Antonio Alonso, genetista: ¡°No conozco ning¨²n caso confirmado de beb¨¦s robados, pero no dir¨¦ que no ha existido ninguno¡±
El director del Instituto Nacional de Toxicolog¨ªa y Ciencias Forenses niega la existencia de una trama con 300.000 reci¨¦n nacidos sustra¨ªdos en Espa?a, tras investigar cientos de casos
La cifra de 300.000 beb¨¦s robados en Espa?a surgi¨® en 2011 a partir de declaraciones a la prensa del abogado Enrique Vila, due?o de un bufete especializado en la b¨²squeda de familiares biol¨®gicos. Vila proclam¨® la existencia de ¡°hasta 300.000 robos¡±, una estimaci¨®n propia, pero ahora matiza que en realidad se refer¨ªa al hipot¨¦tico n¨²mero de personas inscritas con padres biol¨®gicos falsos, un concepto que incluir¨ªa las adopciones irregulares de ni?os entregados conscientemente. El despacho de Vila empez¨® a recibir llamadas sin parar. El Pa¨ªs Vasco, epicentro del fen¨®meno, investig¨® inmediatamente tres centenares de denuncias de sustracciones de reci¨¦n nacidos, con un grupo policial dedicado en exclusiva, sin encontrar ¡°ni siquiera indicios razonables¡±, en palabras del fiscal superior. El genetista Antonio Alonso, director del Instituto Nacional de Toxicolog¨ªa y Ciencias Forenses, recuerda que la Fiscal¨ªa ha investigado m¨¢s de 2.000 denuncias de presuntos robos de beb¨¦s, de las que medio millar llegaron a juicio. Ante indicios de sustracci¨®n, los cient¨ªficos acudieron a los cementerios y abrieron m¨¢s de un centenar de ata¨²des infantiles. Los beb¨¦s fallecidos estaban all¨ª.
Alonso, nacido en Zamora hace 64 a?os, recibe a EL PA?S para hablar del inminente Banco estatal de ADN de v¨ªctimas de la Guerra Civil y la dictadura. La herramienta ayudar¨¢ a identificar restos de fosas comunes de asesinados, pero tambi¨¦n incluir¨¢ los perfiles gen¨¦ticos de las personas presuntamente afectadas por robos de beb¨¦s. El asunto genera inter¨¦s en todo el mundo. Uno de los temas m¨¢s le¨ªdos del diario The New York Times el a?o pasado fue un reportaje sobre las ¡°decenas de miles¡± de reci¨¦n nacidos espa?oles ¡°sacados en secreto de los hospitales y vendidos a familias cat¨®licas ricas¡±. Alonso, sentado en su despacho en la sede central del Instituto, en Las Rozas, explica sus resultados cient¨ªficos.
Pregunta. ?Cu¨¢ntos casos confirmados de beb¨¦s robados hay en Espa?a?
Respuesta. Que yo conozca, no hay ning¨²n caso confirmado de beb¨¦s robados, entendiendo por esto un modus operandi en el que se simulaba la muerte de un beb¨¦, en un hospital privado o p¨²blico, para sustraerlo y venderlo a la mafia que sea. Es m¨¢s bien al contrario. En el primer caso de beb¨¦s robados que llev¨® al banquillo a un ginec¨®logo ¡ªel doctor Eduardo Vela¡ª se demostr¨® que la denunciante, In¨¦s Madrigal, no fue un beb¨¦ robado. Su madre, soltera, hizo una donaci¨®n del beb¨¦ en una cl¨ªnica privada [y el doctor Vela registr¨® irregularmente a la ni?a como hija biol¨®gica de una mujer est¨¦ril]. Eso es un delito, obviamente, pero no es una sustracci¨®n de reci¨¦n nacidos.
P. Mucha gente piensa que no se han investigado los beb¨¦s robados en Espa?a, pero ustedes incluso han exhumado cad¨¢veres. ?Cu¨¢ntos ata¨²des han abierto?
R. S¨ª, la Fiscal¨ªa ha hecho una labor importante en m¨¢s de 2.000 denuncias. Desgraciadamente, el tema de los beb¨¦s robados es complejo por la dificultad para investigar. La mayor¨ªa de los beb¨¦s que mor¨ªan en los hospitales en los a?os cincuenta, sesenta y setenta pasaban a un cementerio de p¨¢rvulos, que normalmente eran enterramientos en tierra y, muchas veces, en fosas comunes. En 117 de 120 exhumaciones conseguimos recuperar restos ¨®seos de reci¨¦n nacidos: el 97%. Pudimos obtener el ADN en 90 casos y en el 90% logramos identificar a los beb¨¦s como hijos de los padres que los buscaban, con lo cual se cerraron esas investigaciones.
P. ?C¨®mo reaccionaron las familias?
R. La mayor¨ªa de las familias dijeron: ¡°Qu¨¦ bien, termin¨® esta incertidumbre que ten¨ªamos¡±. Independientemente de la realidad, hay que ponerse en la posici¨®n de los padres, que reciben una informaci¨®n de que hubo 300.000 beb¨¦s robados en una ¨¦poca en la que muri¨® su beb¨¦. Se genera una gran incertidumbre: ¡°?Mi beb¨¦ muri¨® o me han enga?ado, como dicen que han enga?ado a 300.000 familias?¡±. Cuando pudimos demostrar que los beb¨¦s hab¨ªan muerto, algunos padres no se lo creyeron. Por mucho que les mostramos la evidencia cient¨ªfica de que ah¨ª estaban sus hijos, no se lo creyeron. Nos llam¨® much¨ªsimo la atenci¨®n: los familiares cre¨ªan que los est¨¢bamos enga?ando.
Se dec¨ªa que un beb¨¦ no puede desaparecer, pero claro que un beb¨¦ puede desaparecer, desintegrarse, degradarse completamente
P. ?Encontraron alg¨²n ata¨²d vac¨ªo?
R. Hubo tres casos en los que no vimos restos ¨®seos en el ata¨²d, pero s¨ª se encontraron pelos fetales, la pinza del cord¨®n umbilical, un pa?o quir¨²rgico manchado¡ La evidencia forense indica que ah¨ª hubo un cad¨¢ver del que ya no encontramos ning¨²n resto. Hay un elemento muy importante: se dec¨ªa que un beb¨¦ no puede desaparecer, pero claro que un beb¨¦ puede desaparecer; desintegrarse, degradarse completamente por distintos efectos de los suelos, la acidez, la humedad, las alima?as, etc¨¦tera. Nuestro laboratorio de antropolog¨ªa ha recuperado restos min¨²sculos, que sabemos que son de col¨¢geno y atribuibles a restos de un reci¨¦n nacido, pero, morfol¨®gicamente, no se pueden identificar si no se hace una investigaci¨®n minuciosa. Y eso es lo que sucedi¨® al principio: hab¨ªa una iniciativa privada que hac¨ªa las exhumaciones y no ten¨ªa conocimiento t¨¦cnico como para hacer esto.
P. Ustedes enviaron ese informe de las 120 exhumaciones al Parlamento Europeo.
R. Ese an¨¢lisis nos revel¨® que aqu¨ª pasaba algo. Llama mucho la atenci¨®n que todos esos casos cuentan el mismo modus operandi: ¡°El ni?o naci¨® bien, pero a las horas me dijeron que se hab¨ªa puesto muy malito y que se hab¨ªa muerto. No me ense?aron el cad¨¢ver¡±. Es decir, el recuerdo de todas esas personas es el mismo, avivado probablemente por determinadas noticias poco contrastadas, por llamarlas de alguna manera. Yo creo que se ha generado un sesgo cognitivo importante: si me dicen que en la ¨¦poca hubo 300.000 casos, ?por qu¨¦ no yo?
P. En 1976 mor¨ªan nueve beb¨¦s por cada 1.000 nacidos.
R. Y adem¨¢s, en aquella ¨¦poca, en los a?os sesenta y setenta, el tratamiento al paciente en un hospital no era el mismo, desde un punto de vista de derechos, informativo y de privacidad. Ahora ser¨ªa impensable [que no te dejen ver el cad¨¢ver de tu beb¨¦]. Hay que mejorar el conocimiento de la magnitud del problema, porque creo que gran parte de los casos, por lo menos con ese modus operandi, no existieron. Hubo adopciones enormemente irregulares, como la de In¨¦s Madrigal, que no fue una sustracci¨®n de reci¨¦n nacidos.
Algunos padres ven una conspiraci¨®n porque somos parte del Estado
P. El forense Francisco Etxeberria, que es un referente en la exhumaci¨®n de fosas de la Guerra Civil, afirma que no hubo robos de beb¨¦s en los hospitales y que es un caso de psicosis colectiva. ?Usted lo cree?
R. Tenemos que ser tremendamente respetuosos con la gente que padece una situaci¨®n de incertidumbre y piensa que ocurri¨® algo que a lo mejor no ocurri¨®. Hay determinados casos, efectivamente, en los que hemos presentado a los padres la evidencia gen¨¦tica y no se la cre¨ªan. Sospechan que les estamos mintiendo. A m¨ª me impact¨® much¨ªsimo que pusieran en duda nuestro trabajo, cuando es tan evidente. En algunos casos, piensas que ni habr¨ªa que haber hecho la prueba de ADN, porque hay un informe de un hospital p¨²blico que muestra una patolog¨ªa incompatible con la vida. Unos padres donaron el h¨ªgado de su hija fallecida a un hospital para que lo analizaran, y 30 a?os despu¨¦s de hacer eso, lideran el ¡°mi hija ha sido sustra¨ªda¡±.
P. Hay denuncias de beb¨¦s robados en hospitales p¨²blicos en democracia, en los a?os ochenta y noventa.
R. Antes hablaba de un caso en los noventa, en un hospital p¨²blico de una ciudad espa?ola. Hubo un primer error de otro laboratorio, que obtuvo tres perfiles de ADN de los pelos del reci¨¦n nacido y dijo que ninguno era igual al de la madre. Pero era una interpretaci¨®n err¨®nea, por una contaminaci¨®n en el laboratorio. Eso acrecienta la desconfianza con respecto a lo oficial, al Instituto Nacional de Toxicolog¨ªa. Ven una conspiraci¨®n porque somos parte del Estado. Me da mucha pena, pero creo que la mayor¨ªa de los padres a los que hemos podido identificar a su hijo fallecido lo han recibido muy positivamente.
P. En Euskadi, en 2012, el entonces lehendakari, Patxi L¨®pez, sali¨® en televisi¨®n asegurando que exist¨ªa una trama, un negocio ¡°bien orquestado entre los m¨¦dicos, los hospitales, los propios cementerios¡±. Los datos, entonces, no muestran eso.
R. Yo creo que no. Desde mi punto de vista, donde a lo mejor no se ha buscado tanto y se deber¨ªa buscar m¨¢s es en determinadas instituciones franquistas, como las residencias para madres solteras del Patronato de protecci¨®n de la mujer. ?Qui¨¦nes iban ah¨ª? Pues chicas j¨®venes vulnerables, embarazadas, que por un condicionante cultural, familiar o econ¨®mico entregaban a los ni?os. ?Qu¨¦ se hac¨ªa con esos ni?os? Estas residencias, normalmente, estaban gestionadas por ¨®rdenes religiosas. Por ejemplo, la de Pe?agrande, en Madrid [activa entre 1955 y 1983]. Es una situaci¨®n que hoy no admitir¨ªamos, con falsedades en documentos p¨²blicos, porque dec¨ªan que la madre biol¨®gica era a la que le donaban un beb¨¦ de una madre soltera, que muchas veces no ten¨ªa medios de subsistencia ni era un embarazo deseado.
P. ?En esas residencias las madres entregaban conscientemente a sus hijos, con coacci¨®n o sin ella?
R. Yo entiendo que la mayor parte s¨ª, pero obligadas por la necesidad. Eran pr¨¢cticas fraudulentas con el visto bueno del Patronato de Protecci¨®n de la Mujer. Entonces, creo que no tenemos que montarnos la novela con toda esa elucubraci¨®n de que ten¨ªan en los hospitales un beb¨¦ congelado que mostraban a las madres [para darles el cambiazo y robarles su beb¨¦ vivo]. ?A qui¨¦n se le ocurre eso? No es nada f¨¢cil hacer eso en un hospital p¨²blico, no cuadra en absoluto ese modus operandi. Y, sin embargo, s¨ª sabemos que en estas residencias del r¨¦gimen s¨ª hab¨ªa ese tr¨¢fico de beb¨¦s. Creo que estamos desenfocando el origen del problema y, por lo tanto, la soluci¨®n. Estamos dando falsas expectativas a un mont¨®n de asociaciones [de beb¨¦s robados] que han surgido.
Se est¨¢ poniendo en tela de juicio a equipos m¨¦dicos de muchos hospitales p¨²blicos, sin ninguna prueba
P. Parece que hay consenso en investigar supuestos robos en hospitales p¨²blicos en los a?os ochenta.
R. Hay un consenso pol¨ªtico. En principio hay un apoyo un¨¢nime a que se desarrolle la ley [de beb¨¦s robados], que no se pudo culminar porque termin¨® la legislatura. Sin embargo, los partidos de derecha votaron en contra de la Ley de Memoria Democr¨¢tica. Y, si ma?ana llegan al poder, la derogar¨¢n. Yo no lo entiendo, de verdad que no lo entiendo. Ante una incertidumbre cierta de una persona, que sabe que su familiar fue ejecutado y que luego fue enterrado y no sabe d¨®nde, el Estado tiene que apoyar. Ante la otra incertidumbre [la de los supuestos beb¨¦s robados], de la que no tenemos tanta certeza de que fuera as¨ª, tambi¨¦n tendremos que ayudar, pero una manera de hacerlo es transmitir lo que vamos averiguando. Hablar de 300.000 [beb¨¦s robados] es multiplicar por 10 la cifra que dio el juez Baltasar Garz¨®n [en un auto de 2008] de 30.000 ni?os en instituciones religiosas del r¨¦gimen entre los a?os cuarenta y cincuenta. Pero las denuncias que hay ahora no vienen de esa ¨¦poca, no tienen nada que ver.
P. Garz¨®n se refer¨ªa entonces a ¡°hu¨¦rfanos de guerra con padres muertos, presos, exiliados, clandestinos o desaparecidos¡±, no a beb¨¦s robados a sus madres al descuido en un hospital.
R. Efectivamente, era algo que ten¨ªa m¨¢s que ver con la represi¨®n franquista en la posguerra. ?Ocurri¨® eso? Por supuesto que s¨ª. Aquellos 30.000 se han convertido en 300.000 sin ninguna base cient¨ªfica. Los casos denunciados ahora son mayoritariamente de los a?os sesenta y setenta, pero tambi¨¦n de los a?os noventa e incluso de los 2000. En la ¨¦poca a la que se refer¨ªa Garz¨®n seguro que hubo tr¨¢fico y sustracci¨®n, pero esa no es la casu¨ªstica que las asociaciones nos piden analizar. Yo no dir¨¦ que no ha existido, digo que nosotros no hemos visto un caso de sustracci¨®n de reci¨¦n nacidos. No lo he visto. ?Puede existir? S¨ª, pero ?hab¨ªa una mafia de sustracci¨®n de reci¨¦n nacidos? ?Una mafia de ginec¨®logos de hospitales p¨²blicos? Se est¨¢ poniendo en tela de juicio a equipos m¨¦dicos de muchos hospitales p¨²blicos, sin ninguna prueba. ?Incluso en La Paz [un hospital madrile?o en el que han nacido m¨¢s de 700.000 beb¨¦s]! Yo no creo que hubiera una trama de sustracci¨®n de reci¨¦n nacidos en hospitales p¨²blicos durante la democracia. No se ha podido demostrar ninguna.
P. ?Y en centros privados?
R. En privados, probablemente, tampoco. Hablaba de hospitales p¨²blicos porque muchas de las denuncias son en hospitales p¨²blicos. En determinadas cl¨ªnicas privadas, como las de San Ram¨®n y Santa Cristina en Madrid, donde estaba el doctor Vela, seguro que hubo adopciones irregulares. Una ya se ha probado: la de In¨¦s Madrigal, que naci¨® en la cl¨ªnica San Ram¨®n. Su madre era soltera y dijo: ¡°Lo siento, pero si puedo daros el beb¨¦ me quit¨¢is un problema¡±. Porque no era un beb¨¦ deseado. Lo que hizo despu¨¦s este se?or fue traficar: le dijo a una mujer que fingiera un parto y luego le hizo un papel diciendo que era la madre biol¨®gica, sin ning¨²n control. Eso es una barbaridad, pero no es un robo de beb¨¦ como las noticias que estamos recibiendo.
P. El Ministerio de Justicia, del que depende su Instituto, acaba de adquirir el programa inform¨¢tico Bonaparte, que permite desarrollar bases de datos de ADN para identificar cad¨¢veres y personas desaparecidas. ?Qu¨¦ aporta esta herramienta?
R. La idea del nuevo proyecto es incorporar perfiles de ADN, sobre todo, de restos de las distintas exhumaciones. Ahora se est¨¢ trabajando, fundamentalmente, en la fosa m¨¢s grande de Espa?a, en la que se ha convertido el Valle de los Ca¨ªdos o Valle de Cuelgamuros. En muchas de esas criptas, los columbarios se han roto y hay una mezcla importante de huesos. Y, claro, es muy dif¨ªcil realizar un an¨¢lisis arqueol¨®gico para la identificaci¨®n de cada uno de esos huesos. En 1959, cuando se inaugura el Valle de los Ca¨ªdos, se pide a todos los gobernadores civiles que exhumen todo lo que hay en cementerios, en zanjas o en otros lugares y se manda all¨ª. Es decir, que se hizo una primera exhumaci¨®n de la inhumaci¨®n del a?o 1936. La llevaron a cabo enterradores o ayudantes del cementerio, no era personal t¨¦cnico. Se hizo de una manera muy poco rigurosa: se meti¨® todo en cajones de madera y se mand¨® al Valle de los Ca¨ªdos. Con el paso del tiempo, todos esos cajones se han ido rompiendo y aquello se ha convertido, en las partes m¨¢s cr¨ªticas, en un completo osario.
P. ?Ya tienen alg¨²n resultado?
R. El primer caso ha sido el de los 12 de Aldeaseca [12 personas asesinadas por falangistas en agosto de 1936], un sitio cercano a Pajares de Adaja (?vila), donde fueron fusilados. Hemos podido identificarlos gracias a las fotograf¨ªas que hizo un fotoperiodista de la agencia Efe en 1959, porque conoc¨ªamos la disposici¨®n dentro de la cripta de esa caja, con sus letreros. Los columbarios estaban unos encima de otros y, por la humedad y el peso, era como un acorde¨®n, con una amalgama de restos. Hemos identificado a 11 de ellos por el ADN y hay un ¨²ltimo que estamos esperando a que alg¨²n familiar lo reclame. Este es uno de los temas importantes de la memoria democr¨¢tica: muchas veces el problema es que la memoria se pierde y no hay familiares que reclamen.
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