Del Oscar con ¡®Moonlight¡¯ a la saga de ¡®El rey le¨®n¡¯: Barry Jenkins encuentra una superproducci¨®n ¡°en la que aportar algo personal¡±
Para ¡®Mufasa: el rey le¨®n¡¯, precuela con im¨¢genes creadas digitalmente del cl¨¢sico de 1994 y que se estrena el 20 de diciembre, Disney ha contratado al cineasta ¡®indie¡¯ ¡°porque quer¨ªan m¨¢s drama¡±
Es uno de los misiles que Disney lanza a las carteleras navide?as de todo el mundo: Mufasa: el rey le¨®n se estrena el 20 de diciembre y esta nueva creaci¨®n de la saga de El rey le¨®n (es la quinta pel¨ªcula, adem¨¢s de una serie de televisi¨®n, una docena de videojuegos y un famos¨ªsimo musical) est¨¢ en manos de Barry Jenkins (Miami, 44 a?os), alguien cuya obra ha navegado, hasta este momento, muy alejada del mundo Disney. ¡°No es la primera oferta que recibo para liderar una superproducci¨®n, pero s¨ª la primera que me atrajo, con la que sent¨ª que pod¨ªa aportar algo personal¡±, explica en Madrid tras una proyecci¨®n de 39 de los minutos del filme.
Y si el t¨ªtulo que inici¨® la leyenda fue el filme m¨¢s pol¨ªtico de Disney, Mufasa: el rey le¨®n no parece quedarse atr¨¢s en cuanto a enviar un mensaje claro acerca de cuidar a los migrantes, de gobernar para el pueblo y solo para ¨¦l, y cuando un le¨®n l¨ªder de una manada suelta: ¡°El enga?o est¨¢ al servicio de los grandes reyes¡±, hay quien en el p¨²blico pensar¨¢ en Donald Trump, nombre que Jenkins regatea mencionar a lo largo de la entrevista. ¡°Mi cine nunca ha sido pol¨ªtico, otra cosa es lo que cuente soterradamente¡±, sostiene Jenkins.
El cineasta no cree en un cine pol¨ªtico. ¡°Al menos no quiero que el m¨ªo lo sea, no hablo de pol¨ªtica, aunque s¨ª que se toquen temas sociales rese?ables como pol¨ªticos¡±, apostilla. ¡°Y yo no puedo controlar ni preocuparme por lo que piense el p¨²blico. Tampoco puedo adelantar mucho de lo que a¨²n no se ha visto del filme [donde aparece un le¨®n blanco, Kiros, un depredador que entiende que la mejor defensa es el ataque]. En la vida hay numerosos aspectos que pueden considerarse pol¨ªticos, y cuando construyes una historia como este drama, cuando dibujas interrelaciones entre personajes, por supuesto que habr¨¢ resonancias sociales y pol¨ªticas¡±.
Mufasa: el rey le¨®n nace de la l¨ªnea Disney de recrear sus cl¨¢sicos de animaci¨®n con ordenador. Pero la visi¨®n animada digital del filme original ya se realiz¨® en 2019; a Jenkins le ha tocado la precuela, contar c¨®mo se conocieron todos los personajes, especialmente Mufasa, un cachorro de le¨®n separado de su familia por una inundaci¨®n, y Taka, otro cachorro llamado a liderar una manada. Con el tiempo, Taka se convertir¨¢ en Scar, y s¨ª, ambos felinos no son hermanos de sangre, sino de aventuras y desvelos. Es decir, Mufasa es migrante, adoptado por la madre de Taka para gran enfado del padre, y ha llegado a esa manada tras cruzar un r¨ªo grande, como un espalda mojada: sobrevivir¨¢ por la amabilidad de los extra?os. Si eso lo ve Trump... ¡°Cada uno ve cosas distintas. Porque empezamos este proyecto hace cuatro a?os. Arrancamos con un presidente y estrenamos con otro. Lo mismo me pas¨® con Moonlight. Estuvimos tres a?os con su producci¨®n y justo se estren¨® en un cambio presidencial¡±, reflexiona. Y prosigue: ¡°Como narrador no puedes pensar en lo temporal. Me encanta esa cita de no s¨¦ qui¨¦n que dice: ¡®Debes escribir como si te estuvieras muriendo, como si tus padres se estuvieran muriendo, como si todos se estuvieran muriendo¡¯. Si no, las pel¨ªculas no tienen sentido¡±.
Llegado ese momento, el cineasta respira y apostilla: ¡°Lo vas a entender mejor as¨ª. En todos mis filmes el agua es importante. Y aqu¨ª hemos sustituido el fuego del primer El rey le¨®n por agua. Yo me empe?¨¦ en el desbordamiento del embalse del inicio. Digamos que es una huella personal. De repente, aterrizo aqu¨ª en Madrid, despu¨¦s de que hay¨¢is sufrido unas terribles inundaciones en Valencia, y Mufasa tiene un eco distinto¡±.
Con todo, Jenkins, impecable, de traje y corbata, ahonda en que Mufasa habla, en tiempos convulsos de bulos y liderazgos personalistas, ¡°de c¨®mo criar a los ni?os y las diferencias entre dos cr¨ªos educados de la manera que har¨¢n que uno sea l¨ªder y el otro, no¡±. ¡°M¨¢s a¨²n, c¨®mo las formas en las que interactuamos nos moldean. Con suerte para bien. ?C¨®mo alguien acaba siendo el que es? Cuidado, no respondo a esa pregunta, solo muestro el viaje¡±.
Jenkins vivi¨® uno de los momentos m¨¢s delirantes de la historia de los Oscar cuando los productores de La La Land (la ciudad de las estrellas) descubrieron que estaban agradeciendo la estatuilla principal y en realidad no les pertenec¨ªa. A los dos presentadores, Warren Beatty y Faye Dunaway, del ¨²ltimo galard¨®n de la gala de los premios de Hollywood de 2017 les hab¨ªan entregado un sobre err¨®neo, y leyeron por lo tanto el t¨ªtulo que no correspond¨ªa: hab¨ªa ganado Moonlight, el segundo largo de su director. La carrera de Jenkins, que esa noche ya se hab¨ªa llevado el trofeo a mejor guion adaptado, sali¨® catapultada. Aquel chaval de un barrio arrasado por las drogas de Miami, que creci¨® en familias de amigos, hab¨ªa llegado a lo m¨¢s alto. Despu¨¦s llegaron El blues de Beale Street (2018) y la serie El ferrocarril subterr¨¢neo (2021). ¡°Necesitaba un cambio, y Disney me lo ofreci¨®¡±, resume.
El cineasta aduce que ese giro viene acompa?ado de una menor presi¨®n, que en Mufasa no ha sentido el peso del pasado. ¡°Sab¨ªa que los fans de El rey le¨®n son muy intensos [y ¨¦l mismo lo ha sufrido en redes sociales], pero tambi¨¦n entend¨ª que era una oportunidad de hacer algo ¨²nico. Y que ten¨ªa que seguir mi instinto, no los debates en internet. La presi¨®n que sent¨ª con El ferrocarril subterr¨¢neo proced¨ªa de que no hay muchas series de televisi¨®n que hablen de la lucha de los esclavos afroamericanos. Y por lo tanto deb¨ªa de estar a la altura del reto y no defraudar a mis ancestros ni estropear la oportunidad que me estaban brindando. Esa es una presi¨®n distinta¡±, apunta Jenkins, fan de El rey le¨®n de 1994. ¡°S¨¦ que he exagerado un poco con la cantidad de veces que la he visto. En realidad, solo han sido 55. La ¨²ltima hace unos tres meses, porque me interesaba aprehender lo que cuentan que no se ve, el uso de las caras para narrar¡±.
En realidad, como cineasta, atraviesa un campo nuevo para ¨¦l: no est¨¢ de promoci¨®n publicitando una pel¨ªcula, respondiendo a por qu¨¦ ha hecho elecciones art¨ªsticas, sino que recorre el mundo afrontando cuestiones m¨¢s agresivas: los porqu¨¦s ya no son amables. Incluso desde fans de su obra, que solo esperan que haga muchas otras pel¨ªculas con el dinero que ha ganado con esta. ¡°He hecho lo que he querido. Disney vino a por m¨ª y me permiti¨® trabajar con el guionista, aportar mis ideas a la narraci¨®n. Tambi¨¦n conf¨ªo en todo mi equipo, los que me han acompa?ado en mi carrera: mi montadora, mi director de fotograf¨ªa, mi director de arte... Todos est¨¢n en Mufasa: el rey le¨®n¡±, responde, haciendo 100% suyo el filme. ?Por qu¨¦ los grandes estudios han reclutado tanto cineasta-autor para sus superproducciones en los ¨²ltimos tiempos? Ah¨ª est¨¢n Ryan Coogler, Lee Isaac Chung, Greta Gerwig o Chlo¨¦ Zhao. ¡°No soy una major, no s¨¦ la respuesta, aunque puedo intuirla. Yo habl¨¦ de esto con Ryan y Chlo¨¦, y creo que nos contratan porque quieren m¨¢s drama, algo diferente. Acept¨¦ esta propuesta porque sent¨ª que pod¨ªa aportar algo personal a la historia¡±.
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