Llega a Marte el robot ge¨®logo de la NASA
'Spirit', un veh¨ªculo todoterreno avanzado, desciende sobre el suelo del planeta rojo para explorarlo durante tres meses
"Hemos vuelto. Estoy muy muy orgulloso de este equipo y estamos en Marte", proclam¨® Sean O' Keefe, director de la NASA. El robot Spirit, un veh¨ªculo del tama?o de un carricoche de golf, acababa de llegar al suelo de Marte sano y salvo. Eran las 5,35 de la madrugada, hora peninsular (¨²ltima hora del s¨¢bado en California). Varios centenares de personas segu¨ªan en directo las operaciones en el JPL, a cuya sala de control llegaban las se?ales de lo que estaba pasando en Marte, a 170 millones de kil¨®metros de distancia. Unas tres horas despu¨¦s aparecieron en las pantallas las primeras fotograf¨ªas tomadas por el robot a¨²n plegado dentro del m¨®dulo de descenso, en las que se aprecia el polvoriento y rocoso lugar donde est¨¢. Las im¨¢genes, en blanco y negro pero en est¨¦reo, fueron las primeras postales enviadas por el robot ge¨®logo.
En ellas los entusiasmados cient¨ªficos e ingenieros de la misi¨®n empezaron a reconocer el terreno en que se desenvolver¨¢ su enviado mec¨¢nico durante los pr¨®ximos tres meses como m¨ªnimo. "El sitio es casi... como hecho a medida para nuestro veh¨ªculo. Es un glorioso cr¨¢ter; hemos dado con lo que el equipo considera un caramelo cient¨ªfico", coment¨® inmediatamente el investigador principal de la misi¨®n, Steve Squyres, informa Reuters. "Las im¨¢genes son sobresalientes. Es incre¨ªble, no pod¨ªan ser mejor", exclam¨® el responsable cient¨ªfico del programa Mars Exploration Rover, John Callas.
Para el pr¨®ximo d¨ªa 25 est¨¢ prevista la llegada al planeta rojo de Opportunity, el gemelo de Spirit, que a¨²n esta de viaje. Cada uno de estos laboratorios geol¨®gicos m¨®viles debe trabajar durante 90 d¨ªas marcianos (92 d¨ªas terrestres) como m¨ªnimo.
Pasado ese tiempo los paneles solares no ser¨¢n capaces, en pricipio, de suministrar la necesaria energ¨ªa. El robot, que ha recorrido 487 millones de kil¨®metros, fue lanzado desde Cabo Ca?averal (Florida) el pasado 10 de junio, tres dias despu¨¦s que su gemelo Opportunity. El coste de la misi¨®n (con los dos veh¨ªculos) asciende a 820 millones de d¨®lares.
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Spirit cay¨®, como estaba previsto, en una elipse imaginaria de 62 kil¨®metros de largo por 3 de ancho, tras el peligroso descenso de seis minutos por la atm¨®sfera marciana, efectuado con la ayuda del caparaz¨®n de protecci¨®n t¨¦rmica, paraca¨ªdas, retropropulsores para frenar y dirigir el descenso y, finalmente, los airbags. Durante toda la delicada operaci¨®n, la nave estuvo enviando escuetas se?ales que indicaban a los controladores en Tierra que se iba cumpliendo la secuencia de maniobras.
Con los airbags, en la baja gravedad de Marte, el m¨®dulo dio varios botes y se revolc¨® por el suelo a lo largo de un kil¨®metro y medio. Durante esa agitada llegada al suelo la antena no pod¨ªa estar apuntada, y el silencio provoc¨® la m¨¢xima tensi¨®n en JPL. La recuperaci¨®n de la voz de Spirit al pararse se celebr¨® con euforia. Despu¨¦s, al ver las primeras fotos recibidas, los expertos se fijaron en una roca afilada que, al parecer, el m¨®dulo envuelto en airbags esquiv¨® por muy poco.
"Para lograr hacer esta misi¨®n, hemos reunido al mejor equipo de mujeres y hombres j¨®venes que este pa¨ªs puede juntar. Otros centros de la NASA han hecho tambi¨¦n un trabajo esencial, as¨ª como los socios industriales y acad¨¦micos", declar¨® Charles Elachi, director de JPL, que es un centro dependiente del Instituto de Tecnolog¨ªa de California (Caltech). La misi¨®n preocupaba mucho a la NASA, ya que un fracaso que se a?adiera al negro a?o 2003, en que ocurri¨® el accidente del transbordador Columbia, hubiera sido m¨¢s desastroso a¨²n que la p¨¦rdida, en 1999, de tres sondas autom¨¢ticas en el planeta rojo.
Spirit lleg¨® a Marte unas cuatro horas antes de la puesta de sol en el cr¨¢ter Gusev. Nada m¨¢s llegar, el m¨®dulo inici¨® las cr¨ªticas maniobras de recoger los airbags y abrir sus p¨¦talos para dejar al descubierto el rover, que ha viajado plegado dentro. El despliegue de una de las antenas del veh¨ªculo, as¨ª como de los paneles solares y del m¨¢stil con la c¨¢mara, fueron sus primeras operaciones.
Pero Spirit tardar¨¢ m¨¢s de una semana en estar en plena forma de trabajo. Tendr¨¢ que estirar sus patas con ruedas y comprobar la suspensi¨®n, verificar los equipos de abordo y medir muy bien sus primeros pasos, antes de que se suelten autom¨¢ticamente los resortes que lo mantienen fijada al m¨®dulo y pueda empezar a bajar por una de sus rampas. Pero la c¨¢mara y el identificador de minerales por infrarrojo empezar¨¢n a trabajar enseguida. As¨ª, sobre la informaci¨®n que estos instrumentos env¨ªen, podr¨¢n los cient¨ªficos decidir ad¨®nde debe ir primero y confeccionar el plan de trabajo.
La radiose?al que env¨ªa tarda casi 10 minutos en recorrer, a la velocidad de la luz, los 170 millones de kil¨®metros que separan ahora Marte de la Tierra. Con el mismo retraso le llegan las ¨®rdenes de JPL, transmitidas a trav¨¦s de las antenas de la Red de Espacio Profundo de la NASA en California, Australia y Madrid (Robledo de Chavela).
Llegar al suelo de Marte tiene un interes cient¨ªfico indudable al que se a?ade un atractivo espectacular. Pero estas misiones de descenso carecer¨ªan de sentido sin las excelentes naves en ¨®rbita, como las actuales Mars Global Surveyor y Mars Odyssey (ambas de la NASA), a la que se acaba de sumar la Mars Express de la Agencia Europea del Espacio (ESA), capaces de fotografiar y escudri?ar todo el planeta.
Tras el rastro del agua
La NASA ha seleccionado el cr¨¢ter Gusev, donde descendi¨® ayer Spirit, y la Meridiani Planitia, hacia la que se dirige Opportunity, con mucho cuidado, tras estudiar cientos de posibles destinos. El objetivo de la misi¨®n es seguir el rastro del agua y con este criterio, sin olvidar los requisitos de seguridad impuestos por los ingenieros responsables de los equipos, se han buscado dos lugares diferentes (en puntos del ecuador los dos, pero casi opuestos en el planeta) y complementarios.
El cr¨¢ter Gusev es el agujero que produjo un meteorito o un cometa al estrellarse en Marte. Tiene un di¨¢metro de 150 kil¨®metros y en ¨¦l desemboca un gran valle que tal vez aport¨® agua al cr¨¢ter formando un lago rico en sedimentos. Por eso quieren estudiarlo en detalle los cient¨ªficos. El Spirit tiene la misi¨®n de observar los rasgos f¨ªsicos del lugar con su c¨¢mara y analizar con su microscopio y sus espectr¨®metros los sedimentos. La composici¨®n qu¨ªmica de las rocas, el grosor del grano de las rocas, su uniformidad, incluso el ¨¢ngulo de los granos en los sedimentos, y las capas de los mismos, son todas pistas esenciales para avanzar en el conocimiento de la historia del agua en Marte.
Opportunity investigar¨¢ en Meridiani Planitia los sorprendentes dep¨®sitos minerales que se han identificado con las naves en ¨®rbita, especialmente la riqueza en hematita, un mineral de ¨®xido de hierro que suele formarse asociado con el agua.
Por supuesto, la NASA no ha olvidado la fascinaci¨®n por la b¨²squeda del rastro de la vida en el mundo vecino. Marte es un mundo hostil en comparaci¨®n con la Tierra, seco y sin apenas protecci¨®n de la atm¨®sfera frente a la radiaci¨®n. Desde luego, nadie espera encontrar organismos complejos all¨ª, pero tal vez pudo haber en alg¨²n momento microorganismos, y, si fue as¨ª, incluso hay alguna remota posibilidad de que hayan sobrevivido en condiciones extremas, como los que se han encontrado en la Tierra en algunos entornos realmente infernales.
"Para investigar esas posibilidades, los cient¨ªficos tienen que empezar por aprender m¨¢s acerca de la historia del agua en Marte, cu¨¢nta hubo y cu¨¢ndo, en qu¨¦ forma existi¨® y cu¨¢nto dur¨®", explica la NASA. Por ello, Spirit y Opportunity tienen la misi¨®n de buscar el rastro del agua y ver si Marte fue alguna vez hospitalario para la vida.
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