Otra Espa?a para la saga

¡°No hay excusas, no hay excusas¡±, advert¨ªa la capitana Nerea Pena en los corrillos tres d¨ªas antes de volar al Mundial de Jap¨®n. Quer¨ªa decir, en realidad, que no hab¨ªa excusas para no terminar entre las siete primeras y atar as¨ª la clasificaci¨®n para el preol¨ªmpico. Ese era el objetivo real de la selecci¨®n femenina de balonmano en este campeonato, algo que tampoco se daba por hecho a la vista de los precedentes, en los que no hab¨ªa superado el und¨¦cimo puesto.

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Dos semanas y media despu¨¦s, la pamplonesa, que este viernes cumpli¨® 30 a?os, y el resto de la expedici¨®n luchar¨¢n por primera vez en su historia por el oro en una Copa del Mundo tras despachar en semifinales a la gigante Noruega (22-28). Su rival este domingo ser¨¢ Holanda (12.30, La 1), que hizo lo propio contra la gran favorita, Rusia (32-33). La vencedora ir¨¢ directa a los Juegos de Tokio. Una gesta inesperada, incluso para sus propias protagonistas ¡ª¡°no llegamos en las mejores condiciones¡±, reconoc¨ªa Pena antes de embarcar¡ª y un nuevo hito para el deporte femenino en Espa?a, caladero f¨¦rtil de ¨¦xitos.

La cumbre que no pudo coronar la mejor generaci¨®n del balonmano, la que alumbr¨® un equipo con marca propia (las Guerreras) con iconos como Marta Mangu¨¦ (1.034 tantos en 301 encuentros) y Macarena Aguilar (638 dianas en 240 partidos), la alcanz¨® un grupo de jugadoras en las que apenas se hab¨ªa reparado hasta hace dos d¨ªas. Y lo consigui¨® sin una de sus almas, Carmen Mart¨ªn (221 internacionalidades y 751 goles), que se cay¨® de la convocatoria por lesi¨®n a una semana de viajar al pa¨ªs asi¨¢tico.

Hasta la explosi¨®n nipona, la selecci¨®n andaba de perfil bajo, en plena reconstrucci¨®n con el ojo puesto en el Mundial de 2021, que se celebrar¨¢ en Espa?a. Tras la tr¨¢gica eliminaci¨®n en R¨ªo 2016 y un mal Europeo seis meses despu¨¦s, la Federaci¨®n acometi¨® una revoluci¨®n integral. Prescindi¨® de Jorge Due?as, el director de aquel conjunto inolvidable que se colg¨® las cuatro ¨²nicas medallas de Espa?a (entre 2008 y 2014), y entreg¨® el banquillo a Carlos Viver, de 46 a?os, para que abriera la ventana del vestuario. Integrantes de la vieja guardia como Mangu¨¦, Aguilar, Nely Carla Alberto (346 goles) o Eli Ch¨¢vez (185 encuentros) ya no volvieron a una lista, y fueron relevadas por jugadoras j¨®venes, alguna de las cuales solo acumulaban cuatro internacionalidades, como era el caso Jennifer Guti¨¦rrez o Maitane Etxeberria, presentes ambas en el Mundial de Jap¨®n. Ellas, en uni¨®n con las veteranas que se mantuvieron (Silvia Navarro, Shandy Barbosa y Nerea Pena), eran la alternativa a la ¨¦poca dorada.

La obra perfecta

La apuesta hizo bingo este viernes en Kumamoto. La semifinal fue su obra perfecta, una met¨¢fora de la mezcla entre veteranas y noveles, con el cemento de una clase media que ha resultado determinante en este renacer. Dos de la vieja guardia, como Shandy Barbosa y Nerea Pena, mostraron el camino en el arranque contra Noruega. Lo continuaron tres integrantes de esa clase media, Almudena Rodr¨ªguez (MVP del partido), Alicia Fern¨¢ndez y Marta L¨®pez. Y lo coron¨® bajo palos Silvia Navarro con una actuaci¨®n colosal (nueve intervenciones) a sus 40 a?os y tres metales en el pecho. ¡°Llegar al podio es dif¨ªcil, pero no imposible. La esperanza es lo ¨²ltimo que se pierde¡±, dec¨ªa la portera valenciana antes del torneo, agarr¨¢ndose al t¨®pico como el ¨²ltimo recurso para creer.

Una vez el bal¨®n se ech¨® al suelo, ya no hicieron falta frases hechas. Se impuso un conjunto gremial, expresado en una defensa de campeonato. Su pleno de triunfos en la primera fase puso en ¨®rbita a la selecci¨®n y la prepar¨® para empresas mayores. Aguant¨® como pudo la crisis tras dejar escapar la victoria frente a Suecia y cayeron contra Rusia (¨²nica derrota). Entonces se marcharon a cenar a un restaurante para celebrar el pase al preol¨ªmpico, hasta que lleg¨® la victoria de Montenegro ante las suecas que les meti¨® en semifinales. Agotadas, pero sacudidas todas las ansiedades, se destaparon con una actuaci¨®n para el recuerdo contra una Noruega confusa y gripada. Siempre superada por una Espa?a que se col¨® en la historia cuando nadie la esperaba. Casi, ni ellas mismas.