El ca?¨®n de Zverev apunta a Roland Garros
El alem¨¢n borda el servicio y rinde al chileno Jarry (6-4 y 7-5, en 1h 41m) para atrapar su segundo trofeo en el Foro It¨¢lico, el sexto Masters 1000 de su carrera
?Cu¨¢l hubiera sido el destino de Alexander Zverev en el Roland Garros de hace dos a?os si no llega a destrozarse el tobillo durante aquella semifinal contra Rafael Nadal? Imposible la respuesta, pero, ahora bien, no son pocos los que, de haber conseguido sortear esa tarde de infortunio, dolor y siete ligamentos a la virul¨¦, le ve¨ªan colg¨¢ndose el laurel del grande franc¨¦s, logrando ese salto que todav¨ªa se le resiste. En todo caso, el alem¨¢n contin¨²a edificando una carrera deportiva m¨¢s que considerable, con 22 t¨ªtulos en el expediente y la nada desde?able cifra de seis Masters 1000 ¡ªlos mismos que Daniil Medvedev, uno menos que el estadounidense Michael Chang¡ª, este ¨²ltimo firmado en Roma, al igual que en 2017. Se inclina en este episodio el batallador Nicol¨¢s Jarry, haciendo la goma el chileno durante 1h 41m, al final resignado: 6-4 y 7-5. ?Qu¨¦ m¨¢s hacer ante un tiroteo as¨ª?
Cierra Zverev con un registro estratosf¨¦rico al servicio, rozando (literalmente) la perfecci¨®n: 80% de efectividad, dos puntos cedidos con los primeros y tres con los segundos; un 95% de recompensa con sus primeras bolas. Llega as¨ª el sorpasso a Medvedev, desplazado el ruso del cuarto al quinto puesto del ranking, y se confirma la alternancia en esta gira de tierra batida absolutamente indescifrable y atractiva: Stefanos Tsitsipas gan¨® en Montecarlo, Casper Ruud en Barcelona, Andrey Rublev en Madrid y el alem¨¢n se hace con el premio en el Foro It¨¢lico, testigo de un careo completamente at¨ªpico: de los 121 puntos dilucidados, tan solo 39 superan los cinco tiros en el intercambio. As¨ª est¨¢ el tenis de hoy, revuelto como el pol¨¦mico Zverev, que el d¨ªa 31, en pleno Roland Garros, ser¨¢ juzgado por el tribunal de Berl¨ªn por un supuesto caso de maltrato a su expareja.
All¨¢ qued¨® aquel tenis sobre tierra de toma y daca, de darle al tarro y de pensar; hoy, la realidad se impone de manera aplastante. A?o 2024: saque y m¨¢s saque, y luego todo lo dem¨¢s. El servicio como punto de partida indispensable; sin ¨¦l, poco o nada que hacer. Desaparecen los especialistas poco a poco y van ganando terreno a dentelladas los mazos, las palancas, los trallazos. La fantas¨ªa de Alcaraz, el oasis moderno. Una deliciosa excepci¨®n. Choca la imagen. Son dos tallos sobre sus respectivos torreones, dos gigantones que bien podr¨ªan desenvolverse en la bombilla del baloncesto ¡ª1,98 el alem¨¢n y 2,01 el chileno¡ª y que se retan a tres o cuatro golpes; rar¨ªsima vez el debate supera los diez. Y en esas, es Zverev el que va imponiendo poco a poco su dimensi¨®n, inflexible en el punto de partida y m¨¢s c¨®modo conforme se avecina la tensi¨®n, esos instantes en los que no se admite el error.
El alem¨¢n cierra el primer parcial adjudic¨¢ndose 20 de los 21 puntos dirimidos con ¨¦l a la iniciativa, m¨¢s s¨®lido tambi¨¦n desde la base y sin ofrecer rendijas a un adversario al que empiezan a pesarle las circunstancias ¡ªprimerizo en la final de un mil, frente a las diez que ha disputado el de enfrente¡ª y que empieza a titubear, a renquear, a preguntarse demasiadas veces c¨®mo demonios puede hincarle el diente a un bombardero que no cede lo m¨¢s m¨ªnimo y que despacha los turnos de servicio como quien tacha la lista de la compra. Uno, otro, y otro m¨¢s. Majestuoso recital al saque de Zverev, entusiasmado con el guion, sabedor de que en un momento u otro va a terminar decantando tambi¨¦n la segunda manga porque mantiene el tono y el grandull¨®n chileno arriesga, se precipita y, efectivamente, forzado, cae como fruta madura en manos de su contrincante.
No hay respiro para el bueno de Jarry, que se agarra como puede, resistiendo, intentando que no se rompa esa fina cuerda sobre la que transcurre la acci¨®n. Carga los carrillos de aire, lo expulsa como un b¨²falo. Y va salvando el pescuezo. Aguarda sin perder el ¨¢nimo durante una hora y dieciocho minutos, instante en el que, por fin, ara?a el primer punto ante un primer perdigonazo del alem¨¢n. Replica tambi¨¦n en el veloc¨ªmetro: pelotazos a m¨¢s de 220 km/h, promedios que merodean los 210. Lo dicho, dos ca?ones. Pero ah¨ª dentro sigue apretando el nudo, encogi¨¦ndose el est¨®mago, creciendo esos nervios que le cuestan dos dobles faltas y que brindan a Zverev las dos primeras bolas de partido. No atina el de Hamburgo a la primera, tampoco a la segunda, pero s¨ª a la tercera. Abandona la trinchera, ejecuta con decisi¨®n y se borda en la solapa su sexto Masters 1000, el segundo en Roma. Semifinalista las tres ¨²ltimas ediciones en Par¨ªs, vuelve a postularse. Eso s¨ª, juicio de por medio.
GRANOLLERS Y ZEBALLOS, A LO GRANDE
El español Marcel Granollers y el argentino Horacio Zeballos se proclamaron este domingo campeones en la modalidad de dobles, al imponerse en la final (doble 6-2, en 1h 06m) al dúo formado por el salvadoreño Marcelo Arévalo y el croata Mate Pavic. De esta forma, culminaron un torneo magnífico, en el que no han entregado un solo set en todo el trazado.
Se trata del noveno título que logran juntos, el sexto de un Masters 1.000. Lo alzan después de haber tenido que renunciar recientemente a la final de Madrid, debido a unos problemas físicos de Zeballos, y de haber cedido este curso en los desenlaces de Auckland, Buenos Aires e Indian Wells.
Precisamente, su progresión les condujo hace dos semanas al número uno de la categoría. Es la segunda vez que el catalán (38 años) y su actual compañero (39) triunfan en el Foro Itálico, donde ya se habían coronado en 2020.
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