?C¨®mo deben ense?ar nuestros colegios?
Dos concepciones de la educaci¨®n se enfrentan por la mejora de la calidad de la ense?anza
En una de las clases de tercero de la ESO (ense?anza secundaria obligatoria) del edificio B del instituto Isabel la Cat¨®lica, del centro de Madrid, comparten pupitre Carmen, de 15 a?os, y Pedro, de 16. Es viernes 9 de febrero, primera hora, y el profesor Manuel Menor imparte su clase de Historia. Hoy toca analizar los distintos tipos de monarqu¨ªa (absolutas, autoritarias). En la clase hay diez personas desperdigadas en mesas que no guardan precisamente un orden sim¨¦trico. S¨®lo dos atienden claramente a la explicaci¨®n y toman notas, pese a que el profesor ha llamado varias veces la atenci¨®n. Pedro y Carmen juegan a pincharse con un bol¨ªgrafo por debajo de la mesa y preguntan la hora cada cinco minutos a una compa?era que se sienta en la otra punta de la clase. Mientras, como mitigando el aburrimiento, pintan en un cuaderno ya repleto de garabatos.
El sector m¨¢s conflictivo es la franja que va de los 14 a los 16 a?os: tercero y cuarto de E.S.O.
El descuido de la educaci¨®n de los hijos en el seno familiar es un factor del deterioro
S¨®lo un 5% del alumnado quiere dejar sus estudios tras la ense?anza obligatoria
-?No tom¨¢is notas?
-Es que no nos gusta sociales.
La respuesta es de Carmen, que baja la cabeza y sonr¨ªe, mientras se pone el abrigo y recoge sus cosas antes de que termine la explicaci¨®n, porque sabe que sonar¨¢ el timbre en cualquier momento.
'No es que no les gusten las sociales, es que no les gusta nada. Preg¨²ntale al resto de los profesores', dice Manuel Menor, un profesor veterano que lleva m¨¢s de treinta a?os en la ense?anza y m¨¢s de veinte en el instituto Isabel la Cat¨®lica, el centro que eligi¨® el pasado martes la ministra para reunirse con profesores de toda la Comunidad.
Carmen y Pedro son s¨®lo dos de los m¨¢s de dos millones de j¨®venes que cursan ESO en Espa?a, dos de los 1.300.000 adolescentes que lo hacen en alguno de los 6.500 centros p¨²blicos de educaci¨®n secundaria del pa¨ªs. Pero adem¨¢s pertenecen al colectivo, cada vez m¨¢s heter¨®geneo, de adolescentes con dificultades de aprendizaje, ante los que el profesorado parece sentirse desbordado.
'Necesitan otro tipo de atenci¨®n. Son chavales con un retraso acumulado a lo largo de los a?os. No basta con hacerlos repetir, necesitan otra cosa', comenta el profesor Menor. Ponerle nombre a esa otra cosa es lo que est¨¢ trayendo de cabeza a toda la comunidad educativa.
Todos, profesorado, padres, estudiantes y Administraci¨®n, est¨¢n de acuerdo en que hay que hacer algo que mejore la calidad del sistema educativo (estudios de la OCDE revelan que el nivel de conocimientos de ciencias y matem¨¢ticas, as¨ª como el de lengua y la comprensi¨®n escrita de los j¨®venes estudiantes espa?oles, est¨¢n significativamente por debajo de la media europea). Pero estos d¨ªas, tras el anuncio de las directrices de la reforma de la educaci¨®n planteadas por la ministra Pilar del Castillo con la llamada Ley de Calidad (nuevos itinerarios, rev¨¢lidas y m¨¢s posibilidades de repetir cursos), el cambio parece m¨¢s inminente que nunca y la comunidad educativa anda revuelta.
La necesidad de una definici¨®n de lo que se entiende por calidad educativa, de un diagn¨®stico de la situaci¨®n actual y de un tratamiento adecuado que palie los problemas ponen de relieve los acuerdos y desacuerdos.
Por ejemplo, en relaci¨®n al diagn¨®stico, existen grandes acuerdos sobre el cambio que ha significado la ampliaci¨®n de la educaci¨®n obligatoria hasta los 16 a?os: 'Antes, a los 14 a?os se produc¨ªa el corte. Unos segu¨ªan hacia el bachillerato; otros, hacia la formaci¨®n profesional, y otros se quedaban con el t¨ªtulo de graduado escolar (ya sumamente devaluado) para insertarse en el mercado laboral. Ahora, desde que se implant¨® la LOGSE (Ley Org¨¢nica General del Sistema Educativo), todos los alumnos de 14 a 16 a?os est¨¢n escolarizados por ley, y son edades especialmente conflictivas. Hay m¨¢s ni?os que aprenden m¨¢s y tambi¨¦n una situaci¨®n m¨¢s compleja', explica Jos¨¦ Ram¨®n Novo, secretario general de la Federaci¨®n de Trabajadores de la Ense?anza de UGT. Tambi¨¦n hay coincidencia con respecto a cambios sociol¨®gicos producidos: 'La incorporaci¨®n de la mujer al mercado laboral implica que el ni?o o adolescente pasa m¨¢s tiempo solo y est¨¢ menos controlado. Aumenta su sentido de la autonom¨ªa y ya no son tan d¨®ciles, sobre todo a esas edades de 14 a 16 a?os, donde se concentran los principales problemas. Adem¨¢s, ha habido un claro aumento de la escolarizaci¨®n de poblaci¨®n inmigrante como consecuencia de que Espa?a se ha convertido en pa¨ªs de destino. En consecuencia, la diversidad de necesidades que hay que atender es enorme', comenta el secretario general de la Federaci¨®n de Ense?anza de CC OO, Fern¨¢ndo Lezcano.
Los estudios citados y utilizados por la ministra de Educaci¨®n para hacer su propuesta tambi¨¦n lo recogen: 'La expansi¨®n masiva del sistema y la comprehensividad (pilares del sistema LOGSE) son contempladas por algunos como factores que han llevado al deterioro de la escuela', dice el estudio de La Caixa La familia espa?ola ante la educaci¨®n de sus hijos. Adem¨¢s, contin¨²a el mismo estudio, 'los cambios que se han producido en la familia han podido llevar a ¨¦sta a descuidar la educaci¨®n de los hijos, y dejarla en manos de la escuela y de otros agentes de socializaci¨®n (como los amigos o los medios de comunicaci¨®n)'.
El mismo estudio fija algunos s¨ªntomas b¨¢sicos: el descenso de conocimientos fundamentales, la indisciplina y la desmotivaci¨®n del alumnado. Y puntualiza que hay un sector importante de la comunidad educativa que considera 'que el deterioro afecta mucho m¨¢s a los centros p¨²blicos que a los privados, puesto que estos ¨²ltimos llevan a cabo una selecci¨®n de su alumnado que les permite contar con grupos de estudiantes mejor formados'.
De hecho, uno de los factores que se?alan los profesores de la escuela p¨²blica es 'la presencia cada vez mayor de alumnos cuyos padres no tienen cualificaci¨®n', comenta Manuel Menor, aludiendo a una parte importante de los m¨¢s de 1.500 alumnos de secundaria del centro Isabel la Cat¨®lica.
Diagnosticados los problemas principales, el debate se desplaza hacia el tratamiento adecuado para conseguir una educaci¨®n de calidad. La ministra de Educaci¨®n, Pilar del Castillo, sorprend¨ªa esta semana con las citadas propuestas (v¨¦ase gr¨¢fico de la p¨¢gina 32) pero escasamente desarrolladas: la creaci¨®n de cuatro posibles itinerarios (dirigidos hacia el bachillerato, la formaci¨®n profesional, la inserci¨®n laboral y la garant¨ªa social) a elegir por los alumnos a los 14 a?os; es decir, al terminar segundo de la ESO; la posibilidad de repetir en cualquier curso, siempre que no se hayan logrado los objetivos correspondientes, frente al tope de dos veces que establece la LOGSE en toda la ense?anza obligatoria (primaria y secundaria), y la aparici¨®n de una prueba general de bachillerato (PGB), m¨¢s conocida como rev¨¢lida, para obtener el t¨ªtulo de bachillerato, no como v¨ªa de acceso a otros estudios. La cuesti¨®n es, ?son ¨¦sas las soluciones a los problemas descritos?
'La obligatoriedad de escolarizar a los ni?os hasta los 16 a?os ha provocado que muchos est¨¦n en el sistema educativo contra su voluntad. A ¨¦sos es necesario escolarizarlos en otros niveles y en otros itinerarios en funci¨®n de sus capacidades, porque perjudican al resto y a ellos mismos. Por otra parte, el hecho de que los chavales tengan que repetir o examinarse es positivo, porque les entrena para hacer frente, mediante su esfuerzo, a una sociedad que es competitiva y exigente', comenta Enrique P¨¦rez, vicepresidente nacional de la Confederaci¨®n Cat¨®lica Nacional de Asociaciones de Padres de Alumnos (Concapa).
Por contra, Eulalia Vaquero, presidenta de la Confederaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Padres de Alumnos (CEAPA), asegura que 'los itinerarios no est¨¢n pensados para aquellos alumnos con dificultades. En la mayor¨ªa de los casos los problemas est¨¢n asociados a cuestiones de car¨¢cter sociocultural y econ¨®mico. Siempre los mismos har¨ªan los mismos itinerarios y se reproducir¨ªa as¨ª la desigualdad social en las propias escuelas, en lugar de compensarlas. La atenci¨®n a la diversidad ahora no funciona, pero funcionar¨ªa con un buen apoyo y una dotaci¨®n de recursos humanos y materiales. La rev¨¢lida y las repeticiones son anecd¨®ticas en esta situaci¨®n'.
Si de los alumnos y las familias depende el optar por uno u otro itinerario, otro de los estudios citados por Pilar del Castillo, el realizado por Instituto Idea -La calidad de la educaci¨®n vista por profesores, alumnos y padres-, se?ala que un 74,3% del alumnado desea finalizar una carrera universitaria, mientras que s¨®lo un 5% abandonar¨ªa los estudios al acabar la escolarizaci¨®n obligatoria.
'Estamos muy insatisfechos con el actual sistema educativo. Somos los primeros en exigir una reforma', dice Miguel Jim¨¦nez, portavoz del Sindicato de Estudiantes. 'Pero el problema no se soluciona poniendo m¨¢s ex¨¢menes, ni creando itinerarios a edades m¨¢s tempranas, sino invirtiendo en educaci¨®n un 7% del PIB, que es la media europea, y no un 4,5%, que es lo que se invierte en Espa?a -en el a?o 2000 se invirti¨® medio bill¨®n de pesetas menos en educaci¨®n que en 1993, seg¨²n el ¨²ltimo informe del Consejo Escolar del Estado-. No parece l¨®gico homologarse con la UE s¨®lo en el tema de la rev¨¢lida, ?no?', concluye.
'Un examen que suponga revalidar lo validado en el bachillerato s¨®lo muestra una desconfianza en el sistema. Entonces lo que habr¨¢ que evaluar ser¨¢ al sistema, no a los estudiantes', a?ade Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa, presidente del sindicatos de estudiantes CANAE.
'La complejidad de los centros docentes reclama m¨¢s profesionales en tareas pedag¨®gicas. Hay que frenar la promoci¨®n autom¨¢tica y potenciar una cultura de rigor y esfuerzo, a la vez que se dignifica la profesi¨®n docente y se le da amparo legal suficiente para mejorar la gobernabilidad de los centros', manifiesta Daniel Lucendo, presidente de ANPE (sindicato independiente de la ense?anza).
El debate est¨¢ abierto. Dos concepciones de la calidad educativa lo protagonizan: una que parte de que la educaci¨®n debe servir para compensar las desigualdades y otra que, asumiendo las desigualdades, plantea que haya opciones que se ajusten a las mismas. Del resultado de este debate depender¨¢ nada menos que la sociedad del futuro.En una de las clases de tercero de la ESO (ense?anza secundaria obligatoria) del edificio B del instituto Isabel la Cat¨®lica, del centro de Madrid, comparten pupitre Carmen, de 15 a?os, y Pedro, de 16. Es viernes 9 de febrero, primera hora, y el profesor Manuel Menor imparte su clase de Historia. Hoy toca analizar los distintos tipos de monarqu¨ªa (absolutas, autoritarias). En la clase hay diez personas desperdigadas en mesas que no guardan precisamente un orden sim¨¦trico. S¨®lo dos atienden claramente a la explicaci¨®n y toman notas, pese a que el profesor ha llamado varias veces la atenci¨®n. Pedro y Carmen juegan a pincharse con un bol¨ªgrafo por debajo de la mesa y preguntan la hora cada cinco minutos a una compa?era que se sienta en la otra punta de la clase. Mientras, como mitigando el aburrimiento, pintan en un cuaderno ya repleto de garabatos.
-?No tom¨¢is notas?
-Es que no nos gusta sociales.
La respuesta es de Carmen, que baja la cabeza y sonr¨ªe, mientras se pone el abrigo y recoge sus cosas antes de que termine la explicaci¨®n, porque sabe que sonar¨¢ el timbre en cualquier momento.
'No es que no les gusten las sociales, es que no les gusta nada. Preg¨²ntale al resto de los profesores', dice Manuel Menor, un profesor veterano que lleva m¨¢s de treinta a?os en la ense?anza y m¨¢s de veinte en el instituto Isabel la Cat¨®lica, el centro que eligi¨® el pasado martes la ministra para reunirse con profesores de toda la Comunidad.
Carmen y Pedro son s¨®lo dos de los m¨¢s de dos millones de j¨®venes que cursan ESO en Espa?a, dos de los 1.300.000 adolescentes que lo hacen en alguno de los 6.500 centros p¨²blicos de educaci¨®n secundaria del pa¨ªs. Pero adem¨¢s pertenecen al colectivo, cada vez m¨¢s heter¨®geneo, de adolescentes con dificultades de aprendizaje, ante los que el profesorado parece sentirse desbordado.
'Necesitan otro tipo de atenci¨®n. Son chavales con un retraso acumulado a lo largo de los a?os. No basta con hacerlos repetir, necesitan otra cosa', comenta el profesor Menor. Ponerle nombre a esa otra cosa es lo que est¨¢ trayendo de cabeza a toda la comunidad educativa.
Todos, profesorado, padres, estudiantes y Administraci¨®n, est¨¢n de acuerdo en que hay que hacer algo que mejore la calidad del sistema educativo (estudios de la OCDE revelan que el nivel de conocimientos de ciencias y matem¨¢ticas, as¨ª como el de lengua y la comprensi¨®n escrita de los j¨®venes estudiantes espa?oles, est¨¢n significativamente por debajo de la media europea). Pero estos d¨ªas, tras el anuncio de las directrices de la reforma de la educaci¨®n planteadas por la ministra Pilar del Castillo con la llamada Ley de Calidad (nuevos itinerarios, rev¨¢lidas y m¨¢s posibilidades de repetir cursos), el cambio parece m¨¢s inminente que nunca y la comunidad educativa anda revuelta.
La necesidad de una definici¨®n de lo que se entiende por calidad educativa, de un diagn¨®stico de la situaci¨®n actual y de un tratamiento adecuado que palie los problemas ponen de relieve los acuerdos y desacuerdos.
Por ejemplo, en relaci¨®n al diagn¨®stico, existen grandes acuerdos sobre el cambio que ha significado la ampliaci¨®n de la educaci¨®n obligatoria hasta los 16 a?os: 'Antes, a los 14 a?os se produc¨ªa el corte. Unos segu¨ªan hacia el bachillerato; otros, hacia la formaci¨®n profesional, y otros se quedaban con el t¨ªtulo de graduado escolar (ya sumamente devaluado) para insertarse en el mercado laboral. Ahora, desde que se implant¨® la LOGSE (Ley Org¨¢nica General del Sistema Educativo), todos los alumnos de 14 a 16 a?os est¨¢n escolarizados por ley, y son edades especialmente conflictivas. Hay m¨¢s ni?os que aprenden m¨¢s y tambi¨¦n una situaci¨®n m¨¢s compleja', explica Jos¨¦ Ram¨®n Novo, secretario general de la Federaci¨®n de Trabajadores de la Ense?anza de UGT. Tambi¨¦n hay coincidencia con respecto a cambios sociol¨®gicos producidos: 'La incorporaci¨®n de la mujer al mercado laboral implica que el ni?o o adolescente pasa m¨¢s tiempo solo y est¨¢ menos controlado. Aumenta su sentido de la autonom¨ªa y ya no son tan d¨®ciles, sobre todo a esas edades de 14 a 16 a?os, donde se concentran los principales problemas. Adem¨¢s, ha habido un claro aumento de la escolarizaci¨®n de poblaci¨®n inmigrante como consecuencia de que Espa?a se ha convertido en pa¨ªs de destino. En consecuencia, la diversidad de necesidades que hay que atender es enorme', comenta el secretario general de la Federaci¨®n de Ense?anza de CC OO, Fern¨¢ndo Lezcano.
Los estudios citados y utilizados por la ministra de Educaci¨®n para hacer su propuesta tambi¨¦n lo recogen: 'La expansi¨®n masiva del sistema y la comprehensividad (pilares del sistema LOGSE) son contempladas por algunos como factores que han llevado al deterioro de la escuela', dice el estudio de La Caixa La familia espa?ola ante la educaci¨®n de sus hijos. Adem¨¢s, contin¨²a el mismo estudio, 'los cambios que se han producido en la familia han podido llevar a ¨¦sta a descuidar la educaci¨®n de los hijos, y dejarla en manos de la escuela y de otros agentes de socializaci¨®n (como los amigos o los medios de comunicaci¨®n)'.
El mismo estudio fija algunos s¨ªntomas b¨¢sicos: el descenso de conocimientos fundamentales, la indisciplina y la desmotivaci¨®n del alumnado. Y puntualiza que hay un sector importante de la comunidad educativa que considera 'que el deterioro afecta mucho m¨¢s a los centros p¨²blicos que a los privados, puesto que estos ¨²ltimos llevan a cabo una selecci¨®n de su alumnado que les permite contar con grupos de estudiantes mejor formados'.
De hecho, uno de los factores que se?alan los profesores de la escuela p¨²blica es 'la presencia cada vez mayor de alumnos cuyos padres no tienen cualificaci¨®n', comenta Manuel Menor, aludiendo a una parte importante de los m¨¢s de 1.500 alumnos de secundaria del centro Isabel la Cat¨®lica.
Diagnosticados los problemas principales, el debate se desplaza hacia el tratamiento adecuado para conseguir una educaci¨®n de calidad. La ministra de Educaci¨®n, Pilar del Castillo, sorprend¨ªa esta semana con las citadas propuestas (v¨¦ase gr¨¢fico de la p¨¢gina 32) pero escasamente desarrolladas: la creaci¨®n de cuatro posibles itinerarios (dirigidos hacia el bachillerato, la formaci¨®n profesional, la inserci¨®n laboral y la garant¨ªa social) a elegir por los alumnos a los 14 a?os; es decir, al terminar segundo de la ESO; la posibilidad de repetir en cualquier curso, siempre que no se hayan logrado los objetivos correspondientes, frente al tope de dos veces que establece la LOGSE en toda la ense?anza obligatoria (primaria y secundaria), y la aparici¨®n de una prueba general de bachillerato (PGB), m¨¢s conocida como rev¨¢lida, para obtener el t¨ªtulo de bachillerato, no como v¨ªa de acceso a otros estudios. La cuesti¨®n es, ?son ¨¦sas las soluciones a los problemas descritos?
'La obligatoriedad de escolarizar a los ni?os hasta los 16 a?os ha provocado que muchos est¨¦n en el sistema educativo contra su voluntad. A ¨¦sos es necesario escolarizarlos en otros niveles y en otros itinerarios en funci¨®n de sus capacidades, porque perjudican al resto y a ellos mismos. Por otra parte, el hecho de que los chavales tengan que repetir o examinarse es positivo, porque les entrena para hacer frente, mediante su esfuerzo, a una sociedad que es competitiva y exigente', comenta Enrique P¨¦rez, vicepresidente nacional de la Confederaci¨®n Cat¨®lica Nacional de Asociaciones de Padres de Alumnos (Concapa).
Por contra, Eulalia Vaquero, presidenta de la Confederaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Padres de Alumnos (CEAPA), asegura que 'los itinerarios no est¨¢n pensados para aquellos alumnos con dificultades. En la mayor¨ªa de los casos los problemas est¨¢n asociados a cuestiones de car¨¢cter sociocultural y econ¨®mico. Siempre los mismos har¨ªan los mismos itinerarios y se reproducir¨ªa as¨ª la desigualdad social en las propias escuelas, en lugar de compensarlas. La atenci¨®n a la diversidad ahora no funciona, pero funcionar¨ªa con un buen apoyo y una dotaci¨®n de recursos humanos y materiales. La rev¨¢lida y las repeticiones son anecd¨®ticas en esta situaci¨®n'.
Si de los alumnos y las familias depende el optar por uno u otro itinerario, otro de los estudios citados por Pilar del Castillo, el realizado por Instituto Idea -La calidad de la educaci¨®n vista por profesores, alumnos y padres-, se?ala que un 74,3% del alumnado desea finalizar una carrera universitaria, mientras que s¨®lo un 5% abandonar¨ªa los estudios al acabar la escolarizaci¨®n obligatoria.
'Estamos muy insatisfechos con el actual sistema educativo. Somos los primeros en exigir una reforma', dice Miguel Jim¨¦nez, portavoz del Sindicato de Estudiantes. 'Pero el problema no se soluciona poniendo m¨¢s ex¨¢menes, ni creando itinerarios a edades m¨¢s tempranas, sino invirtiendo en educaci¨®n un 7% del PIB, que es la media europea, y no un 4,5%, que es lo que se invierte en Espa?a -en el a?o 2000 se invirti¨® medio bill¨®n de pesetas menos en educaci¨®n que en 1993, seg¨²n el ¨²ltimo informe del Consejo Escolar del Estado-. No parece l¨®gico homologarse con la UE s¨®lo en el tema de la rev¨¢lida, ?no?', concluye.
'Un examen que suponga revalidar lo validado en el bachillerato s¨®lo muestra una desconfianza en el sistema. Entonces lo que habr¨¢ que evaluar ser¨¢ al sistema, no a los estudiantes', a?ade Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa, presidente del sindicatos de estudiantes CANAE.
'La complejidad de los centros docentes reclama m¨¢s profesionales en tareas pedag¨®gicas. Hay que frenar la promoci¨®n autom¨¢tica y potenciar una cultura de rigor y esfuerzo, a la vez que se dignifica la profesi¨®n docente y se le da amparo legal suficiente para mejorar la gobernabilidad de los centros', manifiesta Daniel Lucendo, presidente de ANPE (sindicato independiente de la ense?anza).
El debate est¨¢ abierto. Dos concepciones de la calidad educativa lo protagonizan: una que parte de que la educaci¨®n debe servir para compensar las desigualdades y otra que, asumiendo las desigualdades, plantea que haya opciones que se ajusten a las mismas. Del resultado de este debate depender¨¢ nada menos que la sociedad del futuro.
Los profesores, fuente de informaci¨®n de la ministra
Se celebraba el seminario sobre Los educadores en la sociedad del siglo XXI. El lugar, el sal¨®n de plenos del Consejo Escolar del Estado, m¨¢ximo ¨®rgano consultivo del Ministerio de Educaci¨®n. All¨ª se daban cita el pasado mi¨¦rcoles profesores de toda Espa?a, agrupaciones de padres, sindicatos de estudiantes, sindicatos de la ense?anza. Las medidas sobre la reforma educativa anunciadas el d¨ªa anterior por la ministra Pilar del Castillo eran el tema preferido de conversaci¨®n. En aqu¨¦llas se produce un cambio de agenda y expectaci¨®n total: 'La ministra viene a la una', se repet¨ªa por los pasillos. Acompa?ada por el presidente del Consejo Escolar del Estado, Alfredo Mayorga, la ministra entra en el sal¨®n de plenos y el aforo (lleno) responde con escasos aplausos. 'Hemos tenido reuniones con profesores. Ellos son mi principal fuente de informaci¨®n. En las m¨²ltiples ocasiones que he estado en los cursos de la Universidad Men¨¦ndez Pelayo, he tenido ocasi¨®n de hablar con los profesores durante el aperitivo y me ratifico en que las propuestas que hacemos son adecuadas', explicaba la ministra a los asistentes, despu¨¦s de contar sus propuestas de reforma. Y daba las gracias por la invitaci¨®n. '?Perd¨®n!, soy Luis', un hombre levant¨® la mano y se puso en pie. No le dio tiempo a decir su apellido: 'No hay debate, hay un vino espa?ol', intervino Mayorga en medio de la tensi¨®n de los presentes. 'No hay debate. Para hablar de la calidad de la educaci¨®n, qu¨¦ mejor que un vino espa?ol', ironizaba uno de los asistentes. Y preguntada en el aperitivo: -?Ministra, por qu¨¦ no ha dejado que surja el debate, qu¨¦ mejor ocasi¨®n? -Porque lo plantearemos en el pr¨®ximo Consejo Escolar. Las cosas deben seguir su curso.
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