La noche m¨¢s larga del PSOE

En lo que se ha llamado "la noche m¨¢s larga del PSOE", la del s¨¢bado al domingo, hubo de todo, y seguro que Joaqu¨ªn Almunia no olvidar¨¢ lo que tuvo que escuchar de cada bar¨®n. Para ¨¦l quedan las condiciones que le impusieron. Entre la una y las seis de la madrugada se desdoblaron secretar¨ªas, volvieron a unirse, cay¨® para siempre la de Administraci¨®n y Finanzas y no hab¨ªa nada sobre medios de comunicaci¨®n. Al alba, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba se hac¨ªa con una cartera de relaciones con la prensa.Josep Borrell contaba ayer que Narc¨ªs Serra le comunic¨® a las tres de la manana que estaba ya casi todo cerrado para que fuera el secretario de Estudios y Programas. Cuando volvi¨® por la ma?ana al congreso comprob¨® que tal ¨¢rea no exist¨ªa y que ¨¦l era s¨®lo vocal; es decir, sin funciones concretas. En la selecci¨®n de los 20 vocales se observa la larga mano de los territorios.

Nadie dudar¨¢ que Almunia sabe escuchar. Rondas y m¨¢s rondas mantuvo con los 17 secretarios regionales para conocer sus aspiraciones. Tom¨® nota de todo. Terminadas las ruedas individuales, elabor¨® una lista junto a Ciscar. Nueva reuni¨®n, pero con todos; ya eran las seis y diez. De esta tacada general cayeron algunos. Joan Lerma pas¨® de ser el responsable del ¨¢rea auton¨®mica a ser vocal y acab¨® al frente de la secretar¨ªa de Empleo.

Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero durante un par de horas fue el secretario de Relaciones Institucionales, ¨¢rea que s¨®lo existi¨® escrita a l¨¢piz.

Nunca se movieron de su sitio Cipri¨¤ Ciscar, en el ¨¢rea de Organizaci¨®n, y Raimon Obiols, secretario de Relaciones Internacionales. Tambi¨¦n desde el primer momento nadie discuti¨® a Joaqu¨ªn Leguina al frente de Cultura. Los nombres de mujeres variaron notablemente. Como elogio se aseguraba que hab¨ªa muchas 37 muy competentes. Nunca se habl¨® de un representante de la "sensibilidad guerrista" para ocupar una secretar¨ªa. Las ofertas no pasaron de las vocal¨ªas.

Todo esto fueron ajustes l¨®gicos si se compara con la envergadura del primer envite que sufri¨® Almunia. Los barones dejaron claro que no habr¨ªa apoyo si ellos no estaban en la ejecutiva. Almunia ofreci¨® asiento a los tres presidentes auton¨®micos para que la ejecutiva tuviera presencia institucional. Entonces Serra quedar¨ªa fuera. Catalu?a present¨® a Borrell como candidato frente a Almunia como castigo. Serra entr¨® y Almunia obtuvo su apoyo.