Valencia: la experiencia descentralizadora
En Valencia, a pesar de ser la tercera ciudad de Espa?a, el teatro como hecho cultural no existe. Al observar su cartelera de espect¨¢culos se llega a la conclusi¨®n de que el teatro, como en la mayor¨ªa de las ciudades espa?olas, ha sido enterrado.El problema es pat¨¦tico. La actividad teatral, fuera de los grupos aficionados o de los circuitos profesionales ligados a Madrid o a Barcelona (Hijos de un dios menor, El diluvio que viene y Nit de Sant Joan, actualmente en cartel) es nula. Gran n¨²mero de locales han desaparecido durante los ¨²ltimos a?os y los que sobreviven se mantienen gracias a un teatro menor dedicado, casi espec¨ªficamente, a la revista.
Es cierto que en la ciudad se abrieron hace a?os nuevos locales alejados del concepto tradicional existente (Micalet, Studio-Teatro y Valencia Cinema, ahora sede de la Filmoteca) y que, al mismo tiempo, surgieron grupos que aportaron un nuevo concepto y un nuevo estilo de hacer teatro. No quedan lejanos los d¨ªas del Grupo Uevo (Ligaz¨®n, de Valle-Incl¨¢n, y La colonia penitenciaria, Kafka), del Teatro del Mar (un excelente montaje de Las criadas), el Grupo 49 (Cervantes y Arrabal) y La Cazuela, que agrup¨® a un amplio n¨²mero de actores, directores y escen¨®grafos que pusieron en escena obras de Cocteau, lonesco, Jarry y Pirandello...
Muchos de estos grupos han desaparecido. Y no s¨®lo por falta de apoyos econ¨®micos, sino porque, fuera de los n¨²cleos intelectuales, hab¨ªa una desconexi¨®n casi total con el p¨²blico mayoritario.
Paralelamente al desarrollo y creaci¨®n de estos grupos marginales, se cre¨® a dedo, en 1975, el Teatro Nacional de la Princesa, pero su originaria condici¨®n le rest¨® posibilidades de integrarse a la cultura valenciana. Algo similar a lo ocurrido con el Teatro Principal, que, a falta de programaci¨®n coherente, no a?ad¨ªa nada al ambiente cultural de la ciudad. Ambos locales cumpl¨ªan una prestancia social m¨¢s que una exigencia cultural.
En medio de este panorama tan de solador ha surgido, de la colaboraci¨®n entre Miguel Narros y el Instituto Shakespeare, de la Universidad de Valencia, el Teatro del Arte. El grupo, que pretende ofrecer las grandes obras del repertorio universal, ha escogido, para el primer a?o de trabajo, textos que incluyen El mercader de Venecia, de Shakespeare; Edipo en Colona, de S¨®focles, y Seis personajes en busca de autor, de Pirandello, obra con la que se han presentado en el teatro Principal.
El resultado no ha podido ser m¨¢s prometedor. Doblemente prometedor. En primer lugar por el excelente trabajo llevado a cabo por los componentes del Teatro del Arte y, sobre todo, por laelecci¨®n del texto de Pirandello, autor que, si exceptuamos el montaje de Los gigantes de la monta?a, que el mismo Narros realizara en 1977, ido el gran ausente de los escenarios spa?oles en los ¨²ltimos quince a?os.
Luigi Pirandello naci¨® en Agrigento (Sicilia) en 1867, y all¨ª reposan sus cenizas, empotradas en una roca, seg¨²n su propia voluntad. Unos veinte a?os m¨¢s tarde escribi¨® su primer libro de poes¨ªas, Mal giacondo, al que siguieron otros entre 1889 y 1912. Entre 1902 y 1908 hace aparici¨®n en su vida la locura: su mujer, Antonieta Pertulano, pierde el juicio y comienza una dura etapa en la vida de Pirandello. Este suceso condicion¨® la inspiraci¨®n del autor y aviv¨® sus problemas personales, basados en la multiplicidad y nulidad de la persona humana y en el rechazo de la personalidad y, por tanto, en la imposibilidad de conocerse y de conocer nada de una vez y para siempre.
Como consecuencia de la guerra europea y de las alteraciones pol¨ªticas, econ¨®micas y sociales que la misma promueve se produce en Italia una profunda evoluci¨®n que influir¨¢ notablemente en el car¨¢cter revolucionario del teatro de Pirandello, que conmover¨¢ los cimientos del teatro occidental d¨¢ndole una nueva dimensi¨®n e infinitas posibilidades.
Seis personajes... se estrena, en 1921, en el teatro Valle, de Roma. El p¨²blico se entusiasma. A partir de ese momento, el teatro de Pirandello aparece como el m¨¢s nuevo, el m¨¢s subversivo y el m¨¢s revolucionario. Signific¨®, seg¨²n el cr¨ªtico Nino Frank, "un momento capital en la desintegraci¨®n del hombre, junto con Proust y Joyce...".
"Cada hombre necesita a todos los dem¨¢s para encontrarse a s¨ª mismo, aunque no lo consigue, pues nunca es lo que cree ser y constantemente busca...". Los actores del Teatro del Arte ensayan en el teatro y buscan su verdad en los otros actores de la compa?¨ªa. Pero ser¨¢n los propios "personajes en busca de autor" quienes les ayudan a buscarla... Tampoco ellos est¨¢n en posesi¨®n de la verdad: necesitan tambi¨¦n buscarla en los dem¨¢s para encontrar las mil personalidades, los mil yo que el ser humano lleva dentro de s¨ª.
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