El esfuerzo ha merecido la pena
Secretario de Relaciones Econ¨®micas de UCD
Los pactos de la Moncloa firmados en octubre de 1977 comprend¨ªan dos tipos de actuaciones. Unas a corto plazo, orientadas a corregir los graves desequilibrios de la econom¨ªa espa?ola, que, por aquel entonces, se encontraba -en opini¨®n de algunos expertos- en situaci¨®n pr¨®xima a la suspensi¨®n de pagos. Otras, a medio y largo plazo, que ten¨ªan por finalidad llevar a cabo una profunda reforma de las estructuras.
Se pretend¨ªa, en definitiva, resolver en unos cuantos meses lo que estaba pendiente de soluci¨®n desde hac¨ªa muchos a?os y, adem¨¢s, con el agravante de que los problemas pendientes se hab¨ªan agudizado con el paso del tiempo.
De grandemente positivos se han de calificar los resultados de las actuaciones a corto efectuadas en la correcci¨®n de los desequilibrios de la econom¨ªa espa?ola, mediante una decidida pol¨ªtica de saneamiento. En el oto?o de 1977 la inflaci¨®n mostraba una tasa del orden del 30% anual que al final de a?o, tras las primeras actuaciones del Gobierno, qued¨® reducida al 26,4%. En 1978 -y a la vista de lo acontecido hasta ahora- es muy probable que la inflaci¨®n quede reducida al 16-17%. Las previsiones para el a?o 1979 apuntan hacia una tasa del orden del 10%. Los avances logrados son evidentes.
El otro grave desequilibrio de la econom¨ªa espa?ola resid¨ªa en el sector exterior. En este aspecto tambi¨¦n se han conseguido ¨¦xitos ciertos. Mientras el a?o 1977 registraba un d¨¦ficit por cuenta corriente de 2.500 millones de d¨®lares, el a?o 1978 se va a cerrar con una balanza por cuenta corriente con super¨¢vit, extremo este sin precedentes desde el comienzo de la crisis.
Se podr¨ªan agregar otros muchos objetivos cumplidos, suficientemente conocidos porque la prensa los ha reconocido un¨¢nimemente: la mejora de la capacidad adquisitiva de los espa?oles como consecuencia del aumento de los salarios en el 22%, mientras los precios, en medias anuales, lo hac¨ªan en el 19-20%; el aumento de la participaci¨®n en la renta nacional del excedente neto de explotaci¨®n de las empresas que mostraba una tendencia decreciente desde el a?o 1974, etc¨¦tera.
Los esfuerzos realizados no han sido bald¨ªos. Y de cara al futuro habr¨¢ que renovarlos para compensar el coste social pagado en t¨¦rminos de desempleo. El hecho de que su incremento estuviera previsto y fuese asumido por todos los firmantes del pacto pone en primer plano la necesidad de solidaridad que la sociedad tiene con la poblaci¨®n desempleada.
Ah¨ª est¨¢ para demostrarlo -aparte de las cifras expuestas- el crecimiento del 2,7% del PIB a precios de mercado, cuando a comienzos del a?o nos d¨¢bamos por satisfechos con una expansi¨®n ligeramente por encima del 1 %.
El segundo aspecto de los pactos de la Moncloa comprende las reformas estructurales. Los compromisos asumidos se refieren, en unos casos, a fechas concretas de los a?os 1977 y 1978; en otros se aplazaban hasta 1979; en un tercer grupo no hab¨ªa prevista una fecha concreta de cumplimiento. Tambi¨¦n en esta faceta del pacto el balance es bastante satisfactorio. Los avances en las tareas de reestructuraci¨®n y reforma se han llevado a cabo en plena etapa de transici¨®n pol¨ªtica mientras se hac¨ªa frente a la crisis econ¨®mica m¨¢s grave conocida por nuestro pa¨ªs durante los ¨²ltimos a?os.
Pues bien; con todo ello, la realidad es que el grado de cumplimiento de los pactos de la Moncloa en este segundo conjunto de actuaciones de car¨¢cter estructural puede considerarse de satisfactorio. Y en el presente mes de octubre se est¨¢ dando cima a dos de los acuerdos incluidos en los pactos, y que han venido dando pie a la mayor¨ªa de las cr¨ªticas: los relativos a la Seguridad Social, y a la empresa p¨²blica.
La labor desarrollada desde octubre de 1977 hasta el momento presente queda plasmada en sus principales l¨ªneas en la siguiente forma: ¨¦xito del programa de saneamiento econ¨®mico, en lo que a inflaci¨®n y sector exterior se refiere; reforma fiscal, en un corto espacio de tiempo, para garantizar un mayor grado de progresividad en la distribuci¨®n de los costes de financiaci¨®n del sector p¨²blico; importantes avances en materia de pol¨ªtica educativa (en el proyecto de presupuestos del Estado para 1979, por ejemplo, el Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia es el departamento que cuenta con mayor consignaci¨®n); perfeccionamiento de la normativa sobre urbanismo, suelo y vivienda; reforma iniciada del sistema financiero; cambios en pol¨ªtica agraria, de comercializaci¨®n y de precios, etc¨¦tera.
Por supuesto que no se trata de hacer un balance definitivo, pero sobre el alcance del ajuste conseguido da idea el hecho de que a estas alturas de 1978 la econom¨ªa espa?ola goza de prestigio en el mundo entero, como lo refleja el nuevo status de Espa?a en el Banco Mundial, y hoy el pa¨ªs puede contemplar su futuro con confianza y sin temores catastrofistas.
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