El bi¨®logo Izpis¨²a descarta volver a Espa?a e investigar¨¢ con c¨¦lulas madre en EE UU
El bi¨®logo opina que el Gobierno de Aznar sigue sin definirse sobre el trabajo con embriones
El bi¨®logo espa?ol Juan Carlos Izpis¨²a Belmonte, del laboratorio de expresi¨®n g¨¦nica del Instituto Salk de San Diego, en California, no regresar¨¢ por el momento a Espa?a. Tras varios meses de negociaciones con el Parque Cient¨ªfico de Barcelona, con el que lleg¨® a firmar un principio de acuerdo, el investigador ha decidido aceptar finalmente una propuesta del instituto californiano para dirigir un programa de investigaci¨®n con c¨¦lulas madre embrionarias. El retorno de Izpis¨²a se hab¨ªa valorado siempre en c¨ªrculos cient¨ªficos y de la Administraci¨®n como un aut¨¦ntico reto.
El descubrimiento de distintos genes que median en la formaci¨®n de ¨®rganos y extremidades, as¨ª como su ambiciosa propuesta de regeneraci¨®n de tejidos a partir de intervenir en la respuesta gen¨¦tica, hab¨ªan aupado a Izpis¨²a a lo m¨¢s alto de la escena internacional en biolog¨ªa del desarrollo. Su venida a Espa?a, adem¨¢s de prestigio, se interpretaba como un elemento de atracci¨®n de inversiones y colaboraciones con empresas para el desarrollo de investigaciones de punta. En el programa de investigaci¨®n que dirigir¨¢ Izpis¨²a en San Diego participar¨¢ la empresa biotecnol¨®gica Izasa-IL-Biokit. que se convierte en la primera que en Espa?a invierte en esta l¨ªnea de investigaci¨®n.
El Parque Cient¨ªfico de Barcelona (PCB), con el que ha estado negociando estos ¨²ltimos ocho meses, decidi¨® poner toda la carne en el asador a sabiendas de los beneficios que implica el fichaje de una figura cient¨ªfica ampliamente reconocida, pero tambi¨¦n del riesgo que comporta: pocos centros en la actualidad se soportan con un eje tan protagonista.
En las negociaciones se implic¨® a la Generalitat de Catalu?a y al Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa. Izpis¨²a acept¨® un primer preacuerdo y esboz¨® un programa en biolog¨ªa del desarrollo que supon¨ªa una inversi¨®n de unos 2.500 millones de pesetas en cinco a?os. El programa deb¨ªa estar centrado inicialmente en el desarrollo de c¨¦lulas madre embrionarias orientadas a la formaci¨®n de c¨¦lulas cardiacas para trasplante. En el ¨²ltimo tramo de las negociaciones se incorpor¨® la empresa Biokit, considerada por Izpis¨²a parte necesaria para la transformaci¨®n en producto de las investigaciones y la tecnolog¨ªa que pudieran derivarse del programa. La aportaci¨®n de la empresa espa?ola, seg¨²n Juan Cuadras, uno de sus directivos, deb¨ªa ser 'equivalente' a la del contrato que finalmente ha suscrito con el Instituto Salk, unos 4.700 millones de pesetas en seis a?os, a cambio de derechos de explotaci¨®n de patentes. Para esa inversi¨®n, los directivos de Biokit aspiraban a un apoyo del Ministerio de Ciencia.
La ciencia espa?ola
Finalmente, y aunque durante un tiempo se pens¨® lo contrario, Izpis¨²a decidi¨® la pasada semana declinar la oferta. No tanto, seg¨²n sus propias declaraciones, por las condiciones que se le ofrec¨ªan, como de apreciaci¨®n del entorno cient¨ªfico espa?ol. 'Un proyecto de estas caracter¨ªsticas', dijo el investigador a EL PAIS, 'requiere la integraci¨®n de plataformas cient¨ªficas y tecnol¨®gicas todav¨ªa poco maduras en Espa?a'.
Entiende Izpis¨²a que m¨¢s all¨¢ de unas condiciones que califica de 'excelentes', debe ser tenida en cuenta la situaci¨®n de la ciencia en Espa?a y, de manera particular, en su propio campo de trabajo. Aunque Izpis¨²a se ha guardado de citarlas p¨²blicamente durante el largo per¨ªodo de negociaciones, en privado ha aludido en m¨¢s de una ocasi¨®n a la indefinici¨®n que mantiene el Gobierno espa?ol sobre la investigaci¨®n en c¨¦lulas madre embrionarias y a la tibia respuesta que se ha dado hasta la fecha a la prometida acci¨®n especial de gen¨®mica y prote¨®mica. Anunciada a bombo y platillo el pasado febrero, sigue sin convocarse.
Entiende Izpis¨²a que la investigaci¨®n biom¨¦dica est¨¢ entrando en una 'nueva era'. En ella, las c¨¦lulas madre, preferentemente las de origen embrionario antes que las adultas, van a ser uno de los ejes principales de la que ¨¦l mismo denomina medicina del siglo XXI. Es por ello que no duda de que el Gobierno espa?ol 'deber¨ªa tomar medidas' para modificar la actual legislaci¨®n al respecto, tal y como cient¨ªficos espa?oles de ¨¦lite reclamaban p¨²blicamente la pasada semana a trav¨¦s de Margarita Salas, presidenta del Instituto de Espa?a (organismo que agrupa a las academias cient¨ªficas espa?olas).
Las promesas
Pero no es s¨®lo eso. Izpis¨²a sostiene que para este tipo de investigaciones es imprescindible aunar las llamadas omics, un conjunto de tecnolog¨ªas en las que se integran desde potentes plataformas bioinform¨¢ticas hasta centros espec¨ªficos de secuenciaci¨®n, gen¨®mica, prote¨®mica o metabol¨®mica. Todas ellas se han reclamado con insistencia al Gobierno, el cual prometi¨® inversiones por valor de 26.000 millones en tres a?os, buena parte de ellos en forma de cr¨¦ditos. Ahora mismo, recuerda Izpis¨²a, estas plataformas 'no existen'. Y lo que es peor: nadie sabe cu¨¢ndo y de qu¨¦ modo van a concretarse. Por todo ello, el investigador acaba m¨¢s de una conversaci¨®n con un lac¨®nico 'por desgracia, no es lo mismo investigar en Estados Unidos que en Espa?a'.
Desde el PCB se lamenta la decisi¨®n de Izpis¨²a. 'Al final ha decidido hacer en San Diego lo que podr¨ªa haber hecho perfectamente en Barcelona', ha declarado Joan Guinovart, su director. Lo mismo opina Joan Massagu¨¦, director del programa de biolog¨ªa celular en el prestigioso Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York y asesor del PCB, para quien la oferta trasladada a Izpis¨²a era 'inmejorable e incluso superior a la que reciben algunos premios Nobel en Estados Unidos'.
La negativa de Izpis¨²a, seg¨²n Guinovart, no afectar¨¢ a los planes del PCB ni tampoco a los programas de investigaci¨®n planteados. 'Izpis¨²a ha decidido jugar en la NBA de la ciencia', opina. En las otras ligas, en las que pretende jugar el proyecto del PCB, la negativa de Izpis¨²a no deber¨ªa ser un obst¨¢culo. 'El programa en biolog¨ªa del desarrollo va a mantenerse'. Tambi¨¦n lo har¨¢ la inversi¨®n prevista, especialmente el cap¨ªtulo de equipamientos cient¨ªficos (1.000 millones), aunque el de mantenimiento, cifrado en 300 millones anuales, quedar¨¢ a expensas de lo que decida el sustituto de Izpis¨²a, puesto para el que ya existen diversas candidaturas.
Los retornos frustrados
El retorno de Juan Carlos Izpis¨²a a la ciencia espa?ola no es el primero que se frustra. Anteriormente, instituciones cient¨ªficas espa?olas han entablado negociaciones con investigadores de prestigio. El fiasco se ha convertido en norma, mientras que el s¨ª hay que contabilizarlo como la excepci¨®n. M¨¢s all¨¢ de las condiciones personales, mayoritariamente mejores que las que pudieran recibir en sus puestos habituales de trabajo, lo que ha acabado motivando la negativa es el concepto, el modo de ver y organizar la investigaci¨®n en Espa?a. El dinero, se ha dicho en m¨¢s de una ocasi¨®n, no es todo lo que cuenta. ?ngel Pellicer, de la Universidad de Nueva York, fue uno de los primeros en ver roto su deseo de regresar a Espa?a. Top¨® con la Administraci¨®n valenciana, que le neg¨® la posibilidad de crear un centro de investigaci¨®n internacional en c¨¢ncer. Tambi¨¦n top¨® con la Administraci¨®n, en este caso la central, Valent¨ªn Fuster, ex presidente de la todopoderosa American Heart Association (AHA) norteamericana. El famoso cardi¨®logo catal¨¢n adujo problemas de organizaci¨®n cient¨ªfica que, como se?al¨® en su momento, estaban perfectamente solucionados en Estados Unidos. Manuel Perucho, onc¨®logo, lleg¨® a estar a un paso de fichar por la Universidad Pompeu Fabra (UPF). Su retorno se frustr¨® por lo que se consideraron 'exigencias excesivas'. En cuanto a Joan Massagu¨¦, su actual posici¨®n en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, as¨ª como su l¨ªnea de investigaci¨®n, provoca que cualquier oferta caiga en saco roto.
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