La ausencia de la clase empresarial empa?a el juicio positivo
Lo m¨¢s positivo, a nuestro modo de ver, ha sido la negociaci¨®n con las partes sociales, creando unas h¨¢bitos de di¨¢logo entre ?partenairs sociaux? m¨¢s pr¨®ximo al sistema alem¨¢n que al de nuestros vecinos europeos: ?Deme sus sindicatos, yo le doy los m¨ªos y me sobra la pol¨ªtica monetaria?, le dec¨ªa un pol¨ªtico franc¨¦s a su colega alem¨¢n. La ausencia en la mesa de negociaciones de la clase empresarial empa?a el juicio positivo anterior y explica, en parte, la ca¨ªda de las inversiones, debida, fundamentalmente, a la falta de claridad y confianza: el empresario necesita conocer con claridad sus riesgos y sus expectativas de beneficios.Si bien se han alcanzado los objetivos globales de contener la inflaci¨®n y recuperar el equilibrio del sector exterior, el precio que se ha pagado impide cualquier triunfalismo:,
- Disminuci¨®n dram¨¢tica del empleo.
- Paralizaci¨®n de la inversi¨®n.
- Grave deterioro de las empresas.
Esta situaci¨®n es la caracter¨ªstica de las pol¨ªticas dr¨¢sticas de ?stop and go? t¨ªpicas de la econom¨ªa inglesa y que han constituido un rotundo fracaso desde el final de la guerra hasta nuestros d¨ªas.
Podemos sintetizar lo que ha pasado diciendo que las anticipaciones pesimistas de los empresarios (nacidas de la experiencia reciente y alimentadas por las incertidumbres constitucionales, pol¨ªticas y sociales) se confirmaron ante una demanda internamerte, una pol¨ªtica monetaria que ten¨ªa su punto de mira fuera de las empresas y un sistema financiero incapaz de atender adecuadamente ni siquiera a las necesidades del circulante. Consecuencias:
Una actividad extraordinaria y peligrosa en los mercados exteriores, a costa de la propia rentabilidad de las empresas como lo prueba el nivel relativo de los precios de importaci¨®n y de exportaci¨®n.
Esto matiza el juicio sobre el equilibrio exterior.
- Una reducci¨®n de las amortizaciones e inversiones netas de capital, consolidando un proceso de descapitalizaci¨®n que hipoteca seriamente la futura reactivaci¨®n econ¨®mica al tener que hacerse con capacidades de producci¨®n insuficientes, obsoletas e insuficientemente competitivas, lo que dar¨¢ origen de nuevo a una fuerte inflaci¨®n y al acostumbrado d¨¦ficit exterior.
- P¨¦rdidas de empleo que han supuesto una transferencia de rentas desde los que perdieron su empleo hacia los que pudieron mantener sus puestos de trabajo; que es lo que, en realidad, significa la afirmaci¨®n al uso de que el poder de compra de la masa salarial ha aumentado en un 2,5 %: la tarta se ha dividido entre menos y, consiguientemente, los pedazos han aumentado un 2,5%. ?Que paguen m¨¢s los que m¨¢s tienen?, dicen nuestros ministros, olvid¨¢ndose de que el paro es un impuesto social, imposible de evadir, sobre los errores en pol¨ªtica econ¨®mica que siempre pagan los que menos tienen.
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