Cuidar el patrimonio sin momificarlo

La rehabilitaci¨®n que Jaume, Anna & Eugeni Bach han hecho de la casa Alesan, un inmueble modernista de Enric Fatj¨® i Torras junto al Palau Macaya de Josep Puig i Cadafalch, es una actualizaci¨®n. Por lo tanto, un rescate en toda regla: no solo del patrimonio existente sino tambi¨¦n de su capacidad de imaginar un futuro m¨¢s all¨¢ de la momificaci¨®n.

As¨ª, esta restauraci¨®n es una actualizaci¨®n. Esto es: un saneamiento y una ampliaci¨®n. Los arquitectos han conservado cada uno de los oficios art¨ªsticos, de marmolistas a vidrieros pasando por estucadores y herreros, a los que Dolors Arsen confi¨® el aspecto de su vivienda. Y, en la nueva casa Alesan, las viviendas conservan suelos hidr¨¢ulicos y una cubierta capaz de filtrar luz en la escalera. Los techos han visto revivir la decoraci¨®n de escayola y las tribunas de fachada lucen las vidrieras de siempre que parecen nuevas. Sin embargo, el edificio es otro.

Hoy lo ocupa, adem¨¢s de las estancias de siempre, una corona con 16 viviendas y dos d¨²plex. Un remate en la cubierta, solo visible desde el patio de manzana, que multiplica el n¨²mero de viviendas por dos sin perder el car¨¢cter de la finca.

As¨ª, la catalogaci¨®n y reparaci¨®n del edificio y los acabados existentes contrastan con la redefinici¨®n del per¨ªmetro de los espacios y el a?adido de un volumen coronando el inmueble. Este a?adido busca ser neutral, pero no fr¨ªo. Por eso se anuncia en el recibidor con lamas verticales de madera que en la cubierta pasan a ser de gres, de media secci¨®n circular, para emparentar, desde la abstracci¨®n, con los oficios artesanos. El hilo de la renovaci¨®n es material y crom¨¢tico. Conduce hasta la cubierta donde, este cuerpo retranqueado, alberga los nuevos apartamentos. El a?adido es casi un vigilante que conserva el edificio, cuid¨¢ndolo, y proyect¨¢ndolo hacia un futuro vivo y no momificado.