Iker Casillas en la ciudad de los contrastes
El meta espa?ol, de 37 a?os, disfruta de una vida tranquila en Oporto mientras siente la exigencia de ser protagonista en Europa
El entorno tiene un punto decadente e invita a la melancol¨ªa y el sosiego, ciudad de contrastes que no causa indiferencia: o se ama o se detesta. Hace ya cuatro veranos que Iker Casillas (M¨®stoles, 37 a?os) acept¨® una oferta para mudarse a Oporto durante dos cursos. Ya la ha renovado dos veces y nadie descarta una tercera, por m¨¢s que cada a?o su salario sufra recortes. El bienestar tambi¨¦n tiene un valor. En sus ¨²ltimas temporadas en el Real Madrid, Casillas pas¨® m¨¢s tiempo del que hubiese deseado en el banquillo, jug¨® m¨¢s en el ep¨ªlogo, pero siempre con ruido de fondo, entre reproches y bajo todo tipo de focos que apuntaban a aciertos, errores, gestos o palabras. Entre rumores, maledicencias y resquemores busc¨® m¨¢s tranquilidad sin dejar de competir. Lleg¨® al sitio perfecto.
En Oporto todo transcurre a otro ritmo, pero la exigencia competitiva es m¨¢xima. Casillas juega por lo que jug¨® toda la vida en el Real Madrid o en la selecci¨®n espa?ola, esa a la que no cierra las puertas. Compite en un entorno que no tolera el empate. Quien piense que la presi¨®n es menor en una liga como la portuguesa puede pasarse por las tertulias o atender a los medios de comunicaci¨®n locales tres d¨ªas despu¨¦s de que el Oporto cediese el liderato en su casa contra el Benfica. Hay obligaciones y demandas, se compite a la m¨¢xima altura, tambi¨¦n en la Liga de Campeones, donde Casillas todav¨ªa forja su leyenda. Esta mi¨¦rcoles disputar¨¢ en casa contra la Roma (21.00, Movistar Liga de Campeones 1; 2-1 en la ida para los italianos) su partido n¨²mero 175 en la m¨¢xima competici¨®n continental. A ese nivel nadie ha jugado m¨¢s encuentros ni m¨¢s ediciones (20). Y solo en una, en su primera campa?a en Oporto, cay¨® en la fase de grupos.
¡°Es un profesional ejemplar¡±, valora su entrenador, Sergio Concei?ao, que tampoco quiere detenerse en hacer distinciones. Hace ahora un a?o decidi¨® sentar a su futbolista m¨¢s renombrado para darle vuelo a una alternativa, Jos¨¦ S¨¢. Pero toda la idea se le vino abajo cuando la campa?a estaba a la altura que est¨¢ ahora, cuando son¨® el himno de la Champions, y ya no hab¨ªa espacio para la enmienda. S¨¢ firm¨® un partido desastroso frente al Liverpool, que liquid¨® al Oporto en octavos tras un 0-5 en O Dragao. Casillas regres¨® al equipo y alz¨® su primer t¨ªtulo de Liga en su nuevo destino, un anhelo y una conquista especial porque evit¨® que el Benfica llegase a los cinco consecutivos, haza?a que solo conquist¨® el Oporto en toda la historia del f¨²tbol portugu¨¦s. Embebido de la euforia popular celebr¨® aquel triunfo como si estuviese entre lo m¨¢s granado de su palmar¨¦s.
¡°Es uno de los nuestros¡±, explica tras la barra Pedro, tras servir un excelente caf¨¦ tal y como mandan los c¨¢nones lusos. En el local vibra una tertulia futbolera en un entorno barrial de casas coloristas y modestos restaurantes que ofrecen la trinidad gastron¨®mica portuense: sopa, francesinha o peixe. Alguna elegante boutique, ninguna de grandes franquicias sino de comercio local, completa el lienzo. Otra vez el contraste. Ah¨ª es donde se mueve Casillas en el d¨ªa a d¨ªa, donde muere el Duero y rompe el oc¨¦ano, ante un peque?a playita en la que ayer azotaba el viento y el arenal quedaba engullido por el oleaje. Un peque?o anuncio inmobiliario apunta que enfrente est¨¢ Nueva York.
Los portugueses son, de natural, hiperb¨®licos. ¡°Cuando el clima no est¨¢ como ahora es frecuente verle pasear por aqu¨ª con la familia, hay quien dice incluso que sale a andar en bicicleta¡±, completan los parroquianos entre sorbos de caf¨¦. Fuera llueve y golpea el mar, dentro la vida pasa lenta, pero tambi¨¦n entre alg¨²n reproche. Duele la derrota contra el Benfica (1-2), as¨ª que la cita contra la Roma es un examen. Si el Oporto remonta el 2-1 regresar¨¢ a los cuartos de la Champions por primera vez desde hace cuatro a?os, con Julen Lopetegui al frente del equipo y justo antes de la llegada de Casillas.
Aquel aterrizaje no fue sencillo. Casillas arrib¨® a la ciudad envuelto en el barullo que le rodeaba en Madrid. Pero desde el primer d¨ªa se sinti¨® protegido. ¡°No es solo un guardameta excelente que est¨¢ en plenitud de facultades, sino que es una marca fort¨ªsima¡±, valora el hist¨®rico exportero Vitor Baia. Hace una semana el Oporto junt¨® a Casillas con una pareja de mitos de la porter¨ªa que ahora defiende, los dos que ayudaron a ganar las dos Copas de Europa que luce el club en su magn¨ªfico museo. Baia era un ¨ªdolo para Casillas y el meta luso confiesa que aprendi¨® buena parte del oficio del polaco Mlynarczyk. ¡°El f¨²tbol es pasi¨®n, pero tambi¨¦n es una industria y que el club tenga un jugador de la trayectoria de Iker ayuda a que sea cada vez m¨¢s fuerte y tenga m¨¢s seguidores¡±, sostiene Baia.
En Portugal el periodismo deportivo no se enfoca a rutinarias declaraciones. Los futbolistas no salen a ruedas de prensa durante la semana ni acuden a zonas mixtas tras los partidos. Las c¨¢maras que llegaban desde Espa?a de programas o publicaciones del coraz¨®n ya hace tiempo que no se asoman al Duero. Casillas disfruta del paseo, de la paternidad, de las eternas puestas de sol que el Atl¨¢ntico le lleva a su ventana, de una intrincada ciudad que late en sus caf¨¦s y en sus bodegas, en su cultura y su gastronom¨ªa, renovada de manera ejemplar despu¨¦s de que a finales del siglo XX la Unesco la declarase patrimonio de la humanidad y llegasen fondos comunitarios para adecentar tanta belleza decadente. El New York Times la acaba de elegir entre los mejores destinos continentales, ¡°la Portland europea¡± la define por su ebullici¨®n art¨ªstica. Una ciudad orgullosa que se conoce como invicta porque sus habitantes resistieron el cerco al que les somet¨ªan tropas que pretend¨ªan cercenar su car¨¢cter liberal.
Oporto compite. Lo hace ahora en el f¨²tbol bajo el mando de Jorge Nuno Pinto da Costa, el presidente m¨¢s longevo de un club de f¨²tbol instalado en la ¨¦lite tras superar a Santiago Bernab¨¦u. Antes de su llegada, en 1982, el club hab¨ªa ganado cinco ligas, por 23 del Benfica. Desde entonces suma 21 por 12 del rival. Y en Europa no solo alz¨® la orejona en dos ocasiones (1987 y 2004) sino que se ha convertido en un cl¨¢sico.
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