'Nunca nos hab¨ªa ocurrido algo as¨ª'
Muchos de los pasajeros afectados por las cancelaciones no sab¨ªan que hubiera convocada una huelga en Iberia
Los mostradores de Iberia en los aeropuertos espa?oles amanecieron ayer reforzados con un arsenal de empleados dispuestos a mitigar los efectos de la huelga de pilotos. Iberia hab¨ªa tomado precauciones ante la posibilidad de que la protesta convirtiera en un calvario el paso de los viajeros por los aeropuertos. Las consecuencias fueron menor de lo esperado y no se registraron incidentes, aunque no faltaron pasajeros indignados por tener que quedarse en tierra ante la cancelaci¨®n de su vuelo.
Los usuarios extranjeros eran los m¨¢s habituales en la cola ante el mostrador de Iberia del aeropuerto de Barajas, en Madrid, durante toda la ma?ana. Christine Kennedy, turista de Nueva York que regresaba a su ciudad, ten¨ªa el vuelo programado desde hac¨ªa un mes y recibi¨® la confirmaci¨®n de salida dos d¨ªas antes. El suyo fue uno de los 284 vuelos cancelados ayer. 'Tengo dos hijos, de 9 y 12 a?os y no hay nadie que me los cuide si no llego a tiempo', se lamentaba. Kennedy se quejaba del trato del personal de Iberia: 'Viajamos much¨ªsimo y nunca nos hab¨ªa ocurrido algo as¨ª. Pod¨ªan haber avisado al hotel'.
Iberia explica que normalmente se avisa a los pasajeros de la cancelaci¨®n de su vuelo, pero que algunos no est¨¢n localizables. Un trabajador de la compa?¨ªa cifr¨® en el 3% el porcentaje de los viajeros con los que no se consigue contactar. ?se fue el caso de Alan Calleja, un estudiante que probaba suerte en el mostrador de Iberia para conseguir una plaza en el vuelo de las 14 horas para la Ciudad de M¨¦xico. El suyo deb¨ªa haber salido a las 12.30 y la compa?¨ªa intent¨® reubicar a los pasajeros en otro de Aerom¨¦xico. 'A ver si tengo suerte, porque me han dicho que s¨®lo hay diez plazas libres. Si no, me llevar¨¢n de otro modo, pero todos los dem¨¢s vuelos hacen much¨ªsimas escalas', aseguraba Calleja.
Gran parte de los problemas registrados ayer afectaron a los tr¨¢nsitos, es decir, los vuelos que utilizaban Madrid como escala hacia otros lugares.
Sonia Delgado viajaba desde Am¨¦rica y ten¨ªa como destino Barcelona, pero no hab¨ªa comprado billete ante el temor de llegar y encontrarlo cancelado. 'No tengo urgencia, pero en Barcelona viven mis hijas y voy a visitarlas', explicaba Delgado ante la ventanilla de venta de billetes de Barajas de Iberia.
La imagen de los pasajeros haciendo cola ante el mostrador de la aerol¨ªnea se ve¨ªa salpicada por un numeroso grupo de chaquetas rojas (personal de incidencias y atenci¨®n al pasajero) que intentaban paliar el desconcierto de los clientes y ofrecer alternativas a sus problemas. Los chaquetas rojas se desplazaban apresuradamente por los pasillos a la b¨²squeda de un pasajero con cara de haber perdido su vuelo. Ellos son los encargados de explicar al viajero que la compa?¨ªa les paga la estancia si tienen que retrasar su vuelo hasta el d¨ªa siguiente o m¨¢s y les proporciona un bono de comida a los que no tengan que hacer noche en Madrid. 'El d¨ªa est¨¢ siendo tranquilo. A estas horas [12 de la ma?ana] la mayor¨ªa de los d¨ªas hay m¨¢s cola delante del mostrador de Iberia', se?alaba un chaqueta roja. No obstante, ante la previsi¨®n de problemas, en los mostradores de facturaci¨®n hab¨ªa hojas de disculpa a disposici¨®n de los clientes en las que Iberia recordaba al pasajero: 'Est¨¦ seguro de que todo nuestro personal de tierra y los de vuelo ajenos a esta huelga del Sepla Iberia tambi¨¦n sufren las consecuencias de la misma'.
La compa?¨ªa asegura que consigui¨® reubicar a la mayor parte de los pasajeros en otros vuelos. No obstante, en muchos casos no pudo ser para el mismo d¨ªa. Diana Ni?o, gu¨ªa tur¨ªstica de la empresa colombiana Deportour Colombia, cruzaba de un mostrador a otro a fin de conseguir plaza para los 19 viajeros a su cargo: 'He logrado cuatro plazas para hoy y estoy peleando para que el resto salga lo antes posible'.
Este grupo de turistas, la mayor¨ªa empresarios colombianos, llevaba viajando un tiempo por Europa y deb¨ªan reincorporarse a sus trabajos al d¨ªa siguiente. 'Si alguno de ellos tiene problemas presentaremos reclamaci¨®n', sentenci¨® Diana Ni?o. Deportour Colombia lleva 14 a?os organizando sus viajes con Iberia y ya sufri¨® las consencuencias de la huelga de pilotos del mes de marzo de 1999.
Muchos de los pasajeros afectados por las cancelaciones, especialmente los extranjeros, no sab¨ªan que existiera huelga ni las razones que la motivaban. Entre los que la conoc¨ªan, pocos justificaban la actitud de los pilotos. Michaela Kalkus, trabajadora de una organizaci¨®n no gubernamental en Madrid, era una excepci¨®n. Kalkus asegura conocer a muchos pilotos y cree que Iberia puede querer empa?ar su imagen para esconder una mala gesti¨®n. Esta usuaria, que se desplazaba en silla de ruedas por una rotura de tobillo, tuvo que retrasar su vuelo hacia Londres desde las nueve de la ma?ana hasta las 14.30: 'Tengo que estar en una reuni¨®n de trabajo ma?ana, una reuni¨®n que ten¨ªa concertada hace un mes', explica Kalkus, a quien le gusta Iberia y prefiere volar con esta compa?¨ªa a¨¦rea que con otras.
Entre la amalgama de malas caras por las cancelaciones a¨¦reas hubo tambi¨¦n lugar para el entusiasmo. Francisco L¨®pez, un pintor colombiano que viajaba desde Roma con su madre y su hermana, aseguraba no tener prisa. 'Si la empresa nos dice que nos quedemos aqu¨ª y nos paga unos d¨ªas, es delicioso. Nos quedamos as¨ª conocemos m¨¢s de Madrid'.
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