Major renuncia a controlar la inflaci¨®n y da prioridad al crecimiento y a la creaci¨®n de empleo
El Gobierno brit¨¢nico ha decidido imprimir un cambio radical a su pol¨ªtica econ¨®mica. El control de la inflaci¨®n deja de ser el objetivo fundamental. Desde ahora, la prioridad es estimular el crecimiento y la creaci¨®n de empleo. La nueva estrategia consuma la ruptura con el Sistema Monetario Europeo y en los pr¨®ximos d¨ªas quedar¨¢ plasmada en nuevas reducciones de los tipos de inter¨¦s, sea cual sea su efecto sobre la cotizaci¨®n de la libra, y en un decidido relanzamiento de las obras p¨²blicas.
John Major, el primer ministro brit¨¢nico, quiere evitar que la recesi¨®n acabe convirti¨¦ndose en una depresi¨®n en toda regla. Este temor planea desde hace d¨ªas sobre los mercados financieros del pa¨ªs. Los primeros s¨ªntomas de deflaci¨®n (reducci¨®n general del valor de los bienes, por falta de ofertas de compra) se detectan ya en el sector inmobiliario. Ante esta perspectiva, resaltada por numerosas voces conservadoras y laboristas en el Parlamento, John Major ha optado por el en¨¦simo giro pol¨ªtico (ya casi se ha perdido la cuenta: Sistema Monetario Europeo, devaluaci¨®n, Comunidad Europea, cierre de las minas de carb¨®n, etc¨¦tera) y ha decidido imitar la estrategia de Estados Unidos en lugar de la comunitaria. La nueva consigna es estimular la econom¨ªa, en lugar de enfriarla con tipos de inter¨¦s elevados.Major ha encargado a su vapuleado canciller del Exchequer (ministro de Finanzas), quer (ministro de Finanzas), Norman Lamont, que revise todos los grandes proyectos p¨²blicos que hab¨ªan sido congela dos para reducir el gasto esta tal: la ampliaci¨®n del metro londinense hasta los Dock lands, la construcci¨®n de nuevas carreteras y la mejora de las v¨ªas f¨¦rreas, fundamentalmente. La idea, es impulsar el crecimiento econ¨®mico desde el sector p¨²blico -una herej¨ªa desde el punto de vista del thatcherismo- para que el sector privado recobre confianza e invierta.
Para mantener el d¨¦ficit presupuestario dentro de unos m¨¢rgenes manejables, habr¨¢ que ahorrar por otro lado. Ese ahorro proceder¨¢ del sueldo de los funcionarios, para los que se prev¨¦ una subida m¨¢xima del 2% (la mitad de la inflaci¨®n, aproximadamente) y una m¨ªnima del 0%, es decir, congelaci¨®n salarial. Los detalles del recorte en el poder adquisitivo de los funcionarios ser¨¢n dados a conocer por Norman Lamont el mes que viene, cuando se presenten los objetivos del pr¨®ximo presupuesto estatal. Pero la furiosa reacci¨®n inicial de los empleados p¨²blicos -cuyos sindicatos ya se manifestaban ayer en Londres junto a los mineros y los desempleados- hace prever un invierno tormentoso en el Reino Unido.
"Acabar¨¢n sigui¨¦ndonos"
Con su nueva pol¨ªtica, John Major se aleja definitivamente de la disciplina monetaria impuesta en Europa por el Bundesbank y el marco alem¨¢n. Fuentes de Downing Street suger¨ªan ayer, sin embargo, que el alejamiento "ser¨¢ temporal, no porque nosotros vayamos a volver al regazo del SME, sino porque las econom¨ªas del resto de la Comunidad acabar¨¢n sigui¨¦ndonos". El Gobierno brit¨¢nico est¨¢ convencido de que los s¨ªntomas de deflaci¨®n y depresi¨®n ser¨¢n perceptibles muy pronto en el resto de Europa, y de que los pa¨ªses continentales se ver¨¢n forzados tambi¨¦n a virar hacia una pol¨ªtica de crecimiento a cualquier precio. Las mismas fuentes dijeron que el desempleo "seguir¨¢ creciendo durante bastantes meses" y que la crisis ser¨¢ "mucho m¨¢s larga de lo que pens¨¢bamos".
El cambio de pol¨ªtica econ¨®mica ha sido muy bien recibido ayer por los parlamentarios conservadores, especialmente los m¨¢s opuestos al Tratado de Maastricht, y por la oposici¨®n laborista, que ven¨ªa reclamando desde hace meses un esfuerzo gubernamental para la crea ci¨®n de empleo. Desde el Partido Laborista se critica, sin embargo, el sacrificio impuesto sobre los funcionarios, y se ad vierte que "el sector privado no se animar¨¢ a invertir en un clima de conflictividad laboral", en palabras del portavoz econ¨®mico Gordon Brown.
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