Dos pezones claves
Cuando se levant¨® la presentadora de su¨¦ter ce?id¨ªsimo, nada debajo, y proclam¨®: "Quiero hacer notar dos puntos que quiz¨¢ hayan pasado inadvertidos", me dio, adem¨¢s de la clave del festival, el t¨ªtulo del art¨ªculo.Aunque no tan sugestivos son tambi¨¦n dos puntos que yo quiero resaltar. El primero es la presencia de intelectuales ajenos al medio, b¨¢sicamente novelistas, entre la far¨¢ndula festivalera. Uno por cada tres starlettes forman una comparsa bastante equilibrada. Se ha institucionalizado el encuentro entre literatos y cineastas, eterno debate sobre si la imagen carece de imaginaci¨®n o vale por mil palabras escritas que, una vez m¨¢s, resumo as¨ª: para los contadores de historia, cada nuevo medio t¨¦cnico que aflora con ¨¦xito sustituye al anterior en cuanto a cultura de masas se refiere, constri?e el campo del predecesor, pero jam¨¢s lo elimina por completo; ning¨²n medio expresivo desaparece, sino que, obedeciendo a una ley natural, sobrevive, haci¨¦ndose m¨¢s complejo, interioriz¨¢ndose para satisfacer a un p¨²blico m¨¢s reducido o intelectual, consumidor de cultura sin adjetivos. La foto est¨¢tica hizo posible el cubismo y la foto din¨¢mica reemplaz¨® a las historias de la novela decimon¨®nica. El cine fue el invento que super¨®, en cuanto a narrativa se refiere, a los tipos m¨®viles de Gutenberg. La novela tuvo que intelectualizarse para sobrevivir, lo mismo que las pel¨ªculas convencionales tuvier¨®n que recurrir a conceptos m¨¢s abstractos que la siinple acci¨®n ante el empuje de los telefilmes, y lo mismo tendr¨¢n que hacer ¨¦stos, por m¨¢s imposible que nos parezca, cuando se popularice el v¨ªdeo. Por cierto, aqu¨ª, a la vuelta, est¨¢ su festival paralelo.
Esta marcha, especie de escala filogen¨¦tica, se realiza con l¨ªmites difusos, retrocesos y mutuas influencias; los hallazgos se superponen, y si el mon¨®logo interior produjo el primer plano, ¨¦ste engendr¨® el objetivismo del nouveau roman, y lo mismo pod¨ªa haber sido al rev¨¦s; las influencias, como las buenas frases, al contrario tambi¨¦n funcionan. ?Qui¨¦n distingue entre la patria es el origen de la guerra y la guerra es el origen de la patria?
El cine es, hoy p,or hoy, el mejor medio que existe para contar una historia; ha roto los l¨ªmites de la p¨¢gina impresa, los del escenario y los de la cotidianidad. Con imaginaci¨®n, gracias al realismo de sus fotogramas, podemos contar una historia tan irreal como la vida misma, tan fant¨¢sticamente diaria que nadie la crea, lo que significa, de hecho, su aceptaci¨®n universal. Los novelistas, entre la derrota y la hum¨¹laci¨®n, lo ¨²nico que piden es que se lleven sus novelas a la pantalla grande o peque?a. La idea no parece tan disparatada si se piensa en el ¨¦xito de Los gozos y las sombras, de Gonzalo Torrente, por citar algo pr¨®ximo.
El segundo punto a resaltar es la direcci¨®n del certamen. Los organizadores se han decidido por una persona (y equipo) que entiende de cine, y los resultados est¨¢n a la vista: lo de San Sebasti¨¢n parece un festival intemacional de cine. El truco de elegir a alguien que entiende de qu¨¦ va la cosa da siempre buenos resultado¨¢; el truco parece obvio, pero, hasta ahora, al Estado ca?¨ª, con tanto ex ministro y pluriempleo compatible,, no se nos ocurr¨ªa casi nunca. Es una idea genial y barata, inuy a tener en cuenta por el partido que gane las elecciones de cara a los problemas varios con los que se va a enfrentar.
Las pel¨ªculas, bien, gracias, pero son las que estar¨¢n en la cartelera de su ciudad, incluido Fassbinder; se acab¨® el encanto clandestino de tener que pasar a Biarritz.
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