Saint Andrews es Disneylandia
Rory McIlroy y Viktor Hovland comparten el liderato con 16 golpes bajo par y tienen a tiro el r¨¦cord de resultado m¨¢s bajo en un grande. Rahm y Garc¨ªa, fuera de la pelea
Las defensas han ca¨ªdo. Saint Andrews est¨¢ desnudo. Los mejores golfistas del mundo han convertido el santuario escoc¨¦s en un parque infantil. El Open no parece el Open, sin fr¨ªo ni lluvia, mecido apenas por un viento amable, nada que ver con el vendaval y la tormenta que otros a?os han hecho del grande brit¨¢nico un campo de minas. En este disneylandia, una lucha preciosa se libra en las alturas. El norirland¨¦s Rory McIlroy y el noruego Viktor Hovland comparten el liderato con 16 golpes bajo par, cuatro de ventaja sobre los dos Cameron, Young y Smith, y cinco sobre Si Woo Kim y Scottie Scheffler. El d¨²o espa?ol levant¨® la bandera blanca: Jon Rahm solo dio un bocado hasta el -5 en la general y Sergio Garc¨ªa se estanc¨® en el -3 de partida.
Los viejos r¨¦cords est¨¢n cerca de caer. El -13 de Cameron Smith ya fue el mejor inicio despu¨¦s de las dos primeras rondas en un Open en Saint Andrews. El campe¨®n de este domingo apunta a derribar otro muro. El resultado m¨¢s bajo sobre el par en un major celebrado en el Old Course fue el -19 que Tiger Woods firm¨® en el a?o 2000, ¨¦poca cumbre de su esplendor. Entonces gan¨® con ocho golpes de ventaja sobre Thomas Bj?rn y Ernie Els. Ahora ese list¨®n se tambalea. Incluso otro m¨¢s alto. Un -20 es el marcador m¨¢s jugoso para el campe¨®n de un grande en toda la historia. Sucedi¨® tres veces: Jason Day en el PGA de 2015, Henrik Stenson en el Open de 2016 y Dustin Johnson en el Masters de 2020. A menos que la madre naturaleza se rebele y proteja el campo que forj¨® hace tantos siglos, Saint Andrews est¨¢ perdido.
Los genios frotaron la l¨¢mpara y salieron golpes brillantes. El eagle de McIlroy desde el b¨²nker en el hoyo 10, despu¨¦s de un birdie en el 9, puede ser el p¨®ster de la semana. El norirland¨¦s se catapult¨® con ese doblete y la hinchada aument¨® los decibelios para acompa?ar a su jugador preferido, el h¨¦roe de casa. Hay mucha hambre acumulada en alguien que a los 33 a?os lleva ocho cursos esperando su quinto grande, hoy un s¨ªmbolo del circuito americano en la guerra contra la liga saud¨ª y un basti¨®n europeo de la Ryder. El gui¨®n parece escrito para ¨¦l.
Rory. McIlroy.#The150thOpen pic.twitter.com/ZgVKfXf8ie
— The Open (@TheOpen) July 16, 2022
Hovland, un diamante noruego de 24 a?os, n¨²mero nueve del mundo, persigue su primer grande con lo mejor de su repertorio. Con cuatro birdies seguidos entre los hoyos 3 y 6 avanz¨® por la derecha a un Smith reserv¨®n, puede que confiado en su peque?a ventaja y alejado de su versi¨®n imperial de la v¨ªspera. Un tripateo en el primer hoyo le borr¨® la alegr¨ªa de su camiseta chillona y un doble bogey en el 13 le baj¨® del tren de cabeza.
Por delante se jugaba a toda mecha. Por detr¨¢s, un tibur¨®n tras otro. Cameron Young negaba a quienes esperaban que el novato sin victorias en el circuito americano acusara la presi¨®n de moverse entre gigantes; el coreano Si Woo Kim se col¨® en la fiesta; el n¨²mero uno, Scheffler, manten¨ªa a distancia el rastro, agazapado a la espera de saltar a por una presa que se le escapaba; y Dustin Johnson, el capo de los rebeldes de LIV Golf, sufr¨ªa para seguir en la pelea y tener contentos a sus nuevos (y todav¨ªa m¨¢s ricos) jefes.
Drives don't come much better than this??#The150thOpen pic.twitter.com/qLTU0N4R6v
— The Open (@TheOpen) July 16, 2022
¡°Alguien har¨¢ -20 y no ganar¨¢. No s¨¦ si el campo est¨¢ m¨¢s f¨¢cil o es que ha mejorado mucho el nivel de la competici¨®n¡±, coment¨® Rahm. El vasco se qued¨® corto con ese -1 que apenas le avanz¨® hasta el -5 total. Menos fiable que en los d¨ªas anteriores desde el tee, fallando las calles que antes atravesaba por el centro, al n¨²mero tres se le nubl¨® la vista con el putt. Ah¨ª se le esfumaron las opciones de luchar por seguir las huellas de Seve Ballesteros en la casa del golf. Rahm fall¨® el putt para birdie en el 1, anticipo de una tarde en que repiti¨® demasiado la secuencia de salida fallada, putt errado y bogey. Un par de visitas al b¨²nker acabaron por agriar la ensalada. ¡°Es duro cuando juegas bien desde el tee y no metes un putt¡±, lament¨® el hombre de Barrika, que deber¨¢ pedalear cuesta arriba para atrapar un puesto entre los 10 mejores. Despu¨¦s de un 27? escal¨®n en el Masters, 48? en el PGA y 12? en el US Open, Rahm busca no quedarse sin un lugar de honor en alguno de los cuatro grandes del curso por primera vez desde 2017, su primera campa?a completa como profesional.
A esa diana mira tambi¨¦n Sergio Garc¨ªa. Desde que se visti¨® de verde en el Masters de 2017, el castellonense no prueba un top ten en el Grand Slam. Este s¨¢bado manch¨® sus cinco birdies (dos muy tempranos en los hoyos 2 y 3) con un doble bogey en el 5 y tres bogeys, uno de remate de la vuelta en el 18, que cerraron su ronda en el par y volvieron a dibujar ese semblante de disgusto. ¡°Es el d¨ªa que mejor le he pegado y he hecho 72. Le doy bien y las cosas no salen¡±, dijo El Ni?o, envuelto en otros pensamientos.
Una leyenda que no tiene precio est¨¢ en juego. Saint Andrews guarda el santo grial del golf para un elegido.
Clasificaci¨®n del Open Brit¨¢nico.
Tv: cuarta jornada, este domingo de 10.00 a 20.00 en Movistar Golf.
Gloria para un fiel o un rebelde
Muchos duelos se libran en Saint Andrews. Mientras un puñado de estrellas esprinta hacia la gloria individual en una cita que saben que es eterna, en el tablero escocés se juegan otras partidas de ajedrez. Por ejemplo, saber si el grande más deseado en el último medio siglo se vestirá con una bandera estadounidense o una europea. La inercia es norteamericana, pero el viejo continente juega en casa. De los últimos 30 títulos del Grand Slam, los golfistas de Estados Unidos han celebrado 21. Entre los 20 mejores jugadores de la clasificación mundial, 13 cantan por las barras y las estrellas.
En este fuego cruzado que es hoy el golf, cada jugador se representa a sí mismo, a su país y a su continente, y además ahora son peones, caballos y reyes de una guerra santa que sacude su deporte. ¿Será el campeón uno de los fieles que se mantienen firmes en el circuito americano o uno de los rebeldes que se han alistado en la liga saudí de los petrodólares? No es una ecuación cualquiera, sino otro movimiento estratégico en la lucha por el poder. El golfista que levante la Jarra de Clarete en la 150ª edición del Open Británico (e ingrese un cheque de 2,5 millones de dólares) se alzará a su vez como el símbolo de un bando ganador.
Del lado del PGA Tour, Rory McIlroy es la carta favorita, el golfista que junto a Jon Rahm y Justin Thomas más ha defendido la lealtad a la casa madre. Entre los insurrectos, el cromo preferido es el de Dustin Johnson, su mejor fichaje, número 18 del mundo. DJ conquistó dos grandes (US Open 2016 y Masters 2020) durante un matrimonio con el PGA Tour en el que amasó 75 millones de dólares en premios. Hoy es el jefe de los rebeldes.
Un pelotón de 24 jugadores relacionados con la liga saudí arrancó en el Open; 11 pasaron el corte. Greg Norman, consejero delegado de LIV Golf, no fue invitado a la cena de los campeones. Tiger Woods le atizó por romper su deporte. Y Rahm sentenció: “En estos tiempos, este torneo es lo que el golf necesita”. Saint Andrews decidirá si besa a un fiel o a un rebelde.
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