Irvine Welsh: ¡°No me importar¨ªa que no se volviera a patear un bal¨®n¡±

Desde que escribi¨® Trainspotting en 1993, Irvine Welsh, futbolero cl¨¢sico, escoc¨¦s, siempre ha convocado al f¨²tbol como paisaje emocional de sus novelas, aunque en v¨ªsperas del Inglaterra-Escocia del viernes en Wembley (21.00, Telecinco) se encuentra bastante descre¨ªdo por su deriva mercantil. Tambi¨¦n desde entonces, no ha dejado de regresar a aquella pandilla de colgados de su primera novela. La ¨²ltima visita, a Begbie, el psic¨®pata del grupo, titulada El artista de la cuchilla (Anagrama), acaba de llegar a Espa?a. ¡°Todos estos personajes se quedan contigo durante a?os, incluso si no escribes de ellos. Est¨¢s siempre pensando en qu¨¦ andar¨¢n. Envejeces con ellos¡±, dice en una videollamada. Con 62 a?os, regresa a Begbie y vuelve a c¨®mo el f¨²tbol contribuye a la construcci¨®n de la identidad de las comunidades, desde el punto de vista pol¨ªtico (apoya un segundo refer¨¦ndum de independencia), de clase e incluso familiar.

Pregunta. En la novela, Frank Begbie, que ha escapado de la droga y el alcohol y es artista en EE UU, regresa a Edimburgo y se ve con su hermano, que sigue borracho. No pueden parecer m¨¢s alejados. Pero cuando se despiden Frank le dice: ¡°Nos vemos. Arriba los Hibs [Hibernian, el equipo de Welsh]¡±. ?Ve el f¨²tbol como el ¨²ltimo hilo de conexi¨®n?

Respuesta. Es la ¨²ltima conexi¨®n emocional que tienen. La ¨²ltima conexi¨®n que tenemos. Veo eso con muchos amigos. Nos juntamos para ver el f¨²tbol y algunos de estos tipos si no fuera por el f¨²tbol no seguir¨ªan en contacto. Algunos solo conectan a trav¨¦s del f¨²tbol. Y es raro que esa conexi¨®n a¨²n siga ah¨ª. Es un gran v¨ªnculo emocional.

P. En otro pasaje, reprocha a su hermana que sus sobrinos se hayan hecho del rival, los Hearts. Parece que le molesta m¨¢s eso que la droga, por ejemplo.

R. Usted tambi¨¦n estar¨ªa decepcionado si fueran hinchas de los Hearts¡­

P. ?Por qu¨¦ es tan grave?

R. Es el sentido de identidad. Ves unas cualidades en el equipo al que apoyas y proyectas estas cualidades en la gente que apoya a ese equipo. Normalmente son tonter¨ªas, objetivamente son tonter¨ªas. Hay gente buena y gente mala que apoya a todos los equipos. Lo sabemos, pero jugamos a esta especie de juego de actuaci¨®n. De que hay algo especial en nuestro equipo, o en nuestra gente. Y llegas a un punto en el que de verdad te crees todo eso, en la adolescencia y la juventud. Y luego te das cuenta de que no hay nada, que es una tonter¨ªa, pero todav¨ªa te gusta esa representaci¨®n, es una especie de cosa cultural, unas risas. Pero la mayor¨ªa de la gente no se lo toma demasiado en serio.

Cuando lleg¨® el dinero, el f¨²tbol dej¨® de ser cultura de la clase trabajadora

P. ?En qu¨¦ fase est¨¢ usted?

R. Si me hubiera preguntado despu¨¦s de que los Hibs la cagasen en la final de la Copa escocesa contra el St. Johnstone¡­ Mi antipat¨ªa hacia el f¨²tbol es enorme ahora. Ten¨ªas a dos equipos compitiendo en la final de la Champions [Chelsea y City], una competici¨®n que quer¨ªan abolir solo unas semanas antes [con la Superliga]¡­ Es una tonter¨ªa. No puedo involucrarme en eso¡­ No tengo ning¨²n inter¨¦s en la Eurocopa. No he pensado en ella. Deber¨ªa, porque Escocia est¨¢ por primera vez en mucho tiempo, pero es que¡­ Supongo que tiene que ver tambi¨¦n con la covid, y que los estadios est¨¦n vac¨ªos. Pero ahora no me importar¨ªa que no se le volviera a dar una patada a un bal¨®n nunca m¨¢s.

P. ?El f¨²tbol pierde sin gente?

R. S¨ª, es una estupidez. Cuando la gente vuelva a los estadios, me empezar¨¦ a interesar de nuevo, pero hasta entonces no.

P. ?No es partidario de la Superliga europea?

R. Tienes dos equipos compitiendo en la final de un torneo que intentaron abolir. Es solo la estupidez del juego, y la estupidez de este mundo. No te lo puedes tomar en serio o involucrarte emocionalmente. Es una basura. No me interesa. No tiene nada que ver con el f¨²tbol.

P. ?Cree que fueron los aficionados quienes lo detuvieron porque el f¨²tbol les pertenece?

R. Creo que el f¨²tbol no pertenece a los aficionados desde hace mucho tiempo. Creo que la har¨¢n [la Superliga]. La har¨¢n con disimulo. Lo han planeado mal. Encontrar¨¢n el modo. La econom¨ªa neoliberal lleva funcionando 40 a?os, y es solo intensificar eso. Es un entretenimiento.

Con algunos amigos, el f¨²tbol es la ¨²ltima conexi¨®n emocional que tenemos

P. ?Echa de menos los viejos tiempos del f¨²tbol?

R. S¨ª, echo de menos cuando el f¨²tbol era de verdad, y los aficionados pertenec¨ªan a la comunidad en la que estaba el club. Para los que somos aficionados de siempre es un poco de nostalgia. Al final habr¨¢ una liga como esa en la que un equipo como el Liverpool jugar¨¢ todos sus partidos en Singapur o Dubai. Si el equipo es una franquicia global, ?para qu¨¦ necesitar¨ªa tener su sede en una vieja ciudad postindustrial en Inglaterra? ?Para qu¨¦ necesitan a los aficionados de la vieja escuela? No los necesitan.

P. ?Qu¨¦ significa el Inglaterra-Escocia m¨¢s all¨¢ del f¨²tbol?

R. No estoy seguro. Los primeros partidos estaban bastante equilibrados: Inglaterra gan¨® aproximadamente el 50% de ellos y Escocia el 50%. Despu¨¦s, cuando el dinero empez¨® a llegar, el f¨²tbol dej¨® de ser cultura de la clase trabajadora. Antes, ten¨ªas siempre muy buenos equipos escoceses porque estaban relacionados con la pobreza. Ahora hay una econom¨ªa de la habilidad, e Inglaterra tiene 10 veces m¨¢s poblaci¨®n, as¨ª que tiene jugadores 10 veces mejores. En realidad, en Escocia ya no somos rivales de Inglaterra. Somos rivales de, no s¨¦, las Islas Feroe o algo as¨ª, ese es nuestro derbi local. Tampoco soy un gran seguidor de la selecci¨®n escocesa.

P. ?El partido del viernes es especial para Escocia?

R. Antes de la Devoluci¨®n [en 1998 el Gobierno brit¨¢nico traspas¨® competencias al escoc¨¦s] y el Parlamento y todo eso, con un Escocia-Inglaterra casi toda la identidad nacional de Escocia estaba en la selecci¨®n. Era como una expresi¨®n pol¨ªtica. Pero ya no creo que funcione as¨ª. Creo que para la mayor¨ªa de la gente es solo un partido de f¨²tbol m¨¢s. Ya no merece la pena verse metido en todas esas consecuencias sociales como antes.

Suscr¨ªbete aqu¨ª a nuestra newsletter especial sobre la Eurocopa 2021