Reinventar el 'collage'

La primera exposici¨®n monogr¨¢fica en Europa del artista venezolano Arturo Herrera (Caracas, 1959) incluye collages, fotograf¨ªas, escultura policromada, piezas hechas con recortes de fieltro y pinturas murales de gran tama?o. El medio centenar de obras que se exhiben en el Centro Galego de Arte Contempor¨¢neo (CGAC) de Santiago est¨¢n marcadas por una cuidada ambig¨¹edad en la que se entremezclan elementos del modernismo, el expresionismo abstracto, el surrealismo y el lenguaje visual de la cultura popular.

En su b¨²squeda de creaci¨®n de im¨¢genes propias y nuevas, Herrera cuestiona el principio fundamental de la t¨¦cnica del collage, que consiste en la transformaci¨®n de materiales rechazados para la posterior creaci¨®n de una obra con un nuevo significado. En su nueva f¨®rmula para acercase al collage, Herrera toma una pintura original como punto de partida y la destruye deliberadamente al a?adirle m¨¢s elementos pict¨®ricos. Estos recortes de papel se superponen al original en varias capas, pero la estructura abierta hace que lo que est¨¢ por debajo se deje parcialmente a la vista.

Las nuevas im¨¢genes creadas por el artista responden a un vocabulario pict¨®rico libre y abierto. En el fondo la gran pregunta que subyace en las obras de Herrera se refiere a la propia naturaleza de la imagen art¨ªstica. Se plantea cu¨¢ndo podemos concluir que una obra de arte est¨¢ terminada, si es que llega a estarlo alguna vez ya que siempre es susceptible de transformarse para formar parte de una nueva pieza o, en el caso de los murales, simplemente desaparecer. Muchas de las obras de Herrera apelan a los borrosos recuerdos de la infancia y contienen numerosas referencias a los dibujos animados, pero esto no se debe a un especial inter¨¦s por el mundo infantil. M¨¢s bien se vale de ciertos iconos para sacarlos de su contexto habitual y crear desasosiego y extra?eza. El cuidado montaje de la exposici¨®n contribuye a sumergir al espectador en un nuevo mundo en el que, como ocurre en los cuentos infantiles, es posible cambiar de perspectiva con solo traspasar una puerta. Sin embargo, el trabajo de Herrera conserva una indudable unidad.