Cristiano llora por Cristiano
El final del astro portugu¨¦s es un cierre impropio de quien deja un testamento futbol¨ªstico para el archivo del tesoro de este deporte
Abandonado por el f¨²tbol, Cristiano Ronaldo se fue del c¨¦sped del estadio de Al Thumama con Cristiano Ronaldo. Tras la derrota con Marruecos nada quiso saber de compa?eros, a los que no confort¨®, y rivales, a los que no felicit¨®. Desconsolado, CR se fue llora que llora con CR hasta el camerino, que es lo que son ahora los vestuarios, m¨¢xime para vedetes como el portugu¨¦s.
En su pasarela de l¨¢grimas, el tot¨¦mico jugador, siempre con el eg¨®metro por las nubes, rumiaba algo m¨¢s que la eliminaci¨®n. Sufr¨ªa de actualidad porque, ante todo, hab¨ªa perdido CR, sin esca?o en el Manchester United, posiblemente sin retorno mundialista a los 37 a?os, y despedido de Qatar como un suplente. Un cierre impropio de quien deja un testamento futbol¨ªstico para el archivo del tesoro de este deporte. Por mucho que no pudiera superar el registro de su compatriota Eusebio ¡ªocho goles de CR en 22 partidos en cinco Mundiales y nueve de la Pantera Negra en uno, en seis encuentros de Inglaterra 1966¡ª. O por mucho que el exmadridista jam¨¢s marcara en una de las ocho eliminatorias disputadas. O por mucho que Messi, referencia obligada, llegara a un subcampeonato y a¨²n resista en Qatar.
Las im¨¢genes del desfogue emocional de CR humanizaban como casi nunca al mayor divo futbolero, al menos en lo que va de siglo. Conmov¨ªa quien lleg¨® a proclamarse objeto de envidia universal por su dinero, belleza y escultura corporal: ¡°Me tienen envidia porque soy guapo, rico y un gran jugador¡±. Hubo otras ombligadas: ¡°Soy el m¨¢ximo goleador, la Champions deber¨ªa llamarse CR7 Champions League¡±.
En Qatar, Cristiano, que ya lleg¨® con avisos inquietantes de sus ¨²ltimos clubes ¡ªJuventus y United¡ª, de los que sali¨® con bronca, no supo marcar el gol m¨¢s dif¨ªcil de un gran deportista: escuchar e interiorizar la banda sonora del ocaso. CR, un superdotado, y el f¨²tbol, tan intrincado, ya no ligaban igual.
Con el tiempo, Messi y ¨¦l simbolizaron un cambio de agujas. Marchitado el f¨ªsico, el rosarino dio un paso atr¨¢s. De extremo y ariete a guionista del gol, de algunos propios y muchos ajenos. CR, en direcci¨®n contraria, se ancl¨® en al ¨¢rea. Con el tiempo, cuanto m¨¢s se acerc¨® al gol, cuanto m¨¢s intim¨®, m¨¢s se desvaneci¨® el flechazo, aquel que le convirti¨® en un futbolista legendario. Un fuera de serie. Un chacal absoluto.
Un declive dif¨ªcil de metabolizar, y m¨¢s para quien se crey¨® infinito, para quien tuvo tan mal perder como tan mal ganar (Kiev, la 13?: ¡°Ha sido muy bonito jugar en el Real Madrid...¡±).
Como CR solo reconoc¨ªa al CR apote¨®sico, el CR real no midi¨® bien sus desplantes a Fernando Santos, el seleccionador, lo que le sent¨® en el banquillo, fuera del centro del escenario. Para colmo, sus vecinos de camerino golearon sin ¨¦l a Suiza (6-1), con tres tantos de su sustituto, Gon?alo Ramos. El maldito destino le sac¨® la lengua. Lo mismo dio, CR se empe?¨® en regatear a la realidad y su familia, mujer y hermanas, no se demoraron al atizar el viral linchamiento a Santos. Hoy, CR, un grande entre los m¨¢s grandes, est¨¢ desvalido. Sin equipo, sin titularidad, sin gol, sin Mundial y sin consuelo. CR, tan apegado a CR, nunca le hizo ver que el f¨²tbol tambi¨¦n sollozar¨¢ por ¨¦l cuando pacte una tregua con el tiempo que le toca y deje de darse golpes de pecho. Cristiano hubiera merecido irse del Mundial ¡ªal que dif¨ªcilmente volver¨¢ con 41 a?os y sin un equipo puntero a la vista¡ª con vuelta al ruedo en el Al Thumama. Con las hinchadas, la propia y la ajena, compa?eros, adversarios y todo el universo en pie. ?l prefiri¨® irse con CR. Estar como casi siempre: yo con yo.
Enlutado Cristiano, en Marruecos se perpetuaba el estado de optimismo. Porque esta gesta es m¨¢s que un sue?o. Y con evocaciones hist¨®ricas. De ganar a Francia en la semifinal, habr¨¢n sucumbido tres poderes coloniales. Mucha culpa tiene Walid Regragui, el seleccionador, que en ocho partidos al frente del equipo ¡ªlos cinco de Qatar m¨¢s amistosos con Chile, Paraguay y Georgia¡ª solo ha lamentado un gol en contra. Para mayor pasmo, ante Canad¨¢ y en propia puerta (Aguerd). De 127 centros a su ¨¢rea le han rematado solo 33.
Si algo hila a Modric, Perisic, De Bruyne, Hazard, Lukaku, Morata, Asensio, Ferran Torres, Jo?o F¨¦lix y CR es que no han podido clavar un gol a Marruecos. Una selecci¨®n a la que solo han rematado a puerta nueve veces. Bono, su estupendo portero, solo ha hecho cinco paradas. Con este dique todo es posible. Hasta que el grupo africano impida que Francia no renueve t¨ªtulo, haza?a solo lograda por Italia (1934, 1938) y Brasil (1958 y 1962).
Marruecos, el Marruecos de Bono y En-Nesyri ¡ªel peor Sevilla de la d¨¦cada tiene cinco semifinalistas, los dos marroqu¨ªs m¨¢s Acu?a, Montiel y el Papu G¨®mez¡ª. El Marruecos del imponente Amrabat, de Ounahi, fenomenal volante del colista de la Ligue 1, el Angers. Y de El Yamiq, orgullo estos d¨ªas del Valladolid, donde se alist¨® en 2020 tras un paso por Zaragoza. En Pucela se frotan las manos porque ya tienen garantizados unos 500.000 euros. La FIFA paga a los clubes 10.000 d¨®lares por d¨ªa que est¨¦n los jugadores en Qatar. El milagro marroqu¨ª tiene su onda expansiva.
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