Los parados se mueven hacia ninguna parte

?La econom¨ªa espa?ola est¨¢ condenada a no poder emplear a m¨¢s de 12 millones de personas, los mismos que hace 28 a?os? ?Es imposible dar trabajo a los m¨¢s de 300.000j¨®venes que cada a?o terminan sus estudios? ?Tiene sentido que los trabajadores espa?oles sean tan productivos como los norteamericanos, trabajen 300 o 400 horas anuales m¨¢s que los europeos y al mismo tiempo exista el doble o el triple de tasa de paro que en la mayor¨ªa de los pa¨ªses occidentales? En- definitiva, ?es el paro una maldici¨®n para los espa?oles?El problema del trabajo en Espa?a no es ajeno a la profunda transformaci¨®n social que ha sufrido el pa¨ªs en los ¨²ltimos 15 a?os. La poblaci¨®n en edad de trabajar ha aumentado en casi cinco millones de personas desde 1975. En el mismo periodo, m¨¢s de dos millones de agricultores han sido expulsados del campo y otras tantas personas se han incorporado a los servicios. Los espa?oles han pasado de emigrar a emplear a m¨¢s de 400.000 extranjeros. Este panorama tan diverso ha conducido a que la b¨²squeda de empleo se haya convertido en una verdadera odisea para millones de personas.

Ignacio Escamilla, de 22 a?os, electricista, es uno de estos cientos de miles de j¨®venes inmovilizados por el paro. "He trabajado de aprendiz de cocinero sin contrato. Despu¨¦s, un a?o y medio en una empresa de instalaciones el¨¦ctricas hasta que fui a la mili. A la vuelta trabaj¨¦ en otra empresa hasta que cerr¨®, y tres meses en Pryca. Ganaba 160.000 pesetas al mes, pero trabajaba todas las horas del d¨ªa. S¨¢bados y domingos, de ocho de la ma?ana a diez de la noche sin parar. No me renovaron. Ahora cobro 9 1. 000 pesetas del paro. Le tengo que dar 25.000 a mi madre para la familia. Pero se me acaba el mes que viene. Me dar¨¢n el subsidio, que es menos de la mitad. Busco por todas partes y preferir¨ªa trabajar por menos dinero y aprender algo. Me da miedo que me quede en casa como otros amigos hasta los 30 a?os".

Escamilla es un testimonio vivo de este absurdo modelo que se ha instalado en Espa?a, donde cada d¨ªa hay m¨¢s candidatos para un nuevo empleo mientras que los ocupados trabajan hasta 400 horas anuales m¨¢s que en otros pa¨ªses competidores.

Alt¨ªsima productividad

As¨ª resulta la paradoja de que los trabajadores espa?oles son pr¨¢cticamente tan productivos como los de Estados Unidos, cuya econom¨ªa es mucho m¨¢s intensiva en capital. Tan incre¨ªble como cierto. Los 118 millones de trabajadores estadounidenses produjeron el a?o pasado 5.866 miles de millones de d¨®lares (producto interior bruto). Es decir, 49.712 d¨®lares por trabajador, seg¨²n datos de la OCDE. En Espa?a, la productividad por empleado es de 48.168 d¨®lares, muy pr¨®xima a la norteamericana y equivalente al 97% de la media de la CE (v¨¦ase el cuadro).

El mayor nivel de ocupaci¨®n de otros pa¨ªses est¨¢ tambi¨¦n relacionado con un mayor peso del empleo parcial. En Holanda representa un 33% del empleo total; en EE UU y Reino Unido, un 20%, y en Francia y Alemania, m¨¢s del 12%. La escasez de trabajo est¨¢ replanteando todo el sistema laboral en Europa. Empresas como la automovil¨ªstica BMW estudian seriamente la jornada laboral de cuatro d¨ªas.

En Espa?a, a pesar de que la legislaci¨®n que regula estos contratos es de 1980, los empresarios han sido muy reacios a su aplicaci¨®n, lo que sin duda constituye una de las principales causas de la p¨¦sima distribuci¨®n del trabajo y del elevado n¨²mero de parados. El PSOE basa hoy su estrategia de lucha contra el paro en el fomento del contrato a tiempo parcial, previa su reforma legal.

El problema del paro ha suscitado un intenso debate en el que a veces es dif¨ªcil deslindar entre los argumentos de las distintas posiciones ideol¨®gicas. El Banco de Espa?a, por ejemplo, especialmente en la ¨¦poca del anterior gobernador, ha culpado directamente a los crecimientos de los costes salariales como una causa directa de p¨¦rdida de competitividad y de empleo. Un alto funcionario del banco emisor sostiene que "el milagro espa?ol de fuerte creaci¨®n de empleo a partir de 1985 fue producto de la moderaci¨®n salarial de los a?os 83-84. Sobre esta base de recuperaci¨®n de beneficios es cuando se dispara la inversi¨®n y el empleo".

El economista Jes¨²s Alabarrac¨ªn rechaza esta interpretaci¨®n. "Los empresarios no crean m¨¢s o menos empleo por que los salarios sean m¨¢s o menos bajos. Cuando no hay demanda nadie crea empleo. Adem¨¢s estos ¨²ltimos a?os est¨¢ demostrado que s¨®lo se crea empleo cuando la econom¨ªa crece m¨¢s del 2,6%".

Pero hay que admitir que en algunos casos la moderaci¨®n salarial s¨ª que ha salvado empresas. Hace pocas semanas, siguiendo el ejemplo de las francesas Potain, CIC-Bordeaux, Cristallerie Daum, los 1.000 trabajadores de la firma Unidad Herm¨¦tica de Sabadell han firmado un acuerdo con su principal accionista, Electrolux, por el que se comprometen a congelar sus salarios durante tres a?os a cambio de mantener el empleo. El salario medio de un trabajador de Unidad Herm¨¦tica es de 170.000 pesetas mensuales, 30.000 m¨¢s que el convenio del sector.

Otro frente de la batalla es la regulaci¨®n del mercado laboral. El economista Alfredo Pastor opina: "Con la actual legislaci¨®n laboral, los costes financieros y nuestra situaci¨®n geogr¨¢fica, tendremos muy pocas empresas". El PP afirma que "la reforma del mercado de trabajo para que las empresas puedan contratar a m¨¢s trabajadores" es uno de los objetivos de su programa.

En la necesidad de flexibilizar m¨¢s la legislaci¨®n laboral coinciden muchos expertos, pero es rechazada frontalmente por los sindicalistas. Para Jos¨¦ Mar¨ªa Zufiaur, de la ejecutiva de UGT, "la contrataci¨®n temporal lo que ha significado es un proceso de sustituci¨®n de empleo fijo por temporal. No se puede olvidar que entre 1983 y 1991 se han perdido 1.800.000 empleos estables". Zuflaur desconf¨ªa tambi¨¦n de la contrataci¨®n a tiempo parcial, "que est¨¢ regulada desde 1980, pero con poco ¨¦xito". "El problen¨ªa", a?ade, "es la falta de una gesti¨®n empresarial con visi¨®n de futuro".

Efectos de la natalidad

El crecimiento del paro se ha intensificado sobre todo en los ¨²ltimos a?os. Los efectos del baby boom (aumento de la natalidad) de los a?os sesenta se han dejado sentir en los ochenta y noventa. S¨®lo en los ¨²ltimos 10 a?os, la poblaci¨®n activa -personas que trabajan o quieren trabajar- ha crecido en dos millones de ciudadanos, y, como s¨®lo se han creado un mill¨®n de nuevos empleos, el n¨²mero de parados se ha engrosado en otro mill¨®n.

El Estado ha dado respuesta a la mayor demanda de educaci¨®n. En 1981 terminaron sus estudios 208.000 personas (82.000 universitarios y 126.000 de formaci¨®n profesional), pero en 1991 los finalizaron 326.000, de los que 132.000 proced¨ªan de la Universidad. Las empresas son incapaces de generar el empleo necesario para atender esta avalancha de j¨®venes que concluyen sus estudios y buscan un empleo.

?Pero este gran esfuerzo de educaci¨®n tiene que ver con la demanda del mercado? Mar¨ªa Teresa Panizo, de 26 a?os, licenciada en Derecho por Alcal¨¢ de Henares, afirma: "He trabajado en inform¨¢tica, encuestas, propaganda electoral y un a?o vendiendo plazas de garaje. Trabajar de abogada es muy dif¨ªcil. Tengo buenos conocimientos de franc¨¦s, pero en todas partes piden un alto nivel de ingl¨¦s. Mis hermanas lo tienen y no encuentran problemas".

Para la economista Paulina Beato, "ning¨²n pa¨ªs del mundo puede absorber este aumento de la demanda de empleo. Hay que hacer una pol¨ªtica activa de empleo para incorporar a m¨¢s gente. Bajando salarios o bajando la productividad individual, pero no la de: la empresa, y empleando a m¨¢s gente. Pero el paro que se genera por el fuerte aumento de la poblaci¨®n activa tiene tambi¨¦n su parte positiva. Es muy importante la gente que pasa de inactivos a buscar empleo. Es mucho m¨¢s fuerte la capacidad de una econom¨ªa para crear empleo con gente preparada".

En los pa¨ªses democr¨¢ticos, la evoluci¨®n del n¨²mero de parados est¨¢ siendo uno de los caballos d¨¦ batalla de todas las elecciones. En las presentes, m¨¢s. En los ¨²ltimos seis meses, los parados han crecido en m¨¢s de medio mill¨®n y ya son m¨¢s de 3.300.000 las personas que piden trabajo. Los ataques que hoy sufren los socialistas por la falta de ocupaci¨®n son los mismos que en el pasado ellos infligieron a UCD.

Pero la historia de los ¨²ltimos 10 a?os ense?a tambi¨¦n c¨®mo una misma Pol¨ªtica puede conducir, sorprendentemente, tanto al aumento del empleo como del paro. Entre 1985 y 1990 se crearon en Espa?a 1.740.000 empleos. Con ello s¨®lo se hab¨ªa logrado cubrir algo m¨¢s de los 1,6 millones de puestos de trabajo destruidos en los seis a?os anteriores, pero se abrieron muchas esperanzas. Jam¨¢s se hab¨ªa creado tanto empleo. El Gobierno estaba satisfecho y cre¨ªa haber encontrado la f¨®rmula ideal, que se basaba sobre todo en la contrataci¨®n temporal, y como tal la present¨® como modelo en el Plan de Convergencia. Pero a partir de 1991 volvieron a torcerse las cosas y volvi¨® a caer el empleo. El ¨²ltimo dato de ocupados de marzo pasado establec¨ªa la ocupaci¨®n en 11,8 millones de personas. Ahora hasta el Gobierno sospecha que las medicinas de ayer tengan algo que ver con los males de hoy. El PSOE propone eliminar el contrato temporal, convencido de que su abuso ha acelerado la p¨¦rdida de empleo.

Los intentos frustrados de resolver el problema del paro han humillado a muchos Gobiernos en todo el mundo. La plaga del paro se ha convertido en el gran problema de toda Europa despu¨¦s de la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, y su soluci¨®n sigue fuera del control de los pol¨ªticos y exige una estrategia supranacional. En tres d¨¦cadas, el n¨²mero de parados europeos ha pasado de tres a 17 millones de personas, mientras al mismo tiempo el n¨²mero de personas que llegaban al mercado de trabajo en b¨²squeda de colocaci¨®n crec¨ªa en 30 millones de personas, pero s¨®lo se crearon 14 millones de puestos. Los europeos tienen ahora los ojos puestos en los americanos, que han creado 50 millones de empleos en los ¨²ltimos a?os.

La preocupaci¨®n por el empleo es cada vez m¨¢s obsesiva entre los j¨®venes. Y el paro se ha convertido en el gran debate nacional, en el que los padres empiezan a plantearse seriamente el reparto del empleo con sus hijos.

Antet¨ªtulo]

LOS COMPROMISOS