El gran desaf¨ªo de Espa?a

Luiz Felipe Scolari quiere presentarlo como una guerra, pero s¨®lo ser¨¢ un gran partido de f¨²tbol. No hay tradici¨®n belicosa entre el f¨²tbol portugu¨¦s y el espa?ol. Resulta artificial, decididamente falsa, la mirada del seleccionador portugu¨¦s. Claro que el encuentro de hoy ser¨¢ decisivo, quiz¨¢ el partido del campeonato por el dramatismo que le precede, pero no es el Argentina-Brasil. Tampoco existe la intempestiva tradici¨®n que caracteriza los duelos entre Inglaterra y Argentina. No hay grandes cuentas pendientes entre Portugal y Espa?a -s¨®lo se han enfrentado en la Eurocopa de 1984-, ni el clima de enemistad que suele generarse entre las m¨¢ximas potencias del f¨²tbol. La historia del f¨²tbol ib¨¦rico no se relaciona con la rivalidad que produce el ¨¦xito. Es otra clase de historia, la de sus repetidas decepciones en la Copa del Mundo y la Eurocopa. No hay, por lo tanto, sitio para fricciones imaginarias.

El partido se anticipa espectacular. Se dan todas las condiciones para la pasi¨®n: el estado de necesidad de los dos equipos ante una situaci¨®n que no es reversible. El que falle quedar¨¢ eliminado. La condici¨®n de locales de los portugueses a?ade un elemento crucial. Apenas se recuerdan equipos locales orillados en la primera fase de los grandes torneos. Espa?a tendr¨¢ que multiplicar su rendimiento en Lisboa para alcanzar la segunda ronda. No puede caer en el victimismo, ni buscar excusas antes del duelo, ni dejarse llevar por la melancol¨ªa de sus fracasos anteriores.

Espa?a no ha ofrecido su mejor versi¨®n todav¨ªa, pero ha sido el mejor equipo del grupo. Le ha faltado identidad o la manera de mostrar aquello que hace diferente a la selecci¨®n. S¨¢ez parece que tambi¨¦n lo ha entendido. Frente a Portugal reunir¨¢ un equipo que define las mejores cualidades del f¨²tbol espa?ol. Lo har¨¢ en torno a cuatro j¨®venes jugadores: Xabi Alonso, Joaqu¨ªn, Vicente y Fernando Torres. Los cuatro ser¨¢n titulares en Lisboa. Cada uno de ellos tiene los registros que se asocian al actual f¨²tbol espa?ol: la capacidad de Alonso como pasador en el medio campo, la velocidad y el desborde de Vicente y Joaqu¨ªn en los costados, la exuberancia de Torres en la punta de la delantera. A ellos, rodeados por un grupo de veteranos, corresponde acabar con el mito perdedor de la selecci¨®n espa?ola.

Enfrente espera un magn¨ªfico rival. La selecci¨®n portuguesa dispone de casi todo, menos de la contundencia ante el gol. Se trata del equipo de Figo y Deco, de jugadores que acaban de conocer el ¨¦xito con el Oporto, de gente con larga experiencia en las grandes competiciones. Cualquiera pod¨ªa pensar en los portugueses como candidatos al triunfo en la Eurocopa. Es el adversario que espera a Espa?a en Lisboa nada menos. ?Qu¨¦ gran partido!