Valverde enchufa el motor en otro trance de Karim
El despliegue de costa a costa del uruguayo, novedad en el once, ayuda a estabilizar al Madrid en una nueva coronaci¨®n europea del ariete franc¨¦s
Confesaba hace unos d¨ªas Benzema que en la media hora final de la remontada contra el PSG se sinti¨® en trance, casi alguien sobrenatural, capaz de meter los goles que fueran necesarios. En Stamford Bridge le falt¨® la hoguera local, pero el franc¨¦s volvi¨® a levitar en territorio europeo. El nueve blanco, un tipo tranquilo, desat¨® otro tornado. Primero con dos tantos de cabeza en tres minutos. Uno de plena potencia llegando desde atr¨¢s; y otro sutil, rectificando y coloc¨¢ndosela a contrapi¨¦ a Mendy. Y al inicio de la segunda parte, cuando los parroquianos todav¨ªa bajaban las escaleras con los perritos calientes, Karim complet¨® su noche con un feliz viaje al pasado. No le falt¨® de nada.
No habr¨¢ muchos jugadores de esta ¨¦poca ante el que la hayan pifiado tantos porteros cuando lo han tenido enfrente, algo por lo que nadie hubiera apostado hace solo un lustro. Lo hizo el meta del Bayern (Ulreich) en las semifinales de 2018; el del Liverpool (Karius) en la final de 2018; Donnarumma, del PSG, hace un mes; y este mi¨¦rcoles Mendy en Londres, que se equivoc¨® de mala manera cuando vio llegar a Benzema a presionar en una aventura personal en la que solo cre¨ªa ¨¦l despu¨¦s de un pelotazo a ninguna parte de Casemiro. Pero el meta fall¨® en el pase a Rudiger, se la entreg¨® y este emboc¨® a puerta vac¨ªa.
Otro triplete, tras el del Paris Saint Germain, que le coloca con 37 tantos este curso, engordando los mejores registros de su historia y emparent¨¢ndose con aut¨¦nticos padrinos del gol. Qui¨¦n lo hubiera dicho. En toda la historia del club, solo Cristiano Ronaldo, en ocho ocasiones, Hugo S¨¢nchez (dos), Puskas y Di St¨¦fano han alcanzado estas cifras.
¡°Una noche m¨¢gica, como contra el PSG¡±, se arranc¨® sonriente Benzema. ¡°El gol que m¨¢s contento me pone es el tercero porque hab¨ªa fallado uno al final de la primera parte y le estaba dando vueltas¡±, admiti¨® el ariete, m¨¢s ariete que nunca. Al descanso se hab¨ªa marchado comentado con los compa?eros c¨®mo se le hab¨ªa podido escapar un mano a mano que ya daba por hecho. No tard¨® en desquitarse con la estimable ayuda de Mendy, apenas 40 segundos tras la pausa. ¡°Cada d¨ªa tiene m¨¢s liderazgo y personalidad, y eso es lo que marca la diferencia¡±, valor¨® de ¨¦l Ancelotti.
El trance volvi¨® a ser de Benzema y el motor correspondi¨® a Valverde, la novedad en el once del italiano. Dos semanas de reflexi¨®n a principios del oto?o, con motivo de un par¨®n de selecciones, devolvieron a un Carletto con una sentencia que durante meses la ha considerado innegociable: el sistema ideal es el 4-3-3. Traducido al centro del campo: Casemiro, Kroos, Modric, y cierra el Madrid.
Courtois, paradas y pitos
Ahora, con la primavera reci¨¦n estrenada aunque no lo parezca (y menos en un Londres donde jarreaba), una semana de reflexi¨®n en casa por la covid llev¨® al t¨¦cnico a salirse de la ortodoxia, al menos en una cita tan cr¨ªtica como la ida de unos cuartos de Champions. Los tres de siempre del medio, s¨ª, pero con Valverde como aguador para todo. Una medida que ven¨ªa circulando en los circuitos blancos y que fue la suma de varios factores: los dos eslabones m¨¢s d¨¦biles de la delantera (Asensio y Rodrygo) se hab¨ªan parado, la combinaci¨®n del centro hab¨ªa emitido se?ales de falta de motor y enfrente esperaba un Chelsea que hace un a?o devor¨® al Madrid por la v¨ªa f¨ªsica. As¨ª que en Stamford Bridge, Ancelotti regres¨® in extremis del confinamiento con el uruguayo debajo del brazo.
La medida tuvo un impacto sobre todo el mecano. Si hace dos semanas la ubicaci¨®n de Modric como falso nueve en el cl¨¢sico descoloc¨® a todos, la aparici¨®n de Valverde ayud¨® a estabilizar al colectivo. El uruguayo, que ha cambiado de apodo (de Pajarito a Halc¨®n), sobrevol¨® por toda la banda derecha, de costa a costa. ¡°Nos puede dar energ¨ªa¡±, anticip¨® en la previa Ancelotti. Y el joven de 23 a?os ech¨® paladas en todos los sectores hasta que debi¨® retirarse con calambres. Se met¨ªa como quinto defensor cuando el Madrid se aculaba para ayudar a Carvajal, que no pasa por sus d¨ªas m¨¢s felices (Havertz le gan¨® el duelo en el gol del Chelsea); abrigaba a sus compa?eros de la medular, de nuevo en una buena versi¨®n; y descargaba vatios de potencia en ataque.
A los diez minutos, el tiro al larguero de Vinicius vino precedido primero por un robo en su campo de Valverde luego por un taconazo de Benzema y una asistencia del sudamericano. Y en pleno desbocamiento, Valverde puso a Carvajal en una posici¨®n muy clara dentro del ¨¢rea blue. No fue el m¨¢s brillante, pero su presencia result¨® determinante para el gran despliegue del Madrid, sobre todo, en la primera mitad. Del ¨¦xtasis ya se ocup¨® Benzema, y de echar el candado, el gran abucheado por la hinchada local debido a su pasado all¨ª, Thibaut Courtois.
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