la mayor asistencia de celebridades en d¨¦cadas. Jam¨¢s hubo tantas. Y, adem¨¢s, tras el vac¨ªo del a?o pasado por la huelga de actores. Pero nunca hab¨ªan dicho tan poco. Lo que ha generado un comunicado de alarma firmado por decenas de redactores, y una protesta que termin¨® convertida en pregunta a Barbera, el d¨ªa de la inauguraci¨®n. Respondi¨® que no es asunto del festival, y poco puede hacer.
Se trata de distribuidores, agencias de ventas y, seguramente, de los propios directores y actores. El modelo, ¨²ltimamente, ya solo ten¨ªa sentido para la promoci¨®n: periodistas invitados a una hora de vaporetto para ¡°una entrevista de 10 minutos¡± con director y actriz protagonista; y, por el otro lado, int¨¦rpretes encerrados en micro charlas una tras otra, donde las preguntas se repiten id¨¦nticas, o mesas redondas, donde las cuestiones vuelan de un tema a otro sin conexi¨®n. El silencio, en realidad, ha funcionado para las compa?¨ªas: se ha hablado de las estrellas y sus filmes, aunque ellas no han dicho nada. Y, de paso, buscar el v¨ªnculo directo con el p¨²blico les ahorra el filtro cr¨ªtico de la prensa. Cara al futuro, sin embargo, se precisa un replanteamiento del modelo. Un cambio m¨¢s, entre tantos que afrontan cine, industria y periodismo.
La buena noticia es que, a falta de la voz de cineastas e int¨¦rpretes, las pel¨ªculas s¨ª contaron mucho. Una pista sobre lo que deparar¨¢ el palmar¨¦s ma?ana, pueden darlo las listas con nota media y estrellitas que otorgan cr¨ªticos italianos e internacionales: La habitaci¨®n de al lado, de Pedro Almod¨®var, Harvest, de Athina Rachel Tsangari, Queer, de Luca Guadagnino y The Brutalist, de Brady Corbet, est¨¢n entre las favoritas. Aunque la pel¨ªcula m¨¢s comentada en los pasillos fue seguramente esta ¨²ltima. Una obra colosal en todos los sentidos: tres horas y media, una ambici¨®n narrativa y f¨ªlmica desmesurada, un rodaje en 70 mil¨ªmetros y celuloide, todo un reto para su distribuci¨®n, as¨ª como una interpretaci¨®n inolvidable de Adrien Brody, candidato desde ya al Oscar al mejor actor protagonista.
Cuando se anunci¨® la programaci¨®n, sorprendi¨® la menor cantidad de nombres conocidos, para los est¨¢ndares de Venecia. A posteriori, la mezcla ha resultado exitosa. La Maria Callas de Pablo Larra¨ªn encarnada por Angelina Jolie, la Folie ¨¤ Deux del Joker de Joaquin Phoenix con Lady Gaga, o el reencuentro en pantalla entre George Clooney y Brad Pitt captaron inevitablemente la luz de los focos. Pero hubo espacio y gloria para filmes menos conocidos. Y de eso, al fin y al cabo, se trata: adem¨¢s de invitar y aplaudir a los Almod¨®var o Guadagnino, el Lido debe lanzar a sus herederos.
Vermiglio, de Maura Delpero ¡ªcomo casi siempre, de las cuatro o cinco obras italianas seleccionadas, merece realmente la pena una¡ª; El jockey, de Luis Ortega, as¨ª como The Brutalist y Harvest causaron asombro y fascinaci¨®n, alumbraron ideas nuevas, alg¨²n fallo y las ganas de seguir el futuro de sus autores. Dea Kulumbegashvili tiene 38 a?os y tan solo dos pel¨ªculas en su curr¨ªculo, pero ya ven¨ªa con un aval notable: su ¨®pera prima, Beginning, gan¨® cuatro premios en San Sebasti¨¢n en 2020, incluida la Concha de Oro. April ha confirmado a una directora implacable, fiel a su cine hasta las ¨²ltimas consecuencias, sin concesiones.
La autora georgiana muestra en la pantalla y en plano fijo un parto malogrado y un aborto clandestino. Material para los escalofr¨ªos y la reflexi¨®n del p¨²blico. Y para la reivindicaci¨®n del derecho de cada mujer a la interrupci¨®n voluntaria de su embarazo, justo en una ¨¦poca en que su derogaci¨®n por parte del Supremo de EE UU y la batalla de la presidenta italiana, Giorgia Meloni, en su contra intentan ponerlo en duda.
Curiosamente, del cine georgiano vino tambi¨¦n otro de los sucesos m¨¢s significativo del festival: las primeras proyecciones de la pel¨ªcula The Antique, seleccionada en la secci¨®n paralela Giornate degli Autori, fueron canceladas a ra¨ªz de una denuncia de tres compa?¨ªas ante la corte de Venecia por una disputa sobre la autor¨ªa del guion del filme. Para la cineasta, Rusudan Glurjidze, la raz¨®n real era evidente: ¡°Estoy en el centro de Europa y estoy siendo censurada. Es muy preocupante¡±. Su teor¨ªa ata la nacionalidad rusa de una de las tres demandantes (la productora Viva Films) con el tema del largo: la expulsi¨®n masiva de migrantes georgianos en 2006.
El recurso de Giornate degli Autori ante el fallo logr¨® que la justicia autorizara finalmente a mostrar el filme en sala, hoy viernes. En Mosc¨², por cierto, tampoco gustar¨ªa Russians at War, documental de Anastasia Trofimova, una cineasta infiltrada con un batall¨®n del ej¨¦rcito de Putin en el frente ucranio. Y la otra guerra que hace temblar al mundo, la ofensiva israel¨ª en Gaza, tambi¨¦n tuvo su presencia y pol¨¦mica en el certamen: unos 300 artistas animaron a boicotear el largo Why War, de Amos Gitai, porque fue ¡°creado por productoras c¨®mplices de Israel que contribuyen al apartheid, la ocupaci¨®n y ahora el genocidio¡±. El veterano director inst¨® a ver la pel¨ªcula, primero, y asever¨® que no ha recibido un solo euro p¨²blico del Estado israel¨ª.
En este festival un aluvi¨®n de pel¨ªculas de todos los g¨¦neros y pa¨ªses se meti¨® muy a fondo en pol¨ªtica. Y, sobre todo, en el auge de la extrema derecha. Ficci¨®n y documental, de ayer y de hoy, para intentar denunciar, pero tambi¨¦n entender. La lista se fue alargando cada d¨ªa: en el concurso, The Order, thriller de Justin Kurzel inspirado por una banda terrorista supremacista que asust¨® a EE UU en 1983, o The Quiet Son, de Muriel y Delphine Coulin, sobre la radicalizaci¨®n de uno de los dos hijos de un padre viudo en Francia; el vistazo al pasado de la serie M. El hijo del siglo, sobre el ascenso de Mussolini y basada en la biograf¨ªa del duce de Antonio Scurati, o del documental Riefenstahl, sobre la cineasta de la propaganda nazi. Y los interrogantes muy recientes de Homegrown, que sigue a tres extremistas defensores de Trump hasta el asalto al Congreso del 6 de enero de 2021, Separated, sobre la separaci¨®n entre menores y sus familias en la frontera que impuso la pol¨ªtica migratoria del expresidente de EE UU, o Apocalipse nos tr¨®picos, centrada en c¨®mo el auge del fundamentalismo religioso impuls¨® el triunfo del expresidente Jair Bolsonaro en Brasil.
En realidad, el cine siempre ha contado los tiempos que vive. As¨ª que quiz¨¢s m¨¢s sorprendentes resultaron otros dos temas que dominaron la Mostra. Hasta el propio Barbera se declar¨® impactado por otra tendencia, sobre todo en el concurso principal. Se vieron secuencias muy expl¨ªcitas en Queer, el bum de la industria del porno en Italia en Diva Futura, masturbaci¨®n femenina pese a la presi¨®n y la mirada de Dios en Vermiglio, y Babygirl ofreci¨® la visi¨®n m¨¢s atrevida. Una directiva encarnada por Nicole Kidman empieza una relaci¨®n extrema de dominaci¨®n con un becario reci¨¦n contratado por la empresa. Para abordar los l¨ªmites entre abuso, opresi¨®n, placer y consentimiento. Y reivindicar la libertad sexual femenina.
Disclaimer, de Alfonso Cuar¨®n, tambi¨¦n incluye secuencias er¨®ticas sin tapujos. Y Los a?os nuevos, de Rodrigo Sorogoyen, filma momentos de sexo oral apasionado. Ambas obras, a la vez, contribuyeron a otra tendencia del certamen: el enorme inter¨¦s hacia las series, tanto como para disputarle el protagonismo al s¨¦ptimo arte, justo en su festival m¨¢s antiguo. Familias como la nuestra, de Thomas Vinterberg, se sum¨® a la aventura en la pantalla peque?a del cineasta mexicano, a la confirmaci¨®n del talento del espa?ol y a los ocho episodios sobre Mussolini para convertir la producci¨®n televisiva en uno de los pilares de esta edici¨®n. Otra invitaci¨®n a pensar a fondo en el futuro. Por lo menos, en el sector, las ideas nunca faltan: es su pan de cada d¨ªa.
Babelia
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