El despertar de Djokovic lo cambia todo
Por primera vez desde hace dos a?os, Nole irrumpe en un grande como la gran amenaza. Domina los duelos con Nadal (27-25) y Federer (24-22), y tiene el mejor porcentaje de victorias (83,9) en pista dura
Sintetizado los dos ¨²ltimos a?os en dos nombres, los de Roger Federer (37 a?os) y Rafael Nadal (32), el circuito abraza un retorno, el de Novak Djokovic (31), que se hizo esperar mucho m¨¢s de lo deseado para el aficionado, que no para los otros dos t¨®tems citados. Repuesto, con el colmillo bien afilado y la mirada sanguinolenta de los viejos (sus buenos) tiempos, el serbio irrumpe en Flushing Meadows como no lo hac¨ªa desde hace mucho tiempo: hoy por hoy, en lo que a una presencia amenazante se refiere, su silueta es la m¨¢s grande en la antesala de este US Open, el grande neoyorquino que este a?o ofrece alicientes e inc¨®gnitas por los cuatro costados.
Asiste tambi¨¦n Roger Federer, eternamente intimidatorio, pero desde que el pasado 15 de julio Nole consolidara su renacimiento sobre la alfombra de Wimbledon el foco se concentra por encima de todo en el serbio. Visto lo visto en las estaciones previas del verano, en Montreal y Cincinnati, la cotizaci¨®n del suizo se ha mantenido pero la del balc¨¢nico se ha disparado, porque a su l¨ªnea ascendente de juego a lo largo del curso se a?adi¨® el despertar de Londres y el remache reciente de Canad¨¢, donde super¨® con suficiencia a Federer en la final. Djokovic supone otra vez, pues, la jaqueca que ha martirizado hist¨®ricamente a los dos colosos.
Su reinserci¨®n viene respaldada adem¨¢s por otro matiz inquietante: domina el particular contra Nadal (27-25) y Federer (24-22), a los que ha batido en el margen estrecho de un mes y a los que apunta con la dial¨¦ctica. ¡°Todav¨ªa tengo hambre, mi carrera no se ha terminado y el n¨²mero uno es un objetivo para m¨ª¡±, expone con el punto perfecto de disidencia, en un mensaje que camufla un trasfondo muy claro: se siente otra vez fuerte, en plenitud, distinto al veintea?ero fogoso y pendenciero de su agitada veintena, pero mucho m¨¢s entero despu¨¦s del paso por el purgatorio de los dos ¨²ltimos a?os.
Rugi¨® en Wimbledon y dibuj¨® a la vez un nuevo paisaje, completamente distinto, porque la vida con Djokovic, o sin ¨¦l, es absolutamente diferente. Es muy consciente Nadal, defensor del t¨ªtulo en Nueva York y que siempre ha recelado de Nole, fuera cual fuera la circunstancia. En el periodo que el de Belgrado se lesion¨® del codo y se perdi¨® en un limbo, de julio de 2016 hasta el comienzo de este ejercicio, ¨¦l (2) y Federer (3) atraparon todos los Grand Slams en juego, sin una resistencia verdaderamente real, m¨¢s all¨¢ de algunos episodios de incomodidad puntuales. Sin Djokovic sobre el escenario, ambos fueron altern¨¢ndose en la poltrona del ranking mundial y ara?ando tambi¨¦n varios Masters 1000, cinco para el mallorqu¨ªn y tres en el bolsillo del suizo. Y con Djokovic fuera de combate, uno y otro abarcaron sus respectivos territorios sin que se les tosiera ¨Cla tierra y la hierba, y el cemento algo repartido¨C, situaci¨®n que ahora cambia por completo.
Nole, el todoterreno moderno
Djokovic, el todoterreno moderno, es capaz de desafiar aqu¨ª y all¨¢, sobre arcilla, pasto y por supuesto en dura, donde exhibe el mejor promedio ¨Cun 83,9% de victorias a lo largo de su trayectoria¨C y ha edificado la mayor parte de su imperio: 52 de sus 70 premios individuales.
¡°Nadal y Federer me hacen jugar mi mejor tenis, son una parte fundamental de mi carrera¡±, dice. ¡°Me hacen mejorar constantemente, evolucionar y desplegar mi mejor tenis. Siempre me han obligado a pensar en lo que tengo que hacer para tratar de ser el mejor del mundo¡±, incide el serbio, instalado actualmente en el sexto pelda?o de la lista mundial (lleg¨® a estar en el 22), con una suculenta recta final de temporada en la que sumar¨¢ puntos sin parar, dado que el a?o pasado dej¨® de competir desde que fuera eliminado en Wimbledon. La ¨²ltima vez que luci¨® el n¨²mero uno fue en octubre de 2016 y pretende de nuevo colarse en ese baile.
Fue en Nueva York donde cay¨® en la final de hace dos a?os, la ¨²ltima vez que cedi¨® en el cap¨ªtulo definitivo de un Grand Slam, y es donde quiere reafirmar su regreso. El tenis ten¨ªa ganas de un golpe de tuerca, ganas de Nole, hasta un cierto punto de nostalgia que ahora se extiende a la figura de Andy Murray. Despu¨¦s de renunciar a ¨²ltima hora en Londres, el escoc¨¦s vuelve a pisar un Grand Slam y por lo tanto el Big Four se reagrupar¨¢. No coincid¨ªan el brit¨¢nico, Nadal, Federer y Djokovic en un gran escenario de julio de 2017
Y Nueva York, este a?o, tambi¨¦n desprende un olorcillo a adi¨®s, porque David Ferrer sopesa seriamente cerrar su participaci¨®n en los grandes torneos antes de la despedida oficial del tenis, en 2019. El alicantino, de 36 a?os, ser¨¢ el primer escollo para Nadal (esta madrugada, hacia las 3.00, en Movistar+ D2). Mientras, Garbi?e Muguruza es seguramente uno de los mayores enigmas que ofrece el major en su 50? aniversario. La hispano-venezolana, citada en la primera ronda con la china Shuai Zhang, la 34 del mundo (hacia las 20.00, M+D2), encara con dudas un terreno en el que nunca ha franqueado la barrera de los octavos. Con un recorrido discreto, Queens le brinda una oportunidad para levantarse.
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