"Es duro, pero soy feliz atendi¨¦ndola"
"El d¨ªa a d¨ªa es duro, dur¨ªsimo a veces, pero soy feliz atendi¨¦ndola", dice Olegario G¨®mez, de 77 a?os, sobre su esposa, Mar¨ªa Luisa Gonz¨¢lez, de la misma edad y quien sufre una demencia desde hace un lustro que le invalida por completo f¨ªsica y mentalmente. Ha o¨ªdo hablar de la ley de Dependencia -"algo bueno saldr¨¢ de ah¨ª"-, pero por ahora se muestra m¨¢s bien esc¨¦ptico con los resultados: "Todav¨ªa no han hecho m¨¢s que publicar la ley, como quien dice".
Lo que m¨¢s le ha costado asumir a Olegario es que la demencia de su mujer no se debe a un proceso degenerativo irremisible, sino que, seg¨²n ¨¦l, la causa est¨¢ en un tratamiento m¨¦dico. "Estuvo con depresi¨®n unos a?os y no reaccionaba con la medicaci¨®n. Le dieron unas descargas el¨¦ctricas, dos sesiones. Le llevaron al psiqui¨¢trico a finales de marzo de hace cinco a?os y en junio ya no ten¨ªa memoria. Hay demencias generativas, pero en este caso yo creo que le da?aron el cerebro", explica con pesar.
"No tiene capacidad de razonar, pero creo que me entiende cuando le hablo. Al principio fue dur¨ªsimo. Estoy solo. Tengo dos hijos, pero ya est¨¢n casados y tienen su vida. Lo pas¨¦ fatal, pero un buen d¨ªa pens¨¦ que no hab¨ªa m¨¢s remedio que afrontar el problema tal y como ven¨ªa, seguir adelante y punto. Eso es lo que he hecho y as¨ª lo llevo, unos d¨ªas mejor que otros", se arranca.
?l lleva a su esposa a un centro de d¨ªa de la Diputaci¨®n de ?lava desde las diez y media de la ma?ana hasta las siete de la tarde. ?se es su respiro. De lo contrario, ahora estar¨ªa "desquiciado". Su d¨ªa a d¨ªa consiste en levantar a su esposa de la cama por la ma?ana, asearla, ducharlas dos veces a la semana y darle el desayuno. "Intento que haga algo, pero no puede. Antes iba andando al centro de d¨ªa, pero desde hace dos meses le cuesta mucho y va en silla de ruedas hasta el autob¨²s. Cuando regresa por la tarde, le doy de cenar y le acuesto. Es una inv¨¢lida f¨ªsica y mental, dependiente por completo". Hace dos meses le operaron de desprendimiento de retina y ha perdido por completo la visi¨®n de un ojo. "Por el otro sufre cataratas, lo que complica todo a¨²n m¨¢s", a?ade.
Sin embargo, los 45 a?os de matrimonio que ya han compartido parece que les han hecho inmunes a estos padecimientos. "Me pod¨ªa haber hundido, pero sigo con ella porque quiero atenderla y cuidarla. Le quiero y eso no lo va a cambiar ninguna demencia. ?Abandonar? Nunca, no ser¨ªa feliz. Aunque para m¨ª es una carga enorme, soy m¨¢s feliz atendi¨¦ndola en lo que puedo".
Olegario agradece "enormemente" el trabajo desarrollado por el centro de d¨ªa donde va su mujer, pero le gustar¨ªa que la Diputaci¨®n lo abriese tambi¨¦n los s¨¢bados y los d¨ªas festivos. "Hace un a?o que nos lo plante¨® en una encuesta. Creo que todos lo apoyamos, pero a¨²n no tenemos noticias. Hay veces que vienen cuatro o cinco d¨ªas de fiesta seguidos y la situaci¨®n se hace muy complicada. Esto mina la salud y la moral. Ser¨ªa de una gran ayuda para mi", concluye.
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