Bu?uel cierra filas
Plena solidaridad en la poblaci¨®n navarra con las familias de guardias civiles atacadas por ETA
A Lola se le saltan las l¨¢grimas cuando mira la pared de la casa cuartel y ve reflejada en el muro la tristeza de Francisca Hermida, la esposa del sargento y la amiga al mismo tiempo.A Lola Soria, vecina de Bu?uel (Navarra) desde hace 32 a?os, le falt¨® tiempo para ceder su propia casa a la familia de Francisca y de su esposo, Antonio Mateo, que desde que ETA les destruyera, en la madrugada del 1 de noviembre, su hogar y sus pocas pertenencias est¨¢n viviendo con sus cuatro hijos -Antonio, Roc¨ªo, Mar¨ªa del Carmen y ?lvaro- en el domicilio de la propia Lola, mientras ¨¦sta se ha ido a vivir a casa de una hija.
No es que se vea obligada a nada porque su nieto y Roc¨ªo, la hija del sargento, est¨¦n saliendo juntos. Es que Lola, como Rosa Fern¨¢ndez, como Mar¨ªa Pilar, como Carolina Trist¨¢n o Anabel, quiere a los guardias de Bu?uel, a sus esposas (tres de ellas vecinas del pueblo) y a sus hijos como si fueran de su propia familia, y la barbarie etarra no ha hecho sino extender el cari?o del pueblo, de 2.500 habitantes, hacia las 10 familias de este inmueble destripado donde los juguetes de los ni?os est¨¢n rotos.
Hay dolor, amistad y rabia en las guardiesas, como llaman en Bu?uel a las mujeres de los guardias civiles, porque, despu¨¦s del susto, de las apresuradas visitas oficiales y de la atenci¨®n p¨²blica, se han quedado a solas con el terror y comentan, en voz baja, que "el Ministerio del Interior parece que se niega a correr con los gastos de los muebles y enseres familiares destruidos, que son todos. Es decir", se?alan guardiesas y vecinas, "que ETA nos est¨¢ zumbando y el Gobierno nos quiere rematar, porque no nos paga ni un triste colch¨®n". S¨®lo les alivia el cari?o de la poblaci¨®n. Nueve familias est¨¢n no s¨®lo durmiendo, sino viviendo en otras tantas casas de vecinos del pueblo. La misma noche del atentado, Mar¨ªa Pilar se llev¨® a su casa a siete chavales del cuartel con edades comprendidas entre los dos y los ocho a?os.
"Es un desastre total. Varias familias hab¨ªan decorado y amueblado sus casas con unos sof¨¢s de piel hace cuatro d¨ªas, invirtiendo sus ahorros, y ahora, esto", se lamenta Rosa Fern¨¢ndez, propietaria de una tienda de decoraci¨®n y mobiliario de la localidad. "Les he ofrecido los muebles y elementos que necesiten para instal¨¢rselos en cuanto sea posible y que me paguen como y cuando puedan", indica Rosa.
Las quejas por la falta de ayudas son generales. "Parece mentira que, arriesgando sus vidas como las arriesgan, cuando pasa esto, ni Madrid ni el Gobierno de Navarra tengan ayudas suficientes para estas familias", se quejan las vecinas.
El peque?o Angel, de dos a?os escasos, mira desconfiado. Y, no es para menos. A su edad ha sobrevivido a dos atentados. Su padre estaba destinado en Otxagab¨ªa (Navarra) el 14 de julio cuando ETA lanz¨® varias granadas contra aquel cuartel. El d¨ªa de Santa Ana, el pasado 26 de julio, lleg¨® a Bu?uel. ?ngel a¨²n tiene el miedo metido en los ojos. Otros ni?os, como Christian, no han podido ir al colegio debido al nerviosismo y la ansiedad que a¨²n les embarga.
Marta es una hermosa mujer que un d¨ªa comenz¨® a salir con Francisco, natural de Madrid, cuando ¨¦ste llevaba destinado en el pueblo apenas tres meses. Se casaron hace 11 a?os y hoy d¨ªa Marta, es la madre de Eduardo, de seis a?os, y una de las tres mujeres del pueblo casadas con un guardia civil. Las otras dos son Pilar y Celia.
Carolina Trist¨¢n, de 62 a?os, vive en la avenida de la Estacion, 36, y es la vecina m¨¢s cercana del cuartel. Barre la acera de su casa y recuerda: "Esa noche atend¨ª a todos aqu¨ª, en casa; fue donde se juntaron para contar a los ni?os y ver si faltaba alguno, pero, como la explosi¨®n me destroz¨® cristales y ventanas, no pude alojarles por el fr¨ªo". Carolina ha pagado ya 22.000 pesetas en cristales nuevos.
A la solidaridad de Bu?uel se uni¨® ayer un manifiesto suscrito por 25 alcaldes de la zona exigiendo a ETA que les deje vivir en paz. 0 como el pronunciamiento del Parlamento navarro, que, con la abstenci¨®n de HB, exigi¨® ayer a ETA que cese en su actividad criminal.
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