Manuel Escribano, 20 a?os de alternativa, reivindica el reconocimiento de un nuevo espacio m¨¢s all¨¢ de las corridas duras
El torero sevillano, referente de resiliencia, ejemplo de superaci¨®n y esfuerzo, se considera un triunfador no siempre recompensado por el sistema
El pasado 25 de agosto, Manuel Escribano (Gerena, Sevilla, 1984) se encerr¨® con seis toros de distintas ganader¨ªas en la plaza gaditana de Tarifa para celebrar el vig¨¦simo aniversario de su alternativa. Y all¨ª, en una localidad a la que se siente unido por razones familiares y al abrigo de un p¨²blico cari?oso, despleg¨® una tauromaquia variada y honda, basada en el temple y el buen gusto, el oficio y la suficiencia. Y a¨²n resuena el clamoroso ¨¦xito que alcanz¨® en la pasada Feria de Abril ante una corrida de Victorino Mart¨ªn. Al margen de los trofeos obtenidos, ha quedado la meridiana constataci¨®n de que Escribano es un torero v¨¢lido m¨¢s all¨¢ de las corridas duras, y ese es hoy su principal empe?o.
¡°La verdad fundamental de mi vida es que todo lo he conseguido gracias a un esfuerzo m¨¢ximo para superar una dureza excesiva, y a¨²n hoy no puedo permitirme una sola tarde de fracaso¡±, afirma. ¡°Pero tambi¨¦n he depurado mi tauromaquia con el paso del tiempo¡±, contin¨²a, ¡°de modo que adem¨¢s de una entrega absoluta de principio a fin, mi toreo busca la pureza, es largo en capacidad y conocimiento de la lidia, poderoso y de suma exigencia¡±.
Pregunta. La impresi¨®n general es que su concepto es m¨¢s f¨ªsico que art¨ªstico¡
Respuesta. No. Es verdad que la preparaci¨®n f¨ªsica me ha ayudado ante el tipo de toros que suelo lidiar y para superar las graves cornadas que he sufrido, pero creo que en mis manos hay temple y clasicismo.
¡°La verdad fundamental de mi vida es que todo lo he conseguido gracias a un esfuerzo m¨¢ximo para superar una dureza excesiva¡±
P. Pero usted sigue encasillado en las corridas duras.
R. De acuerdo. Tambi¨¦n son las circunstancias de cada uno. Mi concepto tambi¨¦n es v¨¢lido para ese tipo de corridas y es l¨®gico que las empresas y parte del p¨²blico me quieran ver en ellas; pero existe otra faceta de mi toreo que tengo inter¨¦s en mostrar. Es una meta y una motivaci¨®n. Del mismo modo que a las figuras se les exige, a veces, que lidien otro tipo de toros, yo quiero demostrar que puedo ofrecer otra visi¨®n de mi toreo. No se trata de cambiar mi concepto ni ser torero de pellizco, que no lo soy, pero s¨ª que puedo torear igual de largo y templado como otros compa?eros.
P. Entonces, ?cree que su valoraci¨®n taurina no es la adecuada?
R. Estoy donde debo estar, pero aspiro a mucho m¨¢s, y creo que he dado motivos para ello. No me quejo ni rechazo la valoraci¨®n que se tiene de m¨ª, porque as¨ª llevo diez a?os, pero deber¨ªa estar en otras ferias y en otro tipo de corridas porque s¨¦ que mi personalidad y mi toreo encajar¨ªan perfectamente.
P. ?Y ese deseo lo ve posible?
R. Deber¨ªa ser una realidad desde hace tiempo, pero cambiar el sistema de elaboraci¨®n de los carteles no es f¨¢cil.
Esta preocupaci¨®n de Manuel Escribano es una de las reivindicaciones fundamentales del libro Tauromaquia y verdad (Ed. El Pase¨ªllo), que el torero ha publicado recientemente en colaboraci¨®n con su amigo Antonio Ram¨ªrez de Arellano, catedr¨¢tico de F¨ªsica, que fue rector de la Universidad de Sevilla y Consejero de Econom¨ªa de la Junta de Andaluc¨ªa.
El torero repasa en primera persona las muchas vicisitudes de una trayectoria de 20 a?os en los ruedos, y justifica el texto en que ha pasado ¡°por todas las vivencias posibles de quien se viste de luces: el olvido, el triunfo, las cornadas graves, algunas de ellas muy serias, la direcci¨®n de un apoderado independiente, el esfuerzo, el sacrificio, la satisfacci¨®n personal y la lucha constante por avanzar en la profesi¨®n; creo que son valores que hab¨ªa que registrar para los aficionados, para los profesionales, y, sobre todo, para los j¨®venes que est¨¢n viviendo situaciones parecidas¡± a la suya.
P. Ha citado el olvido en primer lugar.
R. Esa es la experiencia m¨¢s dura, y yo la sufr¨ª en mis primeros diez a?os como matador de alternativa; la m¨¢s dif¨ªcil de sobrellevar, la peor, incluso m¨¢s que las cornadas. Cuando est¨¢s olvidado lo est¨¢s hasta para los m¨¢s allegados. Hay que tener un gran amor a la profesi¨®n, una afici¨®n desmedida para seguir aunque sepas que no tendr¨¢s rentabilidad alguna.
P. Ha disfrutado tambi¨¦n del triunfo en grado m¨¢ximo. Las dos orejas al toro Datilero de Miura en la Feria de Abril de 2013, en sustituci¨®n de El Juli, y el indulto al victorino Cobradiezmos en la misma Maestranza en 2016...
R. S¨ª. Aquella primera corrida fue un verdadero regalo, pero aunque estaba en el paro, solo viv¨ªa para el toreo, dedicado por entero al entrenamiento constante y dispuesto a dar la vida si fuera necesario. Ten¨ªa los deberes hechos y pude aprovechar la oportunidad de principio a fin. Despu¨¦s, Cobradiezmos¡ Cuando vi su embestida, supe que era el toro de mi vida, y en ese mismo momento me asalt¨® una duda: si no lo cuajo, acaba mi carrera¡
P. Se supone que ambos triunfos tuvieron una repercusi¨®n muy positiva en su trayectoria.
R. Los dos provocaron un gran impacto entre los aficionados, pero no el reflejo esperado porque dos cogidas muy graves frenaron mis expectativas: en septiembre de 2013, un toro me desgarr¨® la vena il¨ªaca en Sotillos de la Adrada (?vila), y cre¨ª que me mor¨ªa; y en junio de 2016, dos meses despu¨¦s del indulto, otro me arranc¨® la vena femoral y la safena interna en Alicante. Esos percances supusieron muchos meses de rehabilitaci¨®n y, lo que es peor, me obligaron a partir de cero. Si est¨¢s un tiempo fuera del circuito, todos se olvidan de ti.
¡°El olvido es la experiencia m¨¢s dura, la m¨¢s dif¨ªcil de sobrellevar, peor, incluso, que las cornadas¡±
P. Dos casos de verdadera mala suerte¡
R. Por eso he dicho que he vivido todo lo que puede acontecer en el toreo, pero, gracias a Dios, estoy aqu¨ª y puedo contarlo gracias a mi estado f¨ªsico, y a mi capacidad de sufrimiento, de superaci¨®n y amor propio. El a?o de Cobradiezmos ten¨ªa firmadas 70 corridas de toros, cambi¨® mi cotizaci¨®n taurina y econ¨®mica, pero ca¨ª en Alicante y tuve que volver a la casilla de salida.
P. Y a¨²n convive con secuelas f¨ªsicas¡
R. De la cogida de Sotillos, ninguna, pero muchas me recuerdan cada d¨ªa la de Alicante. Mi circulaci¨®n sangu¨ªnea es mal¨ªsima, mi pierna derecha es la de una persona mayor, y no tengo movilidad en el tobillo ni en los dedos, lo que provoca otras lesiones por no apoyar bien el pie, pero intento que no se me noten en el ruedo. A cambio, el cuidado debe ser constante, y gracias a mi preparador f¨ªsico y al fisio Jos¨¦ Salas puedo torear. Un torero no puede mostrar sus debilidades.
P. A pesar de todo, a usted se le ve feliz.
R. Lo soy. Hago lo que me gusta, vivo de ello y poseo cualidades y capacidad para mejorar. El toreo consiste en superar adversidades y ser mejor cada d¨ªa. Ese es mi sue?o.
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