Sorribes se queda a un suspiro de los cuartos
La espa?ola, set arriba y 3-0 en el segundo, cede ante Haddad-Maia, superior en el tercer duelo femenino m¨¢s largo en la historia del torneo: 6-7, 6-3 y 7-5, en 3h 51m
La historia va de competir, de fe, de convicci¨®n, de no bajar nunca los brazos. De creer. Y en estas triunfa Beatriz Haddad-Maia, aunque el elogio debe hacerse extensible a Sara Sorribes, que redondea un regreso con may¨²sculas, seguramente impensable porque hace no tanto caminaba sobre muletas y lloraba porque hab¨ªa perdido la ilusi¨®n. Fractura de escafoides, medio a?o de baja; demasiadas vueltas al coco en casa y, por momentos, la sensaci¨®n de haberse desencantado. Nada de eso. Nadie contaba con ella, la 124? de la WTA, presente en Par¨ªs gracias al ranking protegido. Pero s¨ª, aqu¨ª est¨¢. Cae este lunes en un soberbio marat¨®n de 3h 51m, el tercero (femenino) m¨¢s largo en la historia de Roland Garros, pero cierra la aventura con un magn¨ªfico sabor de boca. Duele, pero se pasar¨¢: 6-7(3), 6-3 y 7-5. Pesa m¨¢s la cuesti¨®n de fondo: Sorribes sigue vivita y coleando.
Abraza a la ganadora, exhaustas las dos. ¡°El otro d¨ªa, mi entrenador me ense?¨® un v¨ªdeo de Djokovic en el que hablaba de los nervios y la presi¨®n. Si ¨¦l se pone nervioso, ?c¨®mo no voy a hacerlo yo?¡±, indica Haddad Maia, por primera vez en los cuartos de un grande y citada en la siguiente estaci¨®n con la tunecina Ons Jabeur, que previamente ha resuelto (6-3 y 6-1) ante Bernarda Pera. Se le recuerda que naci¨® en 1996, un a?o antes de que el gran Guga Kuerten, compatriota, elevara la primera de las tres Copas de los Mosqueteros que conquist¨®. ¡°Es un ¨ªdolo, siempre me ha inspirado¡±, cuenta mientras coge aire porque ha sido una matinal de tralla y de muchas curvas, de arriba abajo y de abajo arriba. Oscilaci¨®n y vaivenes, refriega sin cesar.
La de S?o Paulo, una tenista que vive un momento dulce y se ha instalado en la zona noble, 14? del mundo, termina rehaci¨¦ndose y progresa. No sin sufrir. Percute y percute la brasile?a, le mete peso a la bola, la dispara con curva, pero no hay pelota que no rebata la espa?ola, piernas para todo y soluciones ante cualquier tipo de circunstancia. Jam¨¢s baja los brazos. As¨ª es Sorribes, guerrera a m¨¢s no poder, luchadora de pura raza. No hay punto que no exija negociar, ni hueco de la pista que no cubra. Roe y roe la moral de su adversaria, y as¨ª levanta un primer parcial que bien podr¨ªa haberse dado por perdido, 5-2 en contra, Haddad-Maia sintiendo el golpe ¨Czurdo, profundo, angulado¨C y abord¨¢ndola en tromba. Que no se alarme nadie, que aqu¨ª est¨¢n ella y su escudo; iguala, y por mucho que ceda otra vez el saque, vuelve a levantarse. Desempate a la buchaca.
Un escenario agotador
Falla dos voleas claras en la cinta, no importa; despu¨¦s una falta de pie, seguida de una doble falta. ¡°?Va, Sara, va! ?Adelante!¡±, le anima desde el banquillo su preparadora, Silvia Soler; se desga?ita la fisio, Blanca Bernal. ¡°Eso es, vamos. Se puede, Sara, se puede¡¡±, se dice a s¨ª misma una y otra vez, asintiendo con la cabeza, resiliente y convencida de que la estrategia acabar¨¢ d¨¢ndole premio. Se rumian todos los puntos, tremendo el paliz¨®n. Intercambios de hasta 30 golpes y 74 minutos para sellar la primera manga. Todo va sobre ruedas, hasta que la brasile?a ¨Cprimera representante de su pa¨ªs en los cuartos de un major desde Maria Bueno, en 1968¨C piensa que llegada esa situaci¨®n, set abajo y 3-0 adverso, tiene poco que perder ya; entonces se libera, aparta la tensi¨®n, recupera el sitio y la iniciativa, y su bola se transforma en un dolor. Un rodillo.
De bocado en bocado, enlaza hasta siete juegos consecutivos; es decir, se adjudica la segunda manga ¨Cde nuevo, 74 minutos¨C y abre la definitiva con una rotura de las que escuecen. El escenario es agotador. Ninguna cede, motores a pleno rendimiento; no hay cent¨ªmetro de la pista que no cubra la pisada de Sorribes, que contragolpea y resiste, obligando a la de enfrente a ganar cada peloteo dos, tres, cuatro, cinco o las veces que haga falta. Adi¨®s, s¨ª, pero al vestuario no vuelve una sola gota de esfuerzo. Esto va de competir y en esas, se agarra al torneo con todo. No regala nada. Aun as¨ª, Haddad-Maia ¨Cde espalda ancha, fuerte y 1,85, dos t¨ªtulos en la ¨¦lite y los dos sobre hierba¨C sigue imponiendo su brazo y en el tramo definitivo se adue?a del tim¨®n. Propone m¨¢s, gana terreno, ataca valiente y al final prevalece. No sin sufrir, claro.
Estrella las dos primeras opciones (dos paralelos) en la cinta y despu¨¦s, bombea larga la volea. Hay un amago de derrumbe, del 5-3 al 5-5, pero Sorribes acusa el desgaste y pierde consistencia. Ni as¨ª levanta bandera blanca, aunque al final, el muro de contenci¨®n cede. Casi cuatro horas en el cron¨®metro; el l¨ªmite lo marcan las 4h 07m que debatieron Virginie Buisson y Noelle van Lottum en la primera ronda del 95. Se acaba este trazado por Par¨ªs, el principio de un emocionante retorno para ella.
AS? QUEDAN LOS CUARTOS DE FINAL
CUADRO MASCULINO: Djokovic-Khachanov; Alcaraz-Tsitsipas; Rune-Ruud; y Zverev-Etcheverry.
CUADRO FEMENINO: Muchova-Pavyuchenkova; Svitolina-Sabalenka; Haddad Maia-Jabeur; y Swiatek-Gauff.
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