"...pa no pensar"

Jer¨®nimo Saavedra a Educaci¨®n. Si el primer apellido fuese Cervantes... pero Saavedra, a secas, parece mucho m¨¢s manco que la ilustre resonancia que evoca. Llega a la ense?anza sin que se adivine qu¨¦ pudo hacer, de verdad, en Administraciones P¨²blicas, aunque ser¨ªa injusto negarle notoriedad con dos formidables galimat¨ªas: la controversia sobre los gobernadores civiles y la pretensi¨®n de otorgar fuero especial a los secretarios de Estado. Dos asuntos que han pasado a formar parte de la teolog¨ªa pol¨ªtica y, siguen alojados en el misterio.Gustavo Su¨¢rez Pertierra est¨¢ expuesto a que el traslado a Defensa reavive, con m¨¢s fundamento, la broma f¨¢cil que le acompa?a: Pertierra... mar y aire. Pero tambi¨¦n este hombre ofrece un flanco teol¨®gico, por misterioso. Es el mudo pol¨ªtico m¨¢s eminente de los muchos que pueblan el actual gabinete. As¨ª que algo tiene que haber. Un perfil pol¨ªtico como el suyo debe ser el disfraz de una extraordinaria val¨ªa. Seguro que cuando esta gente hable en la intimidad, blindados por el juramento de secreto en el Consejo de Ministro!, deslumbran a quienes les escuchan. Tiene que ser as¨ª. Es que si fuese lo que vemos...

Joan Lerma llega de nuevas al Consejo. Debe de ser una intuici¨®n de Gonz¨¢lez. Probablemente -remedando a Ortega-, la pur¨ªsima intuici¨®n. Lo malo es el esfuerzo que exigir¨¢ olvidarlo como el s¨ªmbolo m¨¢s notorio de la derrota socialista el pasado 28 de mayo. Alguien se puede ensa?ar argumentando que lo han salvado de la cola del paro sent¨¢ndolo en el Gabinete.

Un cambio de gobierno puede suscitar cualquier cosa menos perplejidad. El histrionismo de un Rodr¨ªguez Ibarra, por poner ejemplo extremo, hubiese sido m¨¢s aceptable que esta grisura presagiadora del negro funerario.

Alguien con todas las, trazas de estar ahog¨¢ndose, en medio de una formidable tormenta, se supone que debe dar voces, hacerse notar, llamar la atenci¨®n para que alguien acuda en su auxilio. Pero hacer una finta como si nadase relajado en la piscina...

Andan melanc¨®licas las gentes socialistas. Si hubiera que ponerle m¨²sica a su deambular por los pasillos del Congreso ser¨ªa de tango. El desenlace de la crisis ha debido arrastrar a muchos hasta una letra bien conocida: "Esta noche me emborracho bien, me mamo bien mamao... pa no pensar".