Maragall pide excusas formales, pero se reafirma en la lucha contra la corrupci¨®n
CiU retira la querella contra el presidente en el pleno en que el PP plantea la moci¨®n de censura
La moci¨®n de censura que ayer defendi¨® el l¨ªder del PP catal¨¢n, Josep Piqu¨¦, contra el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, devolvi¨® a la pol¨ªtica catalana la correcci¨®n. Maragall pidi¨® excusas gen¨¦ricas "al pueblo de Catalu?a" -no mucho m¨¢s all¨¢ de las que hab¨ªa solicitado hace un par de semanas- ante un Artur Mas (CiU) que parec¨ªa buscar un pretexto para retirar la querella presentada el pasado viernes contra el presidente catal¨¢n. Maragall, con la habilidad que no siempre exhibe, midi¨® las palabras. Evit¨® referirse al 3% que en forma de comisiones sirvi¨® presuntamente para financiar a CiU durante sus a?os de gobierno. Pero se mostr¨® firme en la lucha contra la corrupci¨®n: "Nadie tapar¨¢ las verg¨¹enzas de nadie".
Mas se da por satisfecho al entender que "dentro del pueblo catal¨¢n est¨¢ CiU"
Piqu¨¦ irrita al presidente catal¨¢n con un alud de cr¨ªticas a su gesti¨®n
La presentada ayer por Josep Piqu¨¦ era una moci¨®n de censura condenada de antemano al fracaso. Los 15 diputados con que cuenta el Partido Popular en la C¨¢mara catalana rozan el l¨ªmite legal para presentar una iniciativa parlamentaria de este tipo, que hoy ser¨¢ votada por el Parlamento. Con estas limitaciones, un Piqu¨¦ brillante e incisivo, que no present¨® ning¨²n programa alternativo de gobierno, intent¨® de forma reiterada, en m¨¢s de media docena de ocasiones, llevar al presidente de la Generalitat a pronunciarse con un s¨ª o con un no sobre la acusaci¨®n vertida por ¨¦l en febrero pasado, cuando dirigi¨¦ndose a CiU dijo: "Ustedes tienen un problema que se llama 3%".
Piqu¨¦ insisti¨® una y otra vez: "Se lo digo mir¨¢ndole a los ojos; ?acus¨® usted de corrupci¨®n a los anteriores Gobiernos de CiU? ?S¨ª o no?". A lo que un prudente Maragall contest¨®: "La respuesta la dar¨¢ la justicia y la comisi¨®n de investigaci¨®n parlamentaria". El presidente de la Generalitat quiso aclarar que pondr¨¢ todo su empe?o en luchar contra lo que el popular Josep Piqu¨¦ denomin¨® "pasteleo", es decir, que los partidos -b¨¢sicamente PSC y CiU- se tapen "las verg¨¹enzas" en lo referente a la corrupci¨®n.
Las palabras incisivas del l¨ªder del PP catal¨¢n irritaron a Maragall, que en diversas ocasiones parec¨ªa dispuesto a salir al estrado y que incluso, asegura alg¨²n vecino de esca?o, lanz¨® con indignaci¨®n un bol¨ªgrafo al suelo. Del duro discurso de Piqu¨¦ salieron frases como: "Usted es un estorbo, es el problema y en absoluto la soluci¨®n". O "nos est¨¢ haciendo mucho da?o a Catalu?a, a su prestigio, y a su imagen". El l¨ªder del PP catal¨¢n tambi¨¦n se pregunt¨®: "?Se puede saber en que espacio orbital vive?". "Usted es un presidente que hace de reina madre, con un a?adido, que las reinas madres procuran no comprometer a las instituciones", concluy¨®.
Pero a pesar de la bater¨ªa de acusaciones y descalificaciones, el presidente se mostr¨® disciplinado y no salt¨® de su esca?o como en el famoso pleno de febrero, el del 3%. Maragall respet¨® el gui¨®n a rajatabla y ley¨® su discurso completo, no en vano, en p¨²blico y en privado, le llov¨ªan desde hac¨ªa d¨ªas las cr¨ªticas por su recurso constante a la met¨¢fora. Y quien hac¨ªa llover no era s¨®lo la oposici¨®n, sino sus socios de Gobierno e incluso, en privado, algunos dirigentes de su propio partido.
La moci¨®n, con sus dosis de dureza, tuvo la virtud de desencallar esa situaci¨®n de crisis. El l¨ªder de la oposici¨®n, el convergente Artur Mas reconoci¨® que era dif¨ªcil reconstruir "ese gran espejo roto en miles de trocitos" que ahora es la pol¨ªtica catalana. Pero ayer, a juicio de Mas, se dio un peque?o paso en esa reconstrucci¨®n de ese gran mosaico pol¨ªtico, gracias a lo que CiU interpret¨® como una rectificaci¨®n y desde el entorno del presidente una mera disculpa formal. Y eso se produjo por persona interpuesta, ya que era Piqu¨¦ quien se hallaba en pulso dial¨¦ctico con Maragall. Fue entonces cuando el presidente de la Generalitat reconoci¨® que tras el pleno del pasado 24 de febrero se hab¨ªa desencadenado una situaci¨®n cr¨ªtica de la que ¨¦l en parte se hac¨ªa responsable, pero en todo momento eludi¨® pronunciarse y rectificar sobre su acusaci¨®n del 3%. "Me hago responsable y pido formalmente excusas por la parte que me toca (...)". "Se las pido a los ciudadanos de Catalu?a", subray¨® el presidente.
Mas asumi¨® con plenitud su papel opositor y arrincon¨® el protagonismo de Piqu¨¦ al anunciar, entonces, solemnemente, que su federaci¨®n se daba por satisfecha y retiraba la querella por injurias y calumnias. "Intentar¨¦ facilitarle las cosas tanto como sea posible; cuando usted ped¨ªa excusas a todo el pueblo de Catalu?a, entiendo que dentro de este pueblo est¨¢n los diputados de CiU (...) CiU retirar¨¢ inmediatamente la querella"
Y Maragall deseoso de que nadie viera en esa acci¨®n la disposici¨®n de ¨¦l mismo o de su Gobierno a bajar la guardia en el asunto de la corrupci¨®n, sali¨®, sin papeles ni gui¨®n, al contraataque: "Sobre la querella estoy por pedirle que no la retire; se lo digo con sinceridad. No quiero que haya la m¨¢s m¨ªnima sospecha de hay una componenda, que hay un acuerdo entre unos y otros para que esto no vaya adelante, cuando mucha gente se hab¨ªa hecho la ilusi¨®n de que quiz¨¢s saldr¨ªa alguna cosa (...) Por tanto d¨¦jenme pensar si le he de pedir o no que la retire".
La baraja estuvo a punto de romperse. En los bancos socialistas, del Gobierno e incluso de CiU cundi¨® por unos momentos el desconcierto. Como desconcierto, aunque menos, hubo cuando el presidente de Esquerra Republicana de Catalunya, Josep Llu¨ªs Carod Rovira, agradeci¨® a Piqu¨¦ sus esfuerzos por centrar al partido y se mostr¨® conciliador. El otro socio del tripartito, Iniciativa per Catalunya (ICV-EUiA), en cambio, respondi¨® con dureza al l¨ªder popular por sus cr¨ªticas injustas, a juicio del ecosocialista Joan Saura, sobre los trabajos del Estatuto.
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