Ja Morant, ante el precipicio tras exhibirse con una pistola en sus redes sociales
La estrella de los Grizzlies, en el ojo del hurac¨¢n por su ¨²ltimo esc¨¢ndalo relacionado con las armas de fuego, pone a prueba su mete¨®rica carrera y la gesti¨®n de la propia NBA
Ja Morant decidi¨® vivir sobre el alambre. Y su carrera deportiva, que ha experimentado un ascenso fulgurante desde su aterrizaje en el universo profesional hace solo cuatro a?os, puede sufrir las consecuencias. El base de los Memphis Grizzlies, que a sus 23 a?os es ya uno de los jugadores m¨¢s determinantes de la NBA actual, se encuentra actualmente aislado del entorno deportivo de la franquicia. Una medida dr¨¢stica pero considerada necesaria a ra¨ªz de su ¨²ltimo esc¨¢ndalo.
En la madrugada del pasado s¨¢bado 4 de marzo, horas despu¨¦s de que su equipo fuese derrotado en un encuentro disputado en Denver, Morant emiti¨® un directo en su cuenta personal de Instagram, con m¨¢s de ocho millones de seguidores, durante el cual se ve¨ªa al jugador sosteniendo con su mano izquierda lo que, en apariencia, era un arma de fuego.
A lo largo del mismo s¨¢bado el joven base emitir¨ªa ¨Ca trav¨¦s de su agencia, Tandem¨C un comunicado, en el que pedir¨ªa disculpas y mostrar¨ªa su arrepentimiento por lo sucedido, declarando tomar ¡°total responsabilidad¡± por sus acciones y sugiriendo apartarse de la esfera p¨²blica para, seg¨²n rezaba el comunicado, ¡°aprender a lidiar mejor con el estr¨¦s¡±. De paso, los propios Grizzlies impondr¨ªan una sanci¨®n de al menos dos partidos sin jugar para Morant.
Sin embargo, el revuelo generado ser¨ªa masivo y, a esas alturas, imparable.
La normativa de Colorado revela que tiene car¨¢cter ilegal portar armas de fuego bajo los efectos del alcohol. Y aunque el Departamento Policial de Glendale (Denver, Colorado) confirmar¨ªa que el incidente tuvo lugar en un club de una conocida zona nocturna, su investigaci¨®n posterior determin¨® que no exist¨ªan pruebas suficientes como para acusar al jugador de delito por sus actos.
No obstante, el peligro para la joven estrella del baloncesto alcanza otras aristas. De hecho, unas directamente vinculadas al r¨¦gimen interno de la propia NBA. Seg¨²n ese c¨®digo, a los jugadores no se les permite tener armas de fuego cuando se encuentran en espacios derivados de su profesi¨®n, circunstancia que incluye no solo lo obvio ¨Clos pabellones- sino tambi¨¦n lugares asociados a la rutina de una franquicia NBA ¨Ces decir, los ligados a sus viajes-.
Incumplir esa normativa podr¨ªa conllevar sanciones, promovidas directamente desde el Comisionado de la NBA, que produjesen una inhabilitaci¨®n de duraci¨®n indefinida. La propia liga aclar¨® recientemente, a trav¨¦s de su portavoz Mike Bass, que tambi¨¦n ha abierto una investigaci¨®n al respecto.
El escenario es, por tanto, muy problem¨¢tico para un Morant para el que lo ocurrido en Denver no representa, en cualquier caso, un hecho aislado. Y es que el jugador pareci¨® entrar, desde el pasado verano, en una espiral descontrolada que ha dejado ya varios incidentes de alcance medi¨¢tico.
Seg¨²n informaciones de The Washington Post, hubo tambi¨¦n un arma de fuego involucrada en un episodio, a¨²n bajo estudio policial, que tuvo lugar el 26 de julio de 2022, semanas despu¨¦s de que Morant firmase con los Grizzlies un acuerdo contractual cuyas cifras le garantizar¨¢n unos 183 millones de euros en los pr¨®ximos cinco a?os.
Aquel incidente se produjo durante un partido de baloncesto, de car¨¢cter amistoso y que mezclaba jugadores profesionales con amateurs, disputado en las instalaciones de la mansi¨®n de Morant en Memphis. Uno de los participantes, menor de edad, denunci¨® que el jugador NBA le golpe¨® de forma violenta en m¨¢s de diez ocasiones tras un desencuentro durante el duelo, adem¨¢s de sostener que otra persona del entorno de Morant ¨Cidentificado despu¨¦s como Davonte Pack- tambi¨¦n le agredi¨® y, en un momento dado, Morant se alej¨® de la escena para volver con un arma de fuego asomando en sus pantalones.
El jugador de los Grizzlies prestar¨ªa declaraci¨®n a la polic¨ªa semanas despu¨¦s, tras una denuncia interpuesta por el joven, se?alando que solo trat¨® de defenderse. Por su parte el agente de Morant, Jim Tanner, manifest¨® que el incidente no pudo ser probado.
Solo cuatro d¨ªas antes de lo sucedido en aquel partido, un agente de seguridad denunciar¨ªa al jugador por otro suceso, esta vez producido en un centro comercial de Memphis, a causa de una discusi¨®n de la madre del jugador con un dependiente en una tienda de calzado. Tras el problema Jamie, madre del jugador, llam¨® a su hijo, que apareci¨® en pocos minutos acompa?ado de ¡°al menos otras nueve personas¡±, seg¨²n testimonios del denunciante al Post.
Tras producirse una disputa verbal, el director de seguridad del centro comercial expuso que fue amenazado, que Morant y sus acompa?antes se negaron a marcharse e incluso que uno de ellos lleg¨® a golpearle en la cabeza.
Esta misma temporada, a finales de enero, Morant se vio involucrado en otro lance, esta vez tras un encuentro disputado en Memphis ante Indiana. Seg¨²n inform¨® el portal The Athletic, los Pacers denunciaron que su autob¨²s fue apuntado por un l¨¢ser, que sus responsables de seguridad identificaron como arma de fuego, desde una furgoneta en la que Morant se encontraba como pasajero. Aquello tuvo lugar despu¨¦s de un duelo en el que uno de los miembros del c¨ªrculo ¨ªntimo de Morant, Devonte Pack, lleg¨® a ser expulsado por irrumpir en la pista buscando confrontaci¨®n con jugadores de los Pacers. Pack ser¨ªa a posteriori sancionado durante un a?o sin poder asistir a partidos de los Grizzlies.
Con Morant en el ojo del hurac¨¢n, tanto el jugador como la Liga se encuentran en una delicada tesitura. El primero, por los continuos incidentes que han ido devaluando su imagen p¨²blica. La segunda, por los efectos que podr¨ªa tener una a¨²n mayor deriva de los acontecimientos.
No solo por el siniestro recuerdo al episodio vivido hace trece a?os entre Gilbert Arenas y Javaris Crittenton, tambi¨¦n con armas de fuego involucradas, sino por el da?o global que genera que una de las caras de su nueva era, el sexto jugador de mayor impacto comercial de la competici¨®n y, en el fondo, uno de los grandes iconos para las generaciones que comienzan a prestar atenci¨®n a la NBA, est¨¦ en el punto de mira por su comportamiento fuera de las pistas.
Al final, y la propia NBA lo promueve, los jugadores no son ¨²nicamente jugadores. Y como tal se espera que gestionen, desde la responsabilidad, su posici¨®n. A la vista est¨¢ que no resulta sencillo, hasta el punto de que el caso Morant puede poner a prueba la propia fortaleza del sistema.
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