Las 30.000 antenas que nos miran
La falta de informaci¨®n y de una legislaci¨®n precisa provocan una histeria social en Espa?a
Dice Amelia Lesmes, de 53 a?os, que su marido, Eladio Trell, era un hombre fuerte, sano, que nunca tuvo propensi¨®n a ninguna enfermedad. A los 55, en marzo de 2001, Eladio falleci¨® de un linfoma que se lo comi¨® en apenas un a?o: 'Antes que ¨¦l, hace cuatro a?os, hab¨ªa muerto tambi¨¦n de c¨¢ncer, un melanoma, el vecino del piso de arriba. Su mujer, perdi¨® un pecho por otro c¨¢ncer. El vecino de al lado lleva tres a?os luchando contra otro linfoma y uno del tercero ha muerto en diciembre, tambi¨¦n de c¨¢ncer'. En los n¨²meros 2, 4 y 6 de la calle del General Mill¨¢n Astray del barrio de Aluche, en Madrid, con 48 vecinos, 'todo el que fallece es de c¨¢ncer'.
Los vecinos ya no buscan una explicaci¨®n, lo tienen muy claro: la monumental antena de telefon¨ªa m¨®vil que tienen enfrente, sobre una peque?a planta de Telef¨®nica, se los est¨¢ comiendo vivos. Hasta ahora, sin embargo, nadie ha demostrado la relaci¨®n directa entre la exposici¨®n a campos electromagn¨¦ticos como los que genera la telefon¨ªa m¨®vil y alguna enfermedad. Tanto la Uni¨®n Europea como el Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa y el de Sanidad han garantizado que no hay efectos nocivos. Pero da exactamente igual.
'Con un informe de un comit¨¦ de expertos el Ministerio no es capaz de tranquilizar a nadie'
Hace siete a?os que la antena les acompa?a hasta a sus funerales, los mismos que hace desde que Telef¨®nica comenz¨® a desplegar su red de telefon¨ªa m¨®vil, la primera en Espa?a. 'Se comenz¨® a poner antenas a finales de 1994, y las primeras fueron a emplazamientos ya existentes', aclara Cayetano Lluch, director de Red de Telef¨®nica M¨®viles. Eso ocurri¨® en el edificio de Aluche, que en tiempos era la oficina del barrio donde los vecinos iban a darse de alta, presentar partes de aver¨ªas o pagar las facturas. 'Pero hace tres a?os lo cerraron', cuenta Gaspar Guisado, de 55 a?os y cliente de Vodafone, tambi¨¦n vecino, 'ya no sabemos lo que hacen ah¨ª dentro'.
El secretismo ha contribuido a la leg¨ªtima obsesi¨®n de esta comunidad que busca respuestas a una estad¨ªstica de c¨¢ncer monstruosa. El secretismo, la falta de informaci¨®n y una legislaci¨®n que, como recuerda Alberto S¨¢enz de Ugarte, director de Red de Amena, 'fomentaba la competencia por encima de todo. Cuando Telef¨®nica y Airtel se lanzan a poner antenas [1995-1998] compet¨ªan por la cobertura. En un mercado virgen, m¨¢s cobertura significaba m¨¢s clientes, y desde el Ministerio [de Fomento] se presionaba para ofrecer el servicio lo antes posible'. Telef¨®nica reg¨® el pa¨ªs de antenas. Despu¨¦s lo hizo Airtel. M¨¢s tarde Amena. Y ahora Xfera, la cuarta compa?¨ªa con licencia de m¨®vil, se dipone a poner las suyas. Cuatro antenas en cada emplazamiento para el mismo servicio. Como hacer cuatro autopistas Madrid-Barcelona una al lado de la otra.
'Ya no es que haya efectos de las antenas, yo creo que en parte sufrimos los efectos del miedo a las antenas', reconoce Guisado, al que desespera abrir la ventana cada d¨ªa y ver el enorme aparato de Telef¨®nica. Adem¨¢s de su aspecto, 'la antena hac¨ªa un ruido infernal, el zumbido no nos dejaba dormir por las noches. Pusimos una denuncia por ruidos. Unos meses despu¨¦s, vinieron, hicieron una obra y ahora suena mucho menos'. Ese zumbido reafirmaba a todas horas a Guisado en que nada bueno pod¨ªa estar haciendo la estaci¨®n.
En 1994 se pusieron 200 antenas como la de Aluche. En julio de 1995, Movistar comenz¨® a dar servicio, y en cinco a?os Telef¨®nica ha llegado a las actuales 9.500 antenas de m¨®vil instaladas. 'Ya s¨¦ que parecen muchas, pero todav¨ªa quedan sitios sin cobertura. Para garantizar la cobertura en toda Espa?a necesitaremos unas 12.000 antenas', explica Cayetano Lluch. En total, el Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa cifra en 'unas 30.000' las antenas de telefon¨ªa m¨®vil operativas en Espa?a.
Las antenas de Airtel, actualmente Vodafone, comenzaron a instalarse muy poco despu¨¦s que Telef¨®nica, en octubre de 1995, con la desventaja de empezar de cero. Su directora de Dise?o de Red, Araceli Garc¨ªa, ve ahora c¨®mo apedrean a sus t¨¦cnicos: 'les han intentado volcar el coche', afirma. Garc¨ªa subraya que las antenas son imprescindibles: 'La gente debe tener claro que telefon¨ªa m¨®vil y antenas son una misma cosa. No se pueden enterrar'.
El decreto que regulaba las emisiones radioel¨¦ctricas se public¨® en septiembre de 2001, seis a?os despu¨¦s de comenzar el servicio. Mientras, el ministerio presionaba para que hubiera cobertura y ayuntamientos y comunidades de vecinos recib¨ªan suculentas ofertas para ceder espacio a las estaciones base. Alberto S¨¢enz de Ugarte, de Amena, confiesa c¨®mo 'en ese contexto, y con la presi¨®n de dar servicio cuanto antes, las compa?¨ªas tomamos muchos riesgos. Ped¨ªamos permiso y pon¨ªamos la antena antes de tener la contestaci¨®n. Ahora habr¨¢ que ver d¨®nde se pod¨ªa haber hecho mejor'.
Si la carrera de las antenas y la sensaci¨®n de impunidad de las empresas, favorecida por el caos legal, est¨¢n en el origen de una percepci¨®n negativa de las mismas, la falta de informaci¨®n es citada por todos como causa principal del p¨¢nico de estos d¨ªas. En opini¨®n de Rafael Gonz¨¢lez, profesor de Psicolog¨ªa Social de la Universidad Complutense, 'el miedo surge cuando los posibles riesgos llegan a trav¨¦s de canales informales de informaci¨®n, de los rumores. Las antenas est¨¢n por todas partes y se han puesto en cinco a?os. Y los canales oficiales de informaci¨®n no han hecho nada por frenar a los informales. El m¨®vil lo usamos todos, pero no estamos familiarizados con ¨¦l. Al rev¨¦s que con el euro: la machacona campa?a de informaci¨®n lo ha hecho familiar antes de usarlo, por eso funciona perfectamente'.
Amelia Lesmes, cliente de Movistar, no acaba de encontrar fundamento a su terror: 'Yo s¨¦ que no hay nada probado, pero lo que est¨¢ claro es que no hacen bien. Mi hijo, que es m¨¦dico, me repite una y otra vez que no hay nada probado, que no se puede demostrar nada contra las antenas. Pero luego todos los m¨¦dicos que visitamos nos dicen que ellos no vivir¨ªan cerca de una antena'. Su marido era ingeniero de telecomunicaciones, fabricaba tel¨¦fonos para Siemens, 'y durante su enfermedad s¨®lo quer¨ªa seguir viviendo para luchar contra las antenas'.
Manuel D¨ªaz Recas, director de Despliegue de la Red de Xfera, que debe ofrecer servicos de m¨®vil UMTS este mismo a?o, se desespera buscando una f¨®rmula que acabe con el miedo de los ciudadanos a las antenas que necesita instalar para hacer su trabajo. '?Qu¨¦ les puedo decir? Cuando alguien te proh¨ªbe poner una antena bas¨¢ndose en que a lo mejor dentro de 30 a?os le da c¨¢ncer, ?c¨®mo respondes?, ?c¨®mo le dices que no es as¨ª? ?No tengo argumentos! Tan s¨®lo podemos basarnos en las evidencias que tenemos, y esas evidencias avalan la tesis de que no son da?inas. Pero es incre¨ªble la falta de credibilidad del Gobierno. Un comit¨¦ de expertos de dos ministerios elabora un informe diciendo una vez m¨¢s que las antenas no son perjudiciales y no es capaz de tranquilizar a nadie'. D¨ªaz Recas describe muy gr¨¢ficamente el p¨¢nico: 'un alcalde vino a decirme que medio pueblo ten¨ªa v¨®mitos y jaquecas por culpa de una estaci¨®n nuestra. Era una antena que a¨²n no tiene ni equipo para emitir. No estaba funcionando'.
El hombre m¨¢s informado de Espa?a sobre las quejas vecinales se llama Juan Manuel Rom¨¢n. Cliente de Vodafone 'desde el d¨ªa que empezaron', recibe en su despacho de la Confederaci¨®n de Asociaciones de Vecinos de Espa?a (CAVE) 'cerca de 2.000 llamadas diarias. Esto es una locura. Es igual en todas partes, primero tienen un probleama, oyen lo de las antenas y le acaban echando la culpa'. Para Rom¨¢n, que declara sus dudas sobre la inocuidad de las antenas, 'ha habido un problema de prepotencia por parte de las compa?¨ªas, la gente s¨®lo demanda informaci¨®n'.
El pasado lunes, por ejemplo, la Polic¨ªa Municipal de Getafe (Madrid) tuvo que intervenir cuando un grupo de vecinos de la calle de C¨¢ceres se dispon¨ªa a agredir a unos operarios de Amena que fueron a revisar una instalaci¨®n. Pedro Castro, el alcalde, que paraliz¨® la concesi¨®n de nuevas licencias este a?o, declara que le hubiera gustado 'ir all¨ª con informaci¨®n. En vez de mandar polic¨ªas me hubiera gustado mandar folletos explicativos para tranquilizar a la gente, ?pero no tengo esa informaci¨®n!'.
Quiz¨¢, como insiste el alcalde de Getafe, bastaba con un poco de informaci¨®n, un poco de inter¨¦s por ambas partes. Quiz¨¢ Telef¨®nica pod¨ªa haberse entrevistado con los habitantes de la calle Mill¨¢n Astray, n¨²meros 2, 4 y 6, y explicarles qu¨¦ iba a poner all¨ª. Quiz¨¢ los vecinos pod¨ªan en estos siete a?os haber entrado en la estaci¨®n de Telef¨®nica que lleva en el barrio tanto tiempo como ellos. All¨ª se habr¨ªan encontrado con C¨¢ndido Checa -'el ¨²ltimo mono de esta empresa, no se vaya usted a creer'-. Este hombre menudo vive en Aluche desde hace 28 a?os, lleva 30 a?os trabajando en Telef¨®nica y 12 en la planta, y recuerda perfectamente el ruido que hac¨ªa el aire acondicionado que necesita la antena para funcionar, hasta que lo taparon, por una denuncia de 'los vecinos de enfrente'.
Las empresas explican el por qu¨¦ de la proliferaci¨®n
Cayetano LluchTELEF?NICADirector General de Red de Telef¨®nica M¨®viles, la primera compa?¨ªa que despleg¨® una red de telefon¨ªa m¨®vil en Espa?a. 'Lo que ha ocurrido viene de una explosi¨®n de la demanda, a la que se dio respuesta lo m¨¢s r¨¢pidamente posible. El objetivo desde el principio fue garantizar la cobertura cualquiera que fuera el n¨²mero de usuarios. En nuestro caso, aprovechamos sitios que ya ten¨ªamos. Aaparte, la regulaci¨®n de entonces compartir emplazamientos no era un requisito. Se exig¨ªa desde el Gobierno una competencia entre las redes. Sin embargo, creo que la tendencia, en un futuro, es a hacer un solo emisor de cada tres que hay actualmente. Pero la inversi¨®n necesaria para eso obliga a dejar pasar un tiempo, hasta que se amortice la red actual'. Movistar, comenz¨® su despliegue en julio de 1995 y acab¨® a finales de 2000. Tiene 17 millones de usuarios.Araceli Garc¨ªaVODAFONEDirectora de Dise?o de Red de Vodafone, la segunda operadora de Espa?a. 'Hace tiempo que las antenas est¨¢n en nuestra vida. La han tomado con las de m¨®vil porque se ven mucho y porque son m¨¢s. Lo que hemos hecho mal las compa?¨ªas es no saber explicar a la gente c¨®mo funcionan los m¨®viles. Hemos fallado en asumir ese papel social. El problema de compartir los emplazamientos es est¨¦tico, porque antenas tendr¨¢ que una por cada compa?¨ªa igualmente, pero cuando se instalaron las tres redes no hab¨ªa la conciencia urban¨ªstica que hay ahora. La gente se queja de lo que ve, y las antenas de m¨®vil se ven mucho. Tambi¨¦n ha contribuido al miedo saber que no ha habido regulaci¨®n durante muchos a?os'.Vodafone, antes Airtel, comenz¨® a emitir el 5 de octubre de 1995 y complet¨® su cobertura en 1999. En 2001 alcanz¨® los 7.600.000 clientes.Alberto S. de UgarteAMENADirector de Red de Amena, la tercera operadora en n¨²mero de clientes en Espa?a.'La gente recordar¨¢ que cuando empez¨® la telefon¨ªa m¨®vil digital, el caballo de batalla entre las empresas era la cobertura. Por eso no hab¨ªa voluntad ninguna de colaborar, porque tener m¨¢s cobertura que el otro significaba ganar m¨¢s clientes. El objetivo era crecer muy deprisa y no se ten¨ªan muy en cuenta los emplazamientos. Cuando llegamos, nosotros ya nos encontramos con un desconocimiento y un recelo de los ayuntamientos que ha mermado el desarrollo de nuestra red. Desde el Ministerio se presionaba para ofrecer servicio muy r¨¢pido, y eso oblig¨® a poner antenas antes de que se resolvieran los permisos. Tenemos que ver d¨®nde pod¨ªa haberse hecho mejor'.La red de Amena se despleg¨® entre enero de 1999 y noviembre de 2000. Tiene 5.225.000 usuariose.Manuel D¨ªaz RecasXFERADirector de Despliegue de Red de la cuarta operadora de m¨®vil, con licencia para ofrecer voz, datos e Internet con tecnolog¨ªa UMTS.'En nuestro caso, la prioridad absoluta es aprovechar las infraestructuras ya existentes y minimizar el impacto visual. La alarma social ha tenido un efecto tremendo en las compa?¨ªas en t¨¦rminos de gesti¨®n y ubicaci¨®n de las antenas. Por un lado, hemos tomado nota de la situaci¨®n y empezamos ya con esas condiciones. Por otro, llegamos en pleno incremento de la alarma social. Nuestras antenas est¨¢n camufladas, mimetizadas con el paisaje [en forma de salidas de humos, por ejemplo]. Se estudia una por una el impacto visual. Cualquier cosa con tal de que no se vean. El coste es enorme'.Xfera comenz¨® a poner antenas en enero de 2001. A¨²n no emite por el retraso de la tecnolog¨ªa UMTS.
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