De Averroes a Luis Rojas Marcos

Andaluc¨ªa nunca ha sido ajena al maridaje entre la literatura y la medicina. De hecho, parece ser una de las comunidades en las que, a lo largo de la historia, muchos m¨¦dicos alternaron su pasi¨®n por el cuerpo humano con la escritura. Y no les fue mal.

El caso m¨¢s conocido, el hist¨®ricamente m¨¢s legendario, es el del musulm¨¢n Abul-Walid Ibn Rusd, conocido como Averroes, el mayor sabio andaluz. Fue qad¨ª (juez) en la C¨®rdoba omeya, m¨¦dico y fil¨®sofo. Sus escritos sobre Arist¨®teles impresionaron incluso a los cristianos de su tiempo. Al final de su existencia, Averroes dijo que ¨²nicamente no hab¨ªa estudiado dos d¨ªas en su vida: el de la muerte de su padre y el de boda.

Otro hombre apasionado por las ciencias y las letras fue tambi¨¦n cordob¨¦s, aunque no musulm¨¢n, sino jud¨ªo: Maim¨®nides, autor de ampliios tratados m¨¦dicos, matem¨¢ticos, teol¨®gicos y filos¨®ficos.

Al-?ndalus, la Espa?a musulmana, dio m¨¢s nombres, como el de Abdul Maliz Ben Zuhr, uno de los grandes poetas er¨®ticos musulmanes, adem¨¢s de autor de una Introducci¨®n a la medicina que se tradujo al hebreo y el lat¨®n, o el de Abu Muhammad al Chaduni, sevillano. La zona cristiana, en esa ¨¦poca, viv¨ªa por su parte en tinieblas.

Tras el Descubrimiento de Am¨¦rica, la situaci¨®n cambi¨® radicalmente. Andaluc¨ªa incluso 'export¨®' a sus m¨¦dicos-escritores al nuevo continente. Es el caso de Francisco Bravo, Juan C¨¢rdenas, o Juan Farf¨¢n, el m¨¦dico de Felipe II. La mayor¨ªa se dedic¨®, esencialmente, a la redacci¨®n de tratados de medicina. Otros, como Luis Barahona de Soto, de Lucena, o Diego Arias, de C¨¢diz, tuvieron tanto prestigio ejerciendo de galenos como de poetas, con obras que a¨²n hoy se recuerdan.

En la actualidad, la proliferaci¨®n de la literatura ha hecho que los casos sean menos llamativos. Destacan, sin embargo, el malague?o Gustavo Garc¨ªa Herrera; Jos¨¦ Mar¨ªa Osuna, autor de gran cantidad de poemarios, o el psiquiatra Luis Rojas Marcos.