Alcaraz ¡®El Intratable¡¯, tenis a ritmo de exhibici¨®n

Hay im¨¢genes que definen una victoria, y las hay que definen adem¨¢s una circunstancia. De ah¨ª el valor de ese instante en el que Carlos Alcaraz se aproxima a la red, flexiona las rodillas y se impulsa el¨¦ctrico, disfrazado del mism¨ªsimo Pete Sampras. Al m¨¢s puro estilo pistolero. Suspendido en el aire, el murciano descarga el en¨¦simo trallazo y vuelve a expresar un d¨ªa m¨¢s, para aquellos que no quieran darse por enterados, que aqu¨ª est¨¢ hoy ¨¦l, El Intratable, El Inabordable, El Insufrible. Como se prefiera. ?Bang! ?Bang! Padece esta vez Lorenzo Musetti, todo formas y todo estilo, igualmente abatido: doble 6-3, en 1h 14m. No hay quien pueda hincarle el diente y, a excepci¨®n de un tal Jannik Sinner, parece improbable que otro rival pueda cortarle estos d¨ªas el paso en Miami, una continuaci¨®n pulida de lo que sucedi¨® durante las dos semanas previas en Indian Wells.

Campe¨®n all¨ª, en California, se expresa con a¨²n mayor rotundidad en Florida, testigo de una versi¨®n todav¨ªa m¨¢s resolutiva, muy completa, cercana a ese tenista siempre imaginado. Va Alcaraz de exhibici¨®n en exhibici¨®n, encontrando ese punto ideal en el que espect¨¢culo y efectividad coinciden en un todo cercano a lo perfecto. La ofensiva es tan calculada como certera. Musetti, escuela esteta, se inclina despu¨¦s de encajar 23 golpes ganadores y un verdadero asedio en la red, donde el ganador hace efectivas 22 de las 26 aproximaciones que refleja su hoja de servicios. Cuatro roturas al final. ¡°Estoy muy contento con mi actuaci¨®n. He resuelto realmente bien los problemas y he sabido qu¨¦ hacer en los momentos importantes. Los peloteos han sido duros. Puedo extraer muchas cosas buenas de este partido¡±, aprecia el espa?ol, presente ya en los cuartos de final, en los que chocar¨¢ el jueves con el b¨²lgaro Grigor Dimitrov.

Se las tendr¨¢ que ingeniar este para dar con la f¨®rmula, porque Alcaraz crece y crece, sigue cargando el dep¨®sito de confianza y su tenis se dispara. En solo cuatro minutos ya le ha arrebatado el servicio a Musetti, y aunque el italiano (22 a?os, 24? del mundo) propone y propone en los intercambios, de muchos quilates muchos de ellos, se estrella contra una realidad angustiosa y sumamente opresiva que conduce a pensar a todo aquel que se mide con ¨¦l, que deber¨¢ rozar la perfecci¨®n para tener alguna opci¨®n. Y ni aun as¨ª, tal vez. No hay rendija que valga, porque a todos lados llega el de El Palmar, que se divierte, corretea, se estira como una cinta el¨¢stica y pega. No se despista: esto va de ganar. De nuevo, redondea muchos puntos cu¨¢ndo y c¨®mo quiere, desprendiendo una sensaci¨®n de vasta superioridad, como si hubiera nacido con el librillo en la mano.

Tiene algo de absurdo lo suyo, porque no entiende de l¨®gica, de etapas ni de procesos. Sencillamente juega. De willy a willy, punto para Musetti; pero, a la hora de la verdad, zarpazo y m¨¢s zarpazo. Hace tiempo que se le cayeron los dientes de leche. A lo innato va incorpor¨¢ndole el m¨¦todo. La on¨ªrica conjunci¨®n de la fantas¨ªa y lo racional. No es lo que es, lo que se ve, sino lo que puede llegar a ser, lo que se adivina para el d¨ªa de ma?ana. Tiene 20 a?os, as¨ª que el tiempo lo dir¨¢, pero el tenis disfruta en el presente de las diabluras de un joven superdotado que trabaja para ganar constancia y reducir lagunas. Indian Wells, punto de giro. Atr¨¢s quedan esos meses dif¨ªciles. ¡°Gracias a ese torneo empec¨¦ a sentirme mejor¡±, se?ala. ¡°Ahora tengo muchas ganas de ir a entrenar, disfruto entrenando. Estoy en un buen momento tanto en lo personal como en lo profesional. Espero seguir as¨ª. Siento una gran sensaci¨®n¡±, resuelve felizmente Alcaraz.

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