Las empresas tecnol¨®gicas te manipulan: extrabajadores critican la ¨¦tica de Google, Facebook y algunos videojuegos
La publicaci¨®n de ¡®Te la han jugado¡¯, de Adrian Hon, es el ejemplo m¨¢s reciente de libros que denuncian desde dentro las pr¨¢cticas de las plataformas digitales
Empresas con dise?os que las asemejan m¨¢s a un parque de atracciones que a un lugar de trabajo, empleados influenciables que no han llegado a los 30 a?os y jefes con discursos excesivamente motivacionales, propios del coaching. Cada vez son m¨¢s los testimonios en forma de libros de extrabajadores de las grandes plataformas digitales que revelan c¨®mo se mueven internamente las llamadas big tech. Lo que describen son corporaciones que se muestran convencidas de que hacen del mundo un lugar...
Empresas con dise?os que las asemejan m¨¢s a un parque de atracciones que a un lugar de trabajo, empleados influenciables que no han llegado a los 30 a?os y jefes con discursos excesivamente motivacionales, propios del coaching. Cada vez son m¨¢s los testimonios en forma de libros de extrabajadores de las grandes plataformas digitales que revelan c¨®mo se mueven internamente las llamadas big tech. Lo que describen son corporaciones que se muestran convencidas de que hacen del mundo un lugar mejor, m¨¢s conectado e informado, pero que tras las bambalinas aplican una ¨¦tica laboral cuestionable con sus empleados, el uso no autorizado de datos personales y hasta ponen en riesgo la salud de sus usuarios. Todo para obtener el mayor beneficio posible al menor costo en un entorno ferozmente competitivo.
Desertores del sue?o digital, inform¨¢ticos e ingenieros, como Frances Haugen, Kristi Coulter, Zach Vorhies, Brittany Kaiser o Dan Lyons, han publicado memorias que cuestionan pr¨¢cticas de Facebook, Amazon, Google, Cambridge Analytica y HubSpot, respectivamente. El caso m¨¢s reciente es Te la han jugado, lanzado en Espa?a a finales de septiembre por Alianza, del brit¨¢nico Adrian Hon, quien denuncia la gamificaci¨®n (el uso de los dise?os de juegos como recompensas, logros y ¡°cofres del tesoro¡± con fines ajenos a estos) para la explotaci¨®n laboral y la adicci¨®n. ¡°Se han escrito muchos libros sobre Amazon desde una perspectiva period¨ªstica, pero muy pocos sobre lo que se siente al estar all¨ª. Quer¨ªa que los lectores sintieran que estaban conmigo, experimentando Amazon directamente¡±, dice, desde Seattle, Coulter, autora del libro de 2023 Exit Interview: The Life and Death of My Ambitious Career (Entrevista de salida: vida y muerte de mi ambiciosa carrera, in¨¦dito en espa?ol).
Desde Multimillonarios por accidente. El nacimiento de Facebook (2010), se popularizaron los textos que narran los entresijos de las plataformas digitales, aunque antes se trataba de investigaciones period¨ªsticas. ¡°Actualmente las empresas, presionadas por sus accionistas y cuentas de resultados, a veces juegan con cosas muy serias sin muchos miramientos, como los menores o la salud mental. Esto ha motivado a muchos ejecutivos con ¡®conciencia¡¯ a denunciar [hasta en los tribunales, en algunos casos] actividades en las que incluso puede que hayan tenido que participar¡±, explica Alberto Payo, periodista desde hace 15 a?os del sector tecnol¨®gico y cofundador del medio especializado Applicantes.
Adrian Hon, desarrollador de videojuegos, cree que es importante revelar las mec¨¢nicas de la industria porque no siempre coinciden con la imagen que se proyecta. ¡°No creo que la gamificaci¨®n sea mala. Hay ejemplos que son buenos y divertidos, pero no estoy de acuerdo con algunas afirmaciones hechas por empresas de que pueden hacerte m¨¢s inteligente, cambiar el mundo y resolver la pobreza. Me parec¨ªa rid¨ªculo y siento que se est¨¢n aprovechando de la gente a la que le gustan los videojuegos¡±, dice por videollamada. En Te la han jugado, cuenta que la gamificaci¨®n se emplea para que el consumidor pase el mayor tiempo posible usando sus productos y as¨ª aumentar los beneficios. Desde hace a?os, los videojuegos debaten sobre las llamadas loot boxes, un sistema de compra interna con presencia creciente en algunos t¨ªtulos que, a cambio de dinero, proporciona una caja de recompensa aleatoria: puede que se reciba justo el objeto que se desea, pero mucho m¨¢s probablemente no suceder¨¢. La Alianza para la Salud en el Juego demostr¨® que uno de cada 10 jugadores j¨®venes pide dinero prestado que no puede devolver para gastarlo en cofres y cartas coleccionables, mientras que uno de cada cuatro gasta m¨¢s de 100 euros en el transcurso de un juego.
La peor parte, sostiene el libro, es que los conceptos de logros y recompensas se han implementado en empresas para que sacar mayor provecho de sus empleados, como Uber o Amazon. ¡°En el almac¨¦n de Amazon, mientras m¨¢s r¨¢pido trabajas, m¨¢s puedes jugar un juego que parece un cruce entre Minecraft y Pok¨¦mon. Coleccionas mascotas monstruosas a medida que vas trabajando. Vi un v¨ªdeo donde un empleado dec¨ªa que quer¨ªa dejar su trabajo, pero no quer¨ªa abandonar a sus mascotas. Es gracioso, pero tambi¨¦n una manera de manipular emocionalmente a las personas a trav¨¦s de un juego para que se queden trabajando m¨¢s¡±, asegura Hon.
El ingeniero Zach Vorhies cree que Google tambi¨¦n intenta controlar a sus usuarios a trav¨¦s de la informaci¨®n que buscan. En 2021 public¨®, junto al abogado Kent Heckenlively, Google Leaks (sin edici¨®n en espa?ol), un alegato contra la supuesta forma en que el buscador ocultaba o censuraba a pol¨ªticos y discursos conservadores. Adem¨¢s, asegura que se eliminaban de YouTube y de otras plataformas asociadas a la empresa de Larry Page y Sergu¨¦i Brin contenidos cr¨ªticos con la inmigraci¨®n y el cambio clim¨¢tico; y a trav¨¦s del sistema de ¡°Aprendizaje Autom¨¢tico de Equidad¡± se destacaban los resultados de medios como The New York Times y CNN.
Usuarios vulnerables
Vorhies entreg¨® cerca de 950 p¨¢ginas de documentos internos de Google al Departamento de Justicia de Estados Unidos. Un n¨²mero reducido si se compara con las 22.000 p¨¢ginas de informaci¨®n que la cient¨ªfica de datos Frances Haugen proporcion¨® al Congreso para denunciar a Facebook. Su creador, Mark Zuckerberg, tuvo que testificar en 2021 sobre la responsabilidad de la red social en la difusi¨®n de bulos que incitaban a la violencia, provocando masacres en Birmania y Etiop¨ªa. En los seis meses posteriores, el valor de la empresa en la Bolsa se desplom¨® un 50%. Todo ese periplo y su experiencia trabajando casi dos a?os en la secci¨®n de Desinformaci¨®n Ciudadana de la compa?¨ªa lo relata en La verdad sobre Facebook (Deusto, 2023).
¡°A Facebook le encanta recordarnos que el mundo personalizado que ve¨ªamos en nuestra secci¨®n de noticias estaba en gran medida determinado por nuestras preferencias y acciones. La realidad es que est¨¢ llenando progresivamente tu feed con contenido que nunca pediste para satisfacer la insaciable necesidad de sus accionistas de obtener cada vez mayores beneficios¡±, escribe Haugen en el libro. El problema comenz¨® cuando Facebook lanz¨® en 2015 Free Basics, un plan para llevar internet a los pa¨ªses menos desarrollados del mundo: los usuarios pod¨ªan acceder gratuitamente a internet, pero solo para entrar en Facebook; para el resto de la web abierta, hab¨ªa que pagar. ¡°Quer¨ªan un monopolio: llevar su propia red a un nivel de penetraci¨®n en el que nadie pudiera hacerle competencia¡±.
El resultado fue que el Gobierno de Birmania, en su campa?a de limpieza ¨¦tnica contra los musulmanes, cre¨® miles de cuentas y grupos que difund¨ªan informaci¨®n falsa para avivar el odio en la comunidad. CNN asegur¨® despu¨¦s que la campa?a contribuy¨® a la matanza de 25.000 personas. Facebook aleg¨® que no contaba con suficiente presupuesto para verificar la informaci¨®n en pa¨ªses que no le reportaban tantos beneficios monetarios. La denuncia de Haugen no es la ¨²nica contra Meta, la empresa de Zuckerberg que gestiona Facebook. De hecho, es la compa?¨ªa que m¨¢s palos ha recibido en este tipo de libros, como Zucked: Despertando a la cat¨¢strofe de Facebook (2019), de Roger McNamee, o, de manera m¨¢s tangencial, La dictadura de los datos (HarperCollins, 2019), de Brittany Kaiser.
Kaiser trabaj¨® en Cambridge Analytica, empresa tecnol¨®gica de an¨¢lisis de datos, cuando se destap¨® el uso indebido de informaci¨®n personal que hac¨ªa la compa?¨ªa para lucrarse. A trav¨¦s de una supuesta encuesta de personalidad, el software acced¨ªa a la informaci¨®n colgada en Facebook de millones de usuarios, para luego venderla a campa?as pol¨ªticas como la de Trump en 2016 o a favor del Brexit en 2019. Lo que m¨¢s escandaliza a los autores de estos libros es la hipocres¨ªa con la que las plataformas digitales se presentan al mundo: Cambridge Analytica se anunciaba como el transformador de la segmentaci¨®n a partir de un perfil psicol¨®gico; Meta como el proveedor de internet para todo el mundo; Google como el facilitador de la informaci¨®n universal; y la gamificaci¨®n como el m¨¦todo para hacer que las personas se sientan m¨¢s capacitadas y satisfechas con el mundo real.
Fantas¨ªa de cambiar el mundo
¡°Es puro doble lenguaje orwelliano¡±, escribe Dan Lyons en Disrupci¨®n, otras memorias sobre la experiencia en una big tech, en este caso HubSpot, una desarrolladora de herramientas de marketing y atenci¨®n al cliente. El autor compara las capacitaciones de la empresa con ¡°los lavados de cerebro que se hacen en las sectas¡±. Reproduce el discurso de una de las ejecutivas: ¡°Este software no solo ayuda a las empresas a vender productos. Nosotros le estamos cambiando la vida a la gente¡±. Una ideolog¨ªa que se suele reforzar con los grandilocuentes dise?os de las oficinas. Lyons equipara las de HubSpot con una escuela infantil Montessori, con ¡°muchos colores brillantes, juguetes y una habitaci¨®n para echar la siesta con una hamaca y unas relajantes palmeras pintadas en la pared¡±; Haugen dice que la sede de Meta en Menlo Park parece un ¡°megalito gris sacado de una pel¨ªcula de ciencia ficci¨®n¡±, y en Google instalaron un modelo a escala real de la primera nave espacial privada en llegar al espacio.
¡°Al m¨¢s puro estilo de Silicon Valley: lo que cre¨ªan era en el sue?o, no en la realidad. Creo que en la escuela fueron marginados de alguna manera y que ahora, de adultos, son m¨¢s poderosos y quieren demostrar que son los jefes. Que no aceptar¨¢n ning¨²n tipo de cr¨ªtica¡±, dice Hon, quien define ese tipo de discurso como tecno-optimismo o tecnolog¨ªa carism¨¢tica. Al contrario de lo que se podr¨ªa pensar de estos ambientes, donde predomina una psicolog¨ªa optimista, el trato a los empleados puede llegar a ser denigrante, con largas jornadas de trabajo, presi¨®n por conseguir resultados y un machismo imperante. El reflejo de esa realidad es b¨¢sicamente la base del libro Exit Interview de Coulter.
Machismo imperante
¡°El trabajo en Amazon es r¨¢pido, fascinante e intelectualmente estimulante. Pero tambi¨¦n es un entorno donde no importan las necesidades humanas de reconocimiento, aprecio y descanso. Se valora que dediques todo tu ser a las exigencias de la empresa, y que seas constantemente consciente de que, si te quedas atr¨¢s m¨¢s de un paso o dos, ser¨¢s reemplazado como una pila desechable¡±, afirma Coulter. La escritora tambi¨¦n critica la falta de equidad de g¨¦nero y asegura que el 75% de los directivos en Amazon son hombres. Haugen hace una observaci¨®n similar, afirmando que menos del 13% del personal t¨¦cnico de Google (donde trabaj¨® antes de Facebook) eran mujeres, y que a veces la miraban como si la consideraran ¡°entre los platos del men¨² del d¨ªa¡±.
Entre tantas cr¨ªticas, los autores de estas obras a¨²n creen en la causa de la tecnolog¨ªa para crear un mundo conectado e informado democr¨¢ticamente. Las barreras, en su visi¨®n, las han impuesto los ejecutivos, con una cultura basada en las m¨¦tricas a toda costa, sin tomar en cuenta el edadismo o el agotamiento al que pueden llegar los trabajadores. Buscan plantar una semilla de conciencia sobre c¨®mo funcionan las corporaciones que rigen el mundo sin tener que esperar a otro desertor que haga de su desilusi¨®n un libro.