Federer sufre otro apag¨®n

A las dos de la madrugada, un gigante se derrumba en Nueva York. Es Roger Federer, asfixiado por el calor, la humedad y un rival que aprieta la soga sin cesar y termina consiguiendo su objetivo: de repente, John Millman sale a la luz, se pone en el mapa del tenis y se filtra en los cuartos de final cuando todo el mundo esperaba un cruce en las alturas entre el suizo y Novak Djokovic. Sin embargo, Federer no est¨¢ listo, chorrea sudor y falla. Elige mal. Se ciega con las dejadas y despu¨¦s de desperdiciar dos bolas de set en el segundo parcial y otra en el tercero acaba cayendo a plomo. De repente, el US Open pierde al t¨®tem.

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Entonces, el enigma se resuelve: 3-6, 7-5, 7-6 y 7-6, en 3h 35m. La inc¨®gnita de si Federer ser¨ªa capaz de resistir al reto de las dos semanas, en el mes de septiembre, encuentra la soluci¨®n en una noche en la que Federer dej¨® de ser durante mucho rato Federer; perdi¨® el color y en consecuencia la ¨²ltima bala para aumentar su bolsa en la carrera de los grandes. Millman, de 29 a?os y 55 del mundo, una suerte de marine australiano, le tritur¨® an¨ªmicamente y le descabalg¨® del torneo neoyorquino en los octavos para prolongar una sequ¨ªa de 11 a?os en Flushing Meadows. Es decir, una eternidad.

¡°Hac¨ªa mucho calor, no pod¨ªa coger aire. Por alguna raz¨®n, no he podido luchar contra las condiciones de esta noche. Es una de las primeras veces que me ocurre esto. Vas sudando, sudando y sudando conforme avanza el partido, y pierdes la energ¨ªa¡±, expuso el n¨²mero dos, sin resta un ¨¢pice de m¨¦rito a la resistencia de Millman: ¡°Me encanta su intensidad. Me recuerda a David Ferrer, a esos tipos a los que admiro por c¨®mo entrenan y la pasi¨®n que tienen por el juego¡±.

Traicionera en ocasiones, esta vez la estad¨ªstica no miente. Cuando el suizo entreg¨® el ¨²ltimo tie-break se march¨® de la pista con 77 errores no forzados, 10 dobles faltas y 81 subidas a la red que en realidad reflejan una huida a la desesperada porque le faltaba aliento y Millman era todo piernas y lo devolv¨ªa absolutamente todo. Hizo lo que deb¨ªa y el resto fue cosa del enredo del propio Federer, irreconocible y desacertado en la toma de decisiones. Trat¨® de compensar la limitaci¨®n f¨ªsica con un saco de dejadas mal seleccionadas y en muchas ocasiones mal ejecutadas, altas y previsibles. Un fil¨®n para el adversario.

Una situaci¨®n rocambolesca

No le acompa?¨® tampoco el servicio ¨Csuspenso en la efectividad (49%) y en los segundos (47%)¨C y se vino abajo pr¨¢cticamente solo, en una situaci¨®n rocambolesca: cay¨® cuando se hab¨ªa hecho con el primer parcial, con una rotura a su favor y dos puntos de set en el segundo, otro en el tercero y un break de ventaja y 1-0 en el cuarto. Millman, un front¨®n, se lo merend¨® psicol¨®gicamente y mantuvo el tipo para lograr la victoria m¨¢s importante de su carrera, a la que no le acompa?a t¨ªtulo alguno y una sola final en Budapest, logrando en este US Open su recorrido m¨¢s importante en un Grand Slam.

Hac¨ªa mucho calor, no pod¨ªa coger aire. Es una de las primeras veces que me ocurre esto ROGER FEDERER

¡°?Si le puedo ganar ahora a Djokovic? S¨ª, ?por qu¨¦ no?¡±, expres¨® confiado Millman, que en su referencia al pulso dej¨® clara su admiraci¨®n por Federer:?¡°?l es un h¨¦roe para m¨ª. Le admiro mucho, me gusta su equipo. Es uno de esos chicos con los que hablas en el vestuario, muy cercano. Hoy me siento un poco culpable. ?l no tuvo su mejor d¨ªa, eso est¨¢ claro...¡±, ampli¨®, antes de referirse al duro contexto medioambiental: ¡°Hab¨ªa una humedad extrema ah¨ª fuera [del 89%]. Las condiciones eran brutales, no dejabas de sudar¡±.

Federer, pues, fall¨® al igual que lo hizo en Wimbledon, as¨ª que la idea de que las temporadas se le empiezan a hacer muy largas cobra mayor dimensi¨®n. En Londres tropez¨® en los cuartos contra Kevin Anderson, habiendo ido dos sets por encima y dispuesto de una bola de partido, y esta vez el adi¨®s es si cabe es m¨¢s doloroso: no se iba tan r¨¢pido de un major desde hac¨ªa tres a?os, en la tercera ronda de Australia entonces. Se hab¨ªa dosificado durante el verano, renunciando a competir en Montreal para llegar m¨¢s fresco, pero la estrategia no le funcion¨®. Inc¨®modo durante toda la velada, colaps¨® y el chasco fue monumental en Nueva York.

Sin Federer sobre el escenario, el tenis es menos tenis.