Serena Williams, el adi¨®s de una leyenda hiperb¨®lica
El tenis despide en Nueva York a una campeona comprometida que transgredi¨® fronteras y que compiti¨® y sufri¨® siempre a lo grande, a partir de lo excepcional
Ayer, a eso de las ocho de la ma?ana, Serena Williams (Saginaw, Estados Unidos; 40 a?os) amaneci¨® en la lujosa residencia que posee en Nueva York y a las nueve y media se adentr¨® en un furg¨®n de cristales tintados en el complejo Billie Jean King. En ese instante, qui¨¦n sabe, tal vez emprendi¨® el que ha podido ser el ¨²ltimo entrenamiento de un listado infinito que comenz¨® cuando Pap¨¢ Williams las introdujo a ella ¨Ccitada hoy en el estreno con la montenegrina Danka Kovinic; 1.00, Eurosport¨C y a su hermana Venus en la probeta e inici¨® el experimento.
Un selecto c¨ªrculo contemplaba la sesi¨®n con melancol¨ªa y al tenis, en general, se le pon¨ªan los ojos vidriosos porque las fechas vuelan, el tic-tac no perdona y asiste a una doloros¨ªsima cuenta atr¨¢s: se marcha Serena, se cierra una ¨¦poca. Se va la ¨²ltima gran dominadora y uno de los grandes mitos modernos; suenan ya las bisagras de una puerta que muchos tem¨ªan que se abriera y por la que m¨¢s pronto que tarde desfilar¨¢n gigantes como Rafael Nadal o Roger Federer, cuarent¨®n tambi¨¦n el suizo; antes cruzaron el marco otras hero¨ªnas, pero ninguna tan hiperb¨®lica ni tan excesiva como ella, The Queen. La reina.
¡°Est¨¢ a la altura de Michael Jordan, de LeBron James, de Tom Brady. Es una de las grandes deportistas de la historia. Todo lo que ha hecho para estar donde est¨¢ es impresionante; est¨¢ exactamente donde se merece. Es una extraordinaria tenista, pero ante todo es un icono¡±, conced¨ªa estos d¨ªas John McEnroe, en la l¨ªnea un¨¢nime que la describe como un personaje trascendental, complejo, mercadot¨¦cnico y de extremos, porque en las buenas y en las malas siempre acarici¨® los polos; en cualquier caso, como una referencia que va mucho m¨¢s all¨¢ de la competidora feroz y la hiperlaureada ganadora de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. A los tres a?os, Williams ya empu?aba una raqueta y desde entonces no dej¨® de romper moldes, ni?a prodigio primero, campeona devastadora despu¨¦s y rebelde, comprometida, pol¨¦mica, empresaria y madre a lo largo de un camino llevado recientemente al cine.
Su carrera, en realidad su propia vida, transit¨® desde el principio sobre la excepcionalidad. Criada en un suburbio angelino, quienes la conocen de cerca cuentan que Compton siempre ha estado dentro de ella. All¨ª muri¨® tiroteada una de sus cinco hermanas y se produjo uno de sus puntos de giro vitales: siempre ha llevado ese fuego dentro. Los c¨®digos de la barriada nunca la han abandonado.
La ley de Compton
¡°En el vestuario, ella y Venus siempre han pisado muy fuerte, por decirlo de alguna manera¡±, transmite una persona integrada en el circuito desde hace tres d¨¦cadas. ¡°Est¨¢ claro que es especial, que tiene unos comportamientos particulares y que eso, seguramente, la ha conducido a llegar hasta donde ha llegado. Desde que era joven, ella y su hermana intimidaban por su sola presencia, aunque sobre todo ella. Recuerdo que muchas veces iban por los pasillos y si las otras no se apartaban cuando pasaban, no ten¨ªan ning¨²n reparo en darles un empuj¨®n con el raquetero ni de tirar una mirada desafiante. Era una forma de decir: ¡®Hemos llegado, aqu¨ª estamos¡¯ y no hay quien nos pare. As¨ª ha sido su mentalidad, hasta el final¡±, ampl¨ªa dicha fuente.
E incide en la altivez un prestigioso preparador que prefiere guardar el anonimato: ¡°Tienen sus propias leyes, siempre se han desmarcado. En algunas situaciones que yo he presenciado han actuado de forma particular, seguramente por la educaci¨®n que han recibido. Al margen de esto, en t¨¦rminos deportivos estamos hablando de una de las mejores jugadoras de la historia y de una personalidad ¨²nica¡±.
El gran basti¨®n moderno
La familia es el eje vertebrador de la carrera de Williams. Su padre Richard la molde¨®, la exprimi¨® y la lanz¨®, pero su madre Oracene y sus hermanas ¨Cadem¨¢s de sus inseparables perritos¨C han sido fundamentales al establecer el f¨¦rreo cerco an¨ªmico que ha mantenido intacto el apetito y que ha garantizado la recolecci¨®n de los ¨¦xitos: 23 grandes, 73 t¨ªtulos individuales y otros 23 en dobles, al margen de muchos otros m¨¦ritos ¨Ccuatro oros ol¨ªmpicos (uno en solitario), Copa Federaci¨®n¡¨C y las 319 semanas que ha estado en la cumbre. All¨¢ donde van, sea donde sea, son una pi?a reconocible. Siempre de la mano de Venus (42 a?os), ambas guerrear¨¢n una ¨²ltima vez como pareja, algo que no suced¨ªa desde 2018.
¡°El ¨²ltimo baile de Serena¡±, adelanta la organizadora del circuito, la WTA, que en su nacimiento (1973) tuvo el liderazgo providencial de Billie Jean King en el impulso del circuito y en la defensa de los derechos de las mujeres tenistas, y que en la ¨¦poca moderna encontr¨® en Serena el mejor elemento de proyecci¨®n. Basti¨®n ideol¨®gico, medi¨¢tico y comercial, con la estadounidense se multiplicaron los contratos y su altavoz capitaliz¨® la reivindicaci¨®n de la igualdad salarial con los hombres.
¡°Ha significado much¨ªsimo para el tenis en general; no solo para el femenino, sino tambi¨¦n para el masculino. Ha trascendido en el deporte y ha llevado el tenis a los televisores de pa¨ªses donde no se ve¨ªa¡±, valora el sueco Mats Wilander. ¡°Si no fuera por ella y por Venus, yo no hubiera sido tenista¡±, reconoc¨ªa recientemente su compatriota Coco Gauff. ¡°Antes de ella no hubo realmente un icono as¨ª [refiri¨¦ndose a su color de piel]. No ha dominado en una generaci¨®n ni en dos, sino en tres, y eso es algo que no ha conseguido nadie¡±, agrega la joven de 18 a?os, identificada con el perfil embajador de Serena (deporte m¨¢s all¨¢ del deporte), su rol inspirador (ser una misma pese a las circunstancias) y su activismo en la lucha antirracista.
¡°Es m¨¢s que una deportista¡±
Ah¨ª queda el plant¨®n hist¨®rico de ella, Venus y su familia al torneo de Indian Wells (California), donde fueron abucheadas en 2001. ¡°Fue un d¨ªa que avergonz¨® a Am¨¦rica¡±, escribi¨® Richard Williams en su libro Blanco y Negro. La ausencia se prolong¨® 14 a?os. ¡°Ahora estoy lista¡±, argument¨® a su retorno; ¡°es el momento de decir: ¡®Nosotros, como pueblo, como americanos, podemos ser mejores. Si tu posici¨®n social te permite levantarte y hablar, ser un ejemplo, ?por qu¨¦ no hacerlo?¡±.
Testigo de Jehov¨¢, se rumore¨® sobre una posible amistad con el expresidente Donald Trump, aunque en 2016 se desmarc¨®. ¡°No voto, no lo hago por mi religi¨®n. No estoy involucrada en la pol¨ªtica, en absoluto¡±, expuso mientras McEnroe contaba que el exmandatario de los EE UU le hab¨ªa ofrecido un mill¨®n de d¨®lares si jugaba un partido contra ella. ¡°En Palm Beach [donde ambos coincid¨ªan como vecinos] se conoce todo el mundo¡±, agreg¨® Williams, cuya obra deportiva se termina y sigue recopilando elogios conforme se agota la mecha hacia el adi¨®s definitivo, que adelant¨® el 9 de agosto a trav¨¦s de un escrito en la revista Vogue.
¡°Cambi¨® el deporte, le estoy muy agradecida. Es la mayor fuerza del deporte, la m¨¢s grande que habr¨¢ nunca¡±, le elogia su amiga Naomi Osaka; como Gauff, otra heredera combativa. ¡°Trato de imitar la manera que ten¨ªa de usar su posici¨®n y de intimidar al ser n¨²mero uno¡±, confiesa la polaca Iga Swiatek. ¡°No es solo una deportista, es una leyenda; una gran embajadora de nuestro deporte que bati¨® r¨¦cords¡±, le ensalza Rafael Nadal. Y mira al reloj ella, que apura el ¨²ltimo cartucho antes de sellar un largu¨ªsimo viaje con desembocadura en la familia, c¨®mo no. ¡°Form¨¦ una y quiero hacerla crecer¡±, concluye la genuina Serena.
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