El presidente Jiang Zemin se resiste a dejar el poder en China
La divisi¨®n de la c¨²pula comunista pone en peligro la sucesi¨®n ordenada
En medio del secretismo que rodea siempre al liderazgo chino se ha filtrado que el presidente Jiang Zemin, de 75 a?os, se resiste a abandonar el poder, apoyado en su intento por otros muchos que tambi¨¦n deb¨ªan seguirle en la jubilaci¨®n y por numerosos dirigentes provinciales que temen que la renovaci¨®n de la c¨²pula comunista desate una lucha contra la corrupci¨®n que siente a miles de ellos en el banquillo.
Las maniobras de Jiang para permanecer al frente del Partido Comunista Chino (PCCh) han retrasado la convocatoria del XVI Congreso, que deb¨ªa celebrarse a finales de septiembre y en el que supuestamente Jiang deb¨ªa entregar el testigo a Hu Jintao, de 59 a?os y l¨ªder de la llamada cuarta generaci¨®n.
Como viene ocurriendo desde que se fund¨® el PCCh hace ya 81 a?os, las luchas intestinas por el poder en el pa¨ªs m¨¢s poblado del planeta, 1.300 millones de habitantes, dificultan la tarea de quienes pretenden avanzar en la modernizaci¨®n del Imperio del Centro. En medios diplom¨¢ticos acreditados en Pek¨ªn se teme que los intentos de Jiang de perpetuarse, m¨¢s all¨¢ incluso de lo establecido por Deng Xiaoping -el hombre que lo encumbr¨®-, puede desatar el caos y la inestabilidad en el momento en que biol¨®gicamente se fuerce el relevo.
Analistas chinos sostienen que Jiang estar¨ªa dispuesto a retirarse de la escena pol¨ªtica si tuviese la capacidad de Deng de ejercer el poder en la sombra. Deng se qued¨® tan s¨®lo con la presidencia de la Comisi¨®n Militar Central, que controla al Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n, pero Jiang, falto del carisma de los grandes timoneles Mao Zedong y Deng Xiaoping, no quiere abandonar su silla en el Comit¨¦ Permanente del Bur¨® Pol¨ªtico, el ¨®rgano m¨¢s poderoso de China.
Li Peng, actual n¨²mero dos del partido, presidente de la Asamblea Popular Nacional (APN) y m¨¢ximo representante de la ortodoxia en la c¨²pula comunista, lo apoya plenamente, porque si Jiang no se va ¨¦l tampoco. ?ste es tambi¨¦n el caso de otros muchos septuagenarios entre los 338 miembros del Comit¨¦ Central.
Quien controle la mayor¨ªa de las siete sillas del Comit¨¦ Permanente tiene el b¨¢culo de China. De ah¨ª las arduas negociaciones que se realizan estos d¨ªas en las tranquilas aguas de Beidahe, al noreste de Pek¨ªn, donde veranea la nomenclatura.
La designaci¨®n se complica por el hecho de que Hu no es el heredero elegido por Jiang, sino que se lo impuso Deng en 1992. El hombre del presidente es Zeng Qingjong, y Jiang Zemin quiere que Zeng y otros dos fieles, Li Changchun, jefe del partido en la pr¨®spera provincia de Guangdong (sur de China); y Li Lanqing, viceprimer ministro, accedan al Comit¨¦ Permanente, lo que le facilitar¨ªa gobernar desde las bambalinas.
A ese comit¨¦ deb¨ªan acceder tambi¨¦n Wen Jiabao, actual viceprimer ministro, responsable de agricultura y finanzas, y el hombre que se perfila para suceder a Zhu Rongji al frente del Gobierno, y Li Ruihuan, un reformista hist¨®rico que ya es miembro del Bur¨® Pol¨ªtico y que se vislumbra como sustituto de Li Peng, con cuya salida los comunistas ortodoxos perder¨ªan una importante baza.
En cualquier caso, el XVI Congreso no podr¨¢ celebrarse m¨¢s all¨¢ de final de a?o -ahora se habla de noviembre-, para dejar un tiempo m¨ªnimo antes de que en marzo pr¨®ximo se re¨²na el pleno de la APN. En esa sesi¨®n, seg¨²n la Constituci¨®n, Jiang tendr¨¢ que abandonar la presidencia de la Rep¨²blica al cumplir su segundo mandato, Zhu la jefatura del Gobierno y Li la presidencia de la APN.
Los enorme retos que enfrenta el PCCh, cuya c¨²pula es consciente de que s¨®lo moderniz¨¢ndolo y abri¨¦ndolo podr¨¢ sobrevivir, parecen estar detr¨¢s de la decisi¨®n de Jiang de permanecer al mando del partido. Se baraja incluso la posibilidad de restablecer el cargo de presidente, que ser¨ªa m¨¢s bien honor¨ªfico. El peso del trabajo recaer¨ªa en el secretario general del PCCh, pero esta f¨®rmula instaurar¨ªa plenamente la direcci¨®n colegiada que se ha iniciado con Jiang.
A pesar de contar con 64 millones de miembros (14 millones m¨¢s que hace 20 a?os), el PCCh ha perdido popularidad sobre todo entre la juventud y la poblaci¨®n urbana, las m¨¢s implicadas en la modernizaci¨®n de China. De ah¨ª la necesidad de adecuarlo a los nuevos tiempos. La Academia de Ciencias Sociales de China reconoce que existe una clase media emergente y que el principal reto que tiene el partido es impulsarla y acompa?arla en su crecimiento y en sus intereses que, como en otras sociedades, pasan por el coche, el apartamento y la democracia.
Modernizar el marxismo
Jiang Zemin pronunci¨® en mayo pasado su teor¨ªa de las tres representaciones, considerada como su testamento pol¨ªtico. En ella hace hincapi¨¦ en la necesaria 'transformaci¨®n del marxismo' a fin de que China 'evolucione con su tiempo'.El testamento de Jiang deja las puertas abiertas a la reforma del PCCh y Hu Jintao se ha mostrado dispuesto a abordarla. En este mismo sentido, la Academia de Ciencias Sociales de China ha presentado un informe que sostiene que las teor¨ªas de Marx 'no son las m¨¢s apropiadas' para la sociedad china contempor¨¢nea. Por el contrario, el ala ortodoxa sostiene que los 'efectos negativos' de la reforma, como el descontento creciente por el aumento de las desigualdades entre el campo y la ciudad y entre ricos y pobres amenazan seriamente la estabilidad de China.
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