Niemann, un grande sin licencia para los grandes
El chileno, l¨ªder del LIV y por lo tanto fuera del ranking PGA Tour, fue invitado al PGA Championship y Masters, gan¨® en Australia para ir al British, pero no super¨® la previa del US Open
Al abrirse la puerta corredera de la furgoneta, los chavales que aguardan en el Hogar Betania de La L¨ªnea de la Concepci¨®n (C¨¢diz) destilan una sonrisa de oreja a oreja, entre nerviosos y felices. No saben qui¨¦nes son los integrantes del equipo Torque del LIV ¡ªel capit¨¢n Joaqu¨ªn Niemann y sus compinches Mito Pereira, Sebasti¨¢n Mu?oz y Carlos Ortiz¡ª, pero entienden que ser¨¢ una tarde distinta, donde practicar¨¢n putts de golf y conocer¨¢n a deportistas famosos, tambi¨¦n plantar¨¢n un ¨¢rbol y har¨¢n una rueda de preguntas para acabar pidi¨¦ndoles aut¨®grafos, incluso en las zapatillas al acabarse el papel. Es una alegr¨ªa para estos ni?os que ya las han pasado canutas a pesar de su corta edad, en riesgo de exclusi¨®n y, en muchos casos, con un viaje en patera a sus espaldas. Niemann (Santiago, Chile; 25 a?os), al contrario de sus inicios, cuando era muy t¨ªmido y le costaba abrirse a las personas, es la voz cantante del grupo como tambi¨¦n lo es en el campo de golf, ahora l¨ªder del LIV por delante de Rahm, aunque otro de los que sufrieron lo suyo (+3) en la jornada inaugural del LIV Andaluc¨ªa. Se detiene a responder, ense?a c¨®mo coger el palo, se preocupa y hasta bromea con los chavales. Es una persona cercana, nada que ver a cuando se asom¨® por el PGA Tour.
N¨²mero 1 del mundo amateur en 2017, con 20 a?os se hizo profesional para ganar su primer torneo del PGA al curso siguiente. Por entonces, le pod¨ªa la timidez, apocado ante los micros y los compa?eros. Hasta que conoci¨® a Sergio Garc¨ªa. ¡°Me ayud¨® desde el primer d¨ªa, jug¨¢bamos rondas juntos, apostando, riendo. Pas¨® de ser alguien que ve¨ªa por la tele, mi ¨ªdolo, a mi amigo. Y as¨ª, cuando ya me juntaba con otros jugadores, pensaba que yo ya hab¨ªa estado con Sergio. Me ayud¨® en la transici¨®n¡±, reflexiona Niemann para EL PA?S en una sala del Hogar Betania. ¡°Y puedo decir que ya no soy t¨ªmido, pues me enfoco m¨¢s en mis metas, que pasan por ser el mejor golfista del mundo. Har¨¦ lo que haga falta para serlo, por lo que lo de t¨ªmido qued¨® atr¨¢s¡±. Su problema es que abandon¨® la PGA Tour para jugar en el LIV y ya no est¨¢ en el ranking mundial, por lo que no tiene pases para disputar los majors. ¡°Competir menos semanas, poder centrarte en tu juego, pasar m¨¢s tiempo con la familia y ganar m¨¢s¡ Creo que cualquiera hubiera firmado por el LIV¡±, reflexiona. Pero echa de menos la garant¨ªa de competir en los grandes, coto privado del PGA Tour y su ranking. Eso aclar¨® este a?o tras vencer el primer torneo en Mayakoba (M¨¦xico): ¡°Quiero ganar majors, ?pero para eso tengo que poder jugarlos primero!¡±. Un grito de socorro.
Aunque este a?o le han invitado al PGA Championship y al Masters ¡ªdebi¨® viajar a Australia y ganar el Abierto, lo que tambi¨¦n le llevar¨¢ matem¨¢ticamente al British¡ª, se llev¨® un disgusto tremendo hace unas semanas cuando particip¨® y no super¨® la previa del US Open. ¡°Se deber¨ªa hacer un ranking unificado o, al menos, darnos un cupo de plazas a los del LIV en los grandes. Aunque puedo entenderlo, creo que es un poco injusto, pues en los majors tendr¨ªan que estar los mejores golfistas y varios no estamos¡±, explica; ¡°pero no estar en el US Open me cre¨® un fuego extra. Yo no me los quiero perder, quiero competir en ellos y espero que la situaci¨®n cambie pronto. Aunque estoy as¨ª desde hace un a?o¡¡±. Es la ambici¨®n de Niemann, que dice no ponerse l¨ªmites, que ans¨ªa ser el mejor. ¡°Quiero empezar a ganar majors. S¨¦ que lo puedo hacer¡±, insiste.
Sucede que Niemann est¨¢ encantado con su decisi¨®n de jugar en el LIV ¡ªcomo hacen otros grandes como Rahm, Koepka, Dustin Johnson, Cam Smith¡¡ª, m¨¢s despu¨¦s de lo que le sucedi¨® cuando se cambi¨® de bando, condicionado por entonces su golf. ¡°Me afect¨® un poco la rivalidad con la PGA, la cantidad de mierda que le tiraron al LIV. De alguna forma, me hizo sentir un poco mal, extra?o, notar ese odio... Me molest¨® y me perjudic¨® en la cancha. Pero fue un momento de aprendizaje y entend¨ª que lo que importa es lo que hago y opino yo¡±, desliza, al tiempo que ampl¨ªa: ¡°Con los jugadores tambi¨¦n se not¨® al principio, pues los americanos te miraban como si hubieras cometido un delito. Por suerte, eso se ha relajado y ya no hay esas malas vibras porque el LIV ha hecho un buen trabajo y se ve que funciona¡±. Como ejemplo, cuenta, el torneo de Nashville de hace unas semanas, donde el campo se abarrot¨® y se vivi¨® una fiesta permanente, siempre con la m¨²sica en el campo y un ambiente el¨¦ctrico. ¡°Que ganara DeChambeau el US Open ayud¨® seguro y da m¨¢s popularidad al LIV. Pero esa fue la semana modelo de lo que deber¨ªa ser el golf en Estados Unidos¡±, esgrime.
Queda, sin embargo, alcanzar ese tratado de paz que anunciaron ambas entidades y que todav¨ªa no se ha firmado, resoluci¨®n sine die. ¡°No s¨¦ c¨®mo se podr¨ªa hacer, pero s¨ª entiendo que se pueden realizar acciones conjuntas y potenciarse entre ambos circuitos¡±, asegura. Y, claro, que den cupos a los del LIV para los grandes.
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