M¨¦dicos alemanes curan el coraz¨®n de un infartado con c¨¦lulas madre de su propia m¨¦dula
Cient¨ªficos de la Universidad de D¨¹sseldorf aplican el m¨¦todo por primera vez en el mundo
Un hombre de 46 a?os ha sido el beneficiario del primer autotrasplante de c¨¦lulas madre con fines terap¨¦uticos. El alem¨¢n padeci¨® un infarto agudo de miocardio en marzo, lo que 'destruy¨® gran parte de la pared del lado izquierdo de su coraz¨®n', seg¨²n explicaron ayer portavoces de la universidad Heinrich-Heine de D¨¹sseldorf.
Hace diez semanas, los cient¨ªficos del equipo del director de la cl¨ªnica universitaria, Bodo Eckehard Strauer, le extrajeron c¨¦lulas madre de la m¨¦dula ¨®sea y se las inyectaron cerca de la parte del m¨²sculo cardiaco infartado. La preparaci¨®n de las esas c¨¦lulas se realiz¨® en un solo d¨ªa. En la actualidad, 'el ¨¢rea de coraz¨®n da?ada se ha reducido casi una tercera parte y el funcionamiento del coraz¨®n ha mejorado sensiblemente', afirm¨® Strauer.
El cardi¨®logo se?al¨® ayer que la explicaci¨®n l¨®gica de esta mejor¨ªa es que las c¨¦lulas madre se han convertido en c¨¦lulas cardiacas, pero que todav¨ªa no se han realizado las pruebas para confirmar esta hip¨®tesis. Esta transformaci¨®n en m¨²sculo cardiaco se habr¨ªa producido simplemente al interpretar correctamente las c¨¦lulas madre los mensajes qu¨ªmicos provenientes de las c¨¦lulas cardiacas circundantes.
El tratamiento ensayado por los cient¨ªficos alemanes es doblemente llamativo por su eficacia y por su sencillez, ya que no requiere cirug¨ªa. Para obtener las c¨¦lulas de la m¨¦dula espinal s¨®lo hubo que someter al paciente a una anestesia local, con lo que se evitan riesgos para su coraz¨®n enfermo. Para implantarlas, bast¨® con inyectarlas cerca de la parte da?ada del coraz¨®n. La universidad de D¨¹sseldorf record¨® ayer que Strauer es uno de los pioneros mundiales en intervenciones cardiacas sin cirug¨ªa.
El m¨¦todo ensayado en D¨¹sseldorf tiene la ventaja de que utiliza c¨¦lulas madre del propio paciente, con lo que se evitan los riesgos de rechazo. La m¨¦dula ¨®sea es una fuente conocida de este tipo de material biol¨®gico, aunque los cient¨ªficos dudan de que sea capaz de producir todo tipo de tejidos.
Esta capacidad, en cambio, s¨ª que se reconoce a las c¨¦lulas madre embrionarias, pero su utilizaci¨®n tiene el inconveniente de que supone la destrucci¨®n de los embriones, lo que cuenta con una seria oposici¨®n por razones ¨¦ticas.
Pese a la precauci¨®n expresada por Strauer a la hora de hacer p¨²blico su experimento, la hip¨®tesis de que las c¨¦lulas madre se han transformado realmente en c¨¦lulas funcionales de m¨²sculo cardiaco est¨¢ avalada por ensayos anteriores. Un estudio publicado en la revista Nature el pasado 5 de abril por cient¨ªficos del Medical College de Nueva York y el Proyecto Genoma demostraba que las c¨¦lulas madre reconstru¨ªan corazones infartados de ratones. Los expertos estadounidenses hab¨ªan provocado el infarto mediante una estenosis en el coraz¨®n de los roedores. Despu¨¦s les hab¨ªan inyectado c¨¦lulas madre obtenidas de su m¨¦dula. De acuerdo con los resultados del ensayo, el tejido cardiaco se reconstru¨ªa hasta en un 68%, el doble de lo que ha conseguido Strauer hasta ahora.
La investigaci¨®n de Anversa y sus colaboradores s¨ª que demostr¨® que el origen del nuevo tejido cardiaco que crec¨ªa en los ratones se deb¨ªa a las c¨¦lulas madre inyectadas. Adem¨¢s, comprobaron que la transformaci¨®n del material trasplantado se realizaba de forma ordenada y diversificada: se reconstru¨ªan los miocitos del m¨²sculo cardiaco y las c¨¦lulas endoteliales de los vasos sangu¨ªneos.
El director del proyecto estadounidense, Piero Anversa, explic¨® que el m¨¦todo s¨®lo hab¨ªa tenido ¨¦xito en 12 de los 30 ratones a los que se les hab¨ªa provocado el infarto, pero achac¨® este alto porcentaje de fallos a la dificultad de trabajar con ¨®rganos tan peque?os y que laten tan deprisa (600 veces por minuto, casi diez veces m¨¢s r¨¢pido que un coraz¨®n humano).
En cambio, Anversa ya vaticin¨® lo que Strauer parece haber conprobado. 'No veo una sola raz¨®n por la que esta t¨¦cnica pudiera fallar en humanos', declar¨® hace cinco meses a estediario. Pese a su confianza, el director del equipo estadounidense afirm¨® que esperaba empezar los ensayos en humanos en tres a?os. Demasiado tarde, si se confirman los resultados anunciados ayer por Strauer y su equipo.
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