Los hijos gigantes del robot de 'Pathfinder'
'Spirit' y su gemelo 'Opportunity' son descendientes avanzados del fr¨¢gil veh¨ªculo de 1997
Aquel fr¨¢gil robot que parec¨ªa un juguete teledirigido, el Sojourner de la misi¨®n Pathfinder, que en 1997 se hizo tan familiar para millones de personas que siguieron sus andanzas en el suelo marciano, es el padre de los dos fant¨¢sticos ge¨®logos autom¨¢ticos que la NASA ha creado ahora. Spirit y su gemelo Opportunity, que llegar¨¢ a Marte el 25 de enero, a?aden a la experiencia de Sojourner toda la osad¨ªa y conocimientos de los expertos del Jet Propulsion Laboratory, el mejor centro del mundo de ingenier¨ªa de exploraci¨®n planetaria.
Si Sojourner med¨ªa 65 cent¨ªmetros de largo, con 10 kilos de masa, los nuevos rover miden 1,5 metros de alto por 2,3 de ancho y 1,6 de largo, con 174 kilos de masa (1.062 kilos en el lanzamiento, con la c¨¢psula de viaje y todos los dispositivos de descenso). Alimentados por los paneles solares, y por unas peque?as bater¨ªas de di¨®xido de plutonio para mantener calientes los equipos que no pueden soportar los 105 grados bajo cero nocturnos, los veh¨ªculos se desplazar¨¢n a una velocidad de hasta 5 cent¨ªmetros por segundo. Llevan sistemas propios de navegaci¨®n, con c¨¢maras espec¨ªficas delante y detr¨¢s, para evitar y sortear obst¨¢culos (con pendientes de hasta 45 grados), siempre cumpliendo las ¨®rdenes que reciban desde la Tierra.
Otra diferencia es que el m¨®dulo de descenso de Pathfinder, que fue rebautizado Carl Sagan, actu¨® como instrumento cient¨ªfico en s¨ª mismo y como transmisor de las comunicaciones con Sojourner. Los m¨®dulos actuales, sin embargo, no tienen m¨¢s funci¨®n que depositar sanos y salvos los veh¨ªculos en el suelo de Marte, y las comunicaciones se realizan directamente a la Tierra o a trav¨¦s de las naves en ¨®rbita.
Cada nuevo ge¨®logo robot enviar¨¢ fotograf¨ªas y datos para que los cient¨ªficos decidan qu¨¦ objetivos son interesantes y orienten la exploraci¨®n. Pero los veh¨ªculos tienen una gran autonom¨ªa de movimiento.
Adem¨¢s de la c¨¢mara panor¨¢mica, est¨¦reo y en color, en lo alto del m¨¢stil, cada rover lleva un espectr¨®metro que detecta la radiaci¨®n infrarroja, lo que le permite identificar la composici¨®n mineral de la superficie marciana y las rocas. En el brazo rob¨®tico van instalados instrumentos cient¨ªficos: una c¨¢mara microsc¨®pica para caracterizar las rocas que analice; un espectr¨®metro para estudiar los minerales f¨¦rricos; otro de rayos X y part¨ªculas alfa para medir los elementos del suelo y las rocas; y un peque?o instrumento que permite raspar las superficies a estudiar para quitar la capa expuesta y alcanzar la roca o sedimento.
Un chip PowerPC como el que llevan muchos ordenadores Macintosh, reforzado para soportar la radiaci¨®n, es el cerebro a bordo de cada uno de estos robots.
Spirit y Opportunity son aut¨¦nticos ge¨®logos de campo, mientras que Sojourner fue m¨¢s bien una misi¨®n tecnol¨®gica dedicada a comprobar que se pod¨ªa realmente pasear por Marte y aprender a moverse y sobrevivir por aquel terreno dif¨ªcil. La NASA calcula que, si el peque?o padre de los nuevos veh¨ªculos recorri¨® en total por Marte una distancia equivalente a la longitud de un campo de f¨²tbol, Spirit y Opportuniy pueden multiplicar por 10 su alcance.
En cumplimiento del tratado internacional que regula la exploraci¨®n planetaria sin contaminaci¨®n da?ina de otros mundos, la NASA asegura que ha sometido a sus veh¨ªculos a intensos procedimientos de limpieza para no llevar microbios terrestres a Marte.
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